Medio siglo de deporte al sur de Valladolid

Cuando un 15 de mayo de 1971 unos cuantos esforzados entre los que se encontraba el primer presidente, Salvador Martín Fernández, aficionado también al ciclismo, se juntaron para poner en marcha un club de fútbol modesto, ninguno podía imaginarse el devenir de esta entidad ubicada en la zona meridional de la ciudad. A Salvador, que estuvo solo siete meses, le sucedieron en periodos bastante cortos de tiempo Francisco Arranz González, Alejandro Jiménez Mena, Antonio Martín Sacristán, Jesús Caramazana González hasta que llegó Miguel Martín Luquero (1974-1996) para dar una mayor estabilidad al club. Con Luis García Vázquez (1997-2004) y el actual Francisco Rodríguez Bernabé (2005-2021) se completan los ocho presidentes que ha tenido la entidad en estos cincuenta años de vida.

Como muchas cosas y otros negocios en esa época, fue en un bar, 'La Bodeguilla', donde se juntaron los socios fundadores: Enrique Fernández Silvoso, Alejandro Ribón, Pedro Ribón, Carlos Cortujo, Carlos Sanz, Mariano Gómez, Casimiro Carranza, Adolfo Cortujo, Gregorio Sánchez, Saturnino Ferrero, Jacinto Arnaiz y Tomás Higuera para comprometerse a abonar 15 pesetas al mes y así contribuir a su sostenimiento. En 1971 la Unión Deportiva Sur nacía como un equipo de fútbol de categoría sénior aficionado que en su origen portaba camisetas blancas. «Como los campos eran de tierra, estas se ensuciaba una barbaridad. Enseguida se cambió al rojo, con una franja blanca en el medio (como el Ajax, pero al revés) y en principio con pantalón azul, hasta que se optó por el rojo entero ya casi en mi época», dice Francisco Rodríguez, actual presidente.

En ese fútbol errante donde muy pocos (los colegios, Michelín y poco más) tenían terrenos de juego en propiedad, al resto los tocaba esperar al sorteo de los martes en la delegación provincial para ver en qué campo (El Pinar, el Seminario, la Federación…) iban a disputar su partido del domingo. Con la llegada a la presidencia de Miguel Martín Luquero, el club comenzó a estructurarse en diferentes secciones y deportes, surtiendo de alternativas a aquellos vecinos ubicados al sur de la ciudad. La actividad física y deportiva como generadora de salud y bienestar ya estaba detrás de los pensamientos del presidente y de su recién creada Junta Directiva. Al fútbol, natación, balonmano, ciclismo, tenis, rugby, cross, baloncesto, fútbol sala se le unió en 1992 la creación de la Unión Cultural Zona Sur, dando cabida a otras actividades culturales realizadas en el Centro Cívico Zona Sur. Y la participación, claro está, creció y creció. El club pasaba a denominarse Unión Deportiva y Cultural Sur que, sin embargo, en cumplimiento de la por entonces (2005) nueva Ley del Deporte, hubo de perder el adjetivo de cultural volviendo al origen.

En 2002 nace el CD Zona Sur para aglutinar a más niños que quieren jugar al fútbol y en 2012, el Sur Atlético, congregando entre todos más de 30 equipos. Así pues, bajo la misma junta directiva y presidente se englobaron la Unión Deportiva Sur, la Unión Cultural Sur, el Club Deportivo Zona Sur y el Sur Atlético, un cuatro en uno, que alcanzaba a más de mil personas entre todas las actividades.

Sucede en la mayoría de las ocasiones en el fútbol modesto que el presidente llega a este puesto desde abajo. Es el caso también de Francisco Rodríguez Bernabé. Formó parte del Sur como jugador, luego fue delegado, entrenador, coordinador, directivo hasta sumarse a la presidencia en 2005. Militar de profesión solo estuvo un breve tiempo alejado de la entidad mientras cursaba estudios en la Academia. «En el fondo, el Sur ya es parte de mi vida. Estoy aquí porque me gusta el deporte y los niños y también porque no hay nadie que quiera asumir esta responsabilidad», dice Francisco que no oculta que este club como otros también estuvo en riesgo de desaparecer, «aunque siempre hubo un loco que apostara por tirar del carro».

Su época dorada fue con el equipo juvenil en División de Honor y el de categoría sénior en Regional Aficionados. Ahí les dijo a sus directivos en tono de broma: «Es el momento de marcharnos, mejor no nos puede ir». Sin embargo, es consciente de que el club tendrá altibajos, ascensos y descensos, pero pase lo que pase, serán «Siempre Sur», en alusión a su lema.

En el recuerdo, junto a los deportistas emblemáticos de la entidad como el lateral derecho del Real Valladolid, Eutiquio, que luego jugó muchos años en el Ávila; también el futbolista de Peñafiel, Rafa López (Real Valladolid, Getafe…), que estuvo tres campañas hasta infantil; el entrenador Julio Velázquez (Murcia, Betis, Villarreal…) o la campeona de España de Salvamento y Socorrismo, Miriam Ruiz Sanz, siempre está el homenaje para Goyo González Barroso, quien puso el fútbol sala en lo más alto.

La realidad del deporte y del fútbol base no es ajena ya a nadie. Como indica Francisco Rodríguez, «la sociedad ha evolucionado a un ganar por encima de todo. Hoy solo se piensa en la competición, aunque sea en la escuela. Se tiende hacia el profesionalismo de los equipos, nos guste o no. Otras Comunidades Autónomas ya estén en ello y varios clubes de Valladolid también. Se trata de aumentar las cuotas a 500 o 600 euros, tener entrenadores semiprofesionales y una competición pura y dura». Lejos queda aquel encuentro de niños pequeños entre el Arces y el Sur en el que un chico del Arces metió un gol y todos azules y rojos se fundieron en un único abrazo. «Ese espíritu se ha perdido. Hay padres que, si su hijo no mete goles y no juega más o de titular, se van…».

Inmersos en la añoranza, el futuro próximo se vislumbra de menos clubes, con la competencia y amenaza real del Valladolid Deportivo que tiene más equipos inscritos y un futurible convenio de este con la mayoría de entidades de la ciudad que «si bien somos conscientes de que no hay dinero, por lo menos que se refleje en cariño», concluye Francisco.