El chef de Mañueco
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LA ESPITA ·
Al desprestigio de gobernar sometido al desconcertante Vox, el presidente de la Junta une el descrédito por los incendiosSi cada día que pasa se acrecienta su desprestigio político por el pacto con Vox, partido que está dejando claro que esto de gobernar ... le viene grande, el presidente Alfonso Fernández Mañueco parece no ser consciente del enorme descrédito que personal, política e institucionalmente le está generando la tan errática como desastrosa gestión de la lucha contra los incendios forestales en Castilla y León. Ya no hay que preguntarse si Mañueco aguantará mucho con un consejero de Medio Ambiente como Juan Carlos Suárez-Quiñones; con el método deductivo que el presidente nos obliga a utilizar a los administrados, la pregunta es: ¿Hasta cuándo aguantará Mañueco con Quiñones en su gobierno? Es evidente que si no quiere quemarse del todo como político y mandatario, Mañueco ha de soltar el lastre Suárez-Quiñones, que es una rémora.
Sigamos con el método deductivo. ¿Por qué acaba de abrirse el PP a cambiar el operativo regional contra incendios? ¿Por qué da la razón a quienes desde hace años –sí, sí, años– exigían esa reforma? A fin de cuentas, el cambio climático no comenzó el pasado 1 de julio. En el verano de 2021, cuando ardió media provincia de Ávila, ya había cambio climático, ya la ganadería extensiva estaba en retroceso, ya la despoblación campaba a sus anchas en el medio rural... Apelar a esos tres factores hoy, cuando con la segunda ola de calor de este verano se ha quemado lo que quedaba sin arder de la Sierra de la Culebra, buena parte de lo poco que quedaba sin quemar en Ávila y miles de hectáreas en El Bierzo, lleva a concluir que o antes no recapacitaron o este PP sabe que está en un callejón político sin salida por, precisamente, culpa de una consejería, la de Medio Ambiente, y un consejero, Suárez-Quiñones, que en los últimos años no han analizado suficientemente las causas de los incendios y no se han dedicado a poner remedio efectivo a sus consecuencias. Y ahí está Mañueco, atado a Suárez-Quiñones. Incomprensible proceder del presidente. Cada día es más probable que, en su caída, el consejero acabe arrastrando al presidente.
Deduciendo, deduciendo... Si tan nutritiva y aceptable, en cantidad y calidad, es la comida que la Junta de Castilla y León da a los brigadistas forestales, ¿cómo es que la ONG World Central Kitchen, del famoso chef José Andrés, ha tenido que acudir al incendio de Losacio (Zamora) para alimentar a quienes se están jugando la vida por apagar el fuego? Esos famélicos bocadillos con tres tristes rajas de embutido que denunciaron los brigadistas que les daba la Junta son la mejor metáfora del que, ya es seguro, se ha manifestado como un más que mejorable operativo de lucha contra los incendios. Y si es mejorable, quien es parte del problema no puede ser parte de la solución. José Andrés, todo un Premio Princesa de Asturias de la Concordia, ha sacado los colores a Mañueco y se ha convertido en su chef de referencia para la sociedad. Si José Andrés acude al rescate alimentario de los brigadistas forestales, es que Quiñones no gestiona bien.
Pero José Andrés también ha sacado indirectamente los colores a la oposición socialista y a su secretario regional, que no líder, Luis Tudanca, quien en lugar de pasarse día sí, día también desde el incendio del verano pasado en Ávila forjando una alternativa real y creíble al (in)operativo forestal del PP, estuvo buscando traidores en Ciudadanos para la moción de censura contra Mañueco, que este abortó con el adelanto electoral de febrero. Un Tudanca que este fin de semana ha visto que no pinta nada para Pedro Sánchez, quien no ha contado con él ni con sus corifeos y corifeas para enderezar al PSOE tras la debacle andaluza. Tudanca ha perdido a su valedora en Ferraz, Adriana Lastra, y su otrora mentor, Óscar López, que hace siete años le envió a Castilla yLeón para anular al palentino Julio Villarrubia, no parece que vaya a hacerle mucho caso ya que tiene más que trabajar para salvar al PSOE de un nuevo trastazo en las urnas. Para las municipales y autonómicas queda menos de un año y cada vez hay más voces que apuntan a que una vez que Italia acudirá a las urnas en otoño, por la dimisión de Mario Draghi, Sánchez puede verse muy tentado a adelantar las generales para no dar más tiempo a Alberto Núñez Feijóo a forjarse como alternativa real ganadora más allá de las encuestas.
Mañueco y Tudanca tienen ya dos cosas en común, justo cuando se cumplen cien días del Gobierno PP-Vox y medio año de las autonómicas anticipadas: no pintan nada para sus líderes nacionales y el chef José Andrés les saca los colores.
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