La semana pasada unos americanos de New Jersey me reenviaron un mensaje ensalzando una canción del musical 'South Pacific'. Está basado en un relato corto, ' ... Cuentos del Pacifico Sur' de James A Michener, que ganó el premio Pulitzer en 1948. Poco después Rogers y Hammerstein hicieron una producción teatral y más tarde, en 1958, rodaron una película con el mismo nombre. En el mundo angloparlante (de los anglosajones como se dice aquí en España) tuvo un éxito aplastante, y fue la película más vista del año. En los EE UU y Canadá ganó 64 millones de dólares, una cifra enorme para la época. En Inglaterra la pusieron una y otra vez en el teatro Dominion (uno de los más famosos de Londres) durante cuatro años y, además, recaudó otros 10 millones. Bastante más que los beneficios de 'Lo que el viento se llevó', que era hasta aquel momento la más vista de la historia. De hecho, la película se convirtió en la más exitosa hasta que se estrenó 'Sonrisas y lágrimas' en los años sesenta. Curiosamente, en el continente de Europa, tuvo poca popularidad.
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La historia va de unos militares americanos basados en una isla ficticia del Pacifico durante la Segunda Guerra Mundial. Una enfermera se enamora de un francés que es padre de unos niños mestizos, cosa que transgrede muchas de sus normas. También, hay otro romance entre un soldado, un teniente de infantería, y una chica nativa que presenta los mismos dilemas. De hecho, el musical es una obra maestra que, aparte de un Oscar al mejor sonido, en el mundo cinematógrafo nunca ganó los premios que merecía. El tema trata de la amistad entre gente de diferentes colores y las dificultades que se encuentran, ósea, trata de racismo. Era demasiado avanzado para los poderes contemporáneos y, cuando el tour de la versión teatral pasó por Georgia, su congreso intentó prohibirlo, sacando una ley en contra de «obras inspiradas por la cultura de Moscú». (¡Malditos comunistas!) Sin embargo, todo fue en vano y hoy día 'South Pacific' está recordado por el pueblo casi con el mismo cariño normalmente reservado para la familia Von Trapp o Mary Poppins.
La canción, por cierto, se llama, 'You´ve got to be carefully taught' (hay que enseñar con cuidado) y actualmente es usada por el movimiento Black Lives Matter (las vidas negras importan). La letra dice que nadie nace racista, si no que nos enseñan a ser racistas. Dado que está escrito hace más que siete décadas, es un mensaje muy intuitivo que todavía tiene resonancia.
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