Y Salvi Jiménez dobló la rodilla... pero no ante Rat
El flamante campeón de la Unión Europea pidió matrimonio a su pareja después de abrocharse el cinturón ante el rumano en Valladolid
La camiseta que porta el equipo de Salvi Jiménez lleva un eslogan que resume perfectamente la filosofía del púgil de Pajarillos: «De rodillas ante Dios; de pies ante el mundo». Nunca en sus once combates anteriores el boxeador, convertido en ídolo de su etnia, había doblado la rodilla en un ring. Al duodécimo, lo hizo por primera vez. No ante su rival, sino frente a su mujer, que lo es por el rito gitano y lo será próximamente al resto de efectos. La sorprendente pedida de mano sirvió como colofón a una noche mágica, la que sirvió al vallisoletano para hacerse con el cinturón de la Unión Europea del peso superpluma.
Publicidad
La noche del viernes estaba para los invictos, atendiendo a los resultados de Jon Pérez, que batió con una facilidad extrema a David Bency, y a Khalid Ennachat, que tuvo que bregar algo más ante Octavian Gratii. Los dos prospectos españoles calentaron el ambiente delante de dos jornaleros del boxeo, con más de 30 derrotas cada uno, en un aperitivo al que cada vez más y más gente se fue sumando hasta superar los 3.000 aficionados al noble arte, objetivo fijado por la organización y superado de tal forma que Valladolid se confirma como la basílica pugilística de Castilla y León. El mayor predicamento le corresponde a él, a Salvador Jiménez, a un Salvi a quien se jalea desde La Rondilla, en sus tiempos de amateur, hasta Covaresa en sus primeros pasos como profesional o ahora en Huerta del Rey.
«Les agradezco que estuvieran ahí. Dije que iba a ser campeón y lo he conseguido. Habría querido lucirme más, pero él (Alex Rat) no era un boxeador limpio y no ha querido boxear», dijo 'El Ciclón' tras conocer la decisión unánime de los jueces. El resultado de las cartulinas, 115-113, 116-112 y 120-108, provocó un enfado importante en Alex Rat y su esquina, ya que se marcharon del ring sin ver cómo le era impuesto el cinturón al local, algo que les afearía Alfonso Cavia 'El Cubi', quien acompañó en todo momento a quien se ha convertido en su heredero y en el de los otros grandes boxeadores vallisoletanos, como fueron Carlos Hernández 'Pecho Liebre', que fue homenajeado, o Nani Rodríguez.
Noticia Relacionada
Salvi Jiménez, campeón de la Unión Europea
Con permiso de ese instante en el que el colegiado levantó la mano de Salvi en señal de victoria, el gran momento de la velada fue cuando el púgil, que tan pronto es ciclón como calma, tradición y familia, hincó rodilla, como se suele decir, y pidió matrimonio a su pareja, con la que lleva trece años, desde que eran niños, y con quien ha sido padre por tercera vez hace escasas fechas, solo unos días antes de la primera fecha fijada para la pelea por el cinturón que se abrochó, cuando el francés El Hadri dio la espantada. «En nuestra etnia (gitana) las cosas las hacemos diferentes», razonaba. «Qué mejor manera de pedírselo que delante de toda mi gente», se cuestionaba Salvi, a quien los sacrificios de la preparación le han impedido disfrutar de los suyos estas semanas. Lo hará ahora, después de cumplir su palabra. «Se queda aquí», parecía decir, gesticulando, cuando escoltaba el cinturón antes del combate. Ahora ya puede decirlo: es suyo. Igual que el futuro. Igual que el público que tanto vibró con su entrega ante Rat.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión