Don Paco y El Lobo, andaluces al sol
Pádel ·
Navarro y Lebrón aprovechan las «condiciones ideales» de Valladolid para acceder a una nueva final en la presente edición del WPTSantiago Hidalgo Chacel
Valladolid
Domingo, 23 de junio 2019, 18:01
Viene siendo habitual este año que la pareja española formada por Paquito Navarro y Juan Lebrón se cuele en la gran final de las respectivas pruebas del World Pádel Tour. Cada vez juegan mejor, más sueltos y con más seguridad. Si además la pista es rápida y la bola vertiginosa, las probabilidades de victoria de estos se multiplican. En Valladolid, al aire libre, con altas temperaturas y sol, se daban las mejores bazas para que los andaluces pugnaran por el título. Así fue. Cuando el público saca su abanico y se planta las gafas de sol, el partido se les pone de cara.
Para Paquito, que en los tres últimos años ha sido siempre finalista en la Plaza Mayor vallisoletana, este asunto de los orígenes es un fuerte condicionante: «No hay duda de que esta pista nos favorece. Somos dos andaluces, un sevillano y uno del Puerto de Santa María, que hemos jugado toda la vida al aire libre y aquí además con sol nos sentimos muy a gusto. Son las condiciones ideales para nosotros. Estamos muy felices por haber retomado la confianza y las buenas sensaciones».
De menos a más durante el torneo y también en el partido, Paquito Navarro y Juan Lebrón no dieron opción ayer a Uri Botello y Javi Ruiz y ya calibran sus opciones para la final: «Estamos muy sólidos, si seguimos a este nivel, haciendo nuestro juego, los rivales lo tendrán muy complicado». La eliminación en cuartos de final de la pareja número uno, Maxi Sánchez-Sanyo Gutiérrez, no es relevante a su juicio ya que el que haya llegado a la ronda definitiva es porque ha hecho bien las cosas a lo largo de esta semana.
Navarro, Don Paco, como el veterano de la dupla, es el que debe llevar el peso de los encuentros, sin embargo, no se oculta a la hora de reconocer el importante momento que atraviesa su compañero. Así lo manifestó al finalizar el partido de semifinales: «Tengo la gran suerte de jugar con el mejor jugador y más desequilibrante del circuito. Hoy por hoy, 'El Lobo' es invencible…Y es que con lo largo que es no hay forma de pasarle. Está en todas partes», declaró.
A lo que, devolviéndole la pelota como si fuera un entreno, respondió Lebrón, EL Lobo: «Yo la verdad es que estoy jugando al lado de un histórico del pádel mundial y en mi opinión el mejor jugador español, así que le acompaño en lo que puedo y le hago caso en todo lo que me dice. No me queda otra…».
La relación parece fluir. La confianza es inquebrantable. Ambos son andaluces, tienen amigos y lugares de visita comunes. A día de hoy, está hechos el uno para el otro. El Lobo hace aullar al público con sus golpes de clase y hasta patalear las gradas metálicas cada vez que pone la bola muerta en el rincón. Y Paquito, el 'Huracán de los Remedios', como le bautizaron también desde la retransmisión televisiva del WPT, le sustenta con su mentalidad y su juego, mientras le arenga siempre con el mismo mensaje: Cuando acierta: «¡Muy bien Lobo, estás jugando increíble!», y más fuerte, si es que falla: «¡No pasa nada, sigue tirando!», porque Navarro sabe que en cualquier momento Lebrón recuperará la sintonía y volverá a ser el jugador peligroso que es y que todos conocen. El Lobo nunca se cansa. No desfallece.
El escritor vallisoletano Miguel Delibes, amante de los deportes aunque posiblemente menos que de la caza, podría haber dado forma al titular de este escrito forjado por un hombre (o dos), un paisaje y una pasión, como decía el maestro. Y aparecer aquí junto a Paco (El Bajo), y El Lobo, también La Regula, El Azarías y hasta La Milana Bonita en una habitación llena de moscas y con poco que llevarse a la boca. Y ya fuera el protagonista extremeño o andaluz, sería amigo de los animales y en este caso hasta del lobo omnipresente, al que pondera por sus cualidades extraordinarias, su fiereza pero también su lealtad. Y colarse en este relato de la severa situación de la postguerra, la caza, el monte y las tierras secas por el sol imperturbable que todo lo abarca. A la par que estos personajes novelescos luchan con ansías por salir de su condición de oprimidos y realizarse lejos de la dictadura de los señoritos terratenientes.
Solo que Navarro y Lebrón, Don Paco y El Lobo, no son precisamente 'inocentes', ni si quiera 'santos'. Mucho menos aún en una pista de pádel y al sol, no en vano no hay duda de que tienen en mente acceder al número uno.
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