Arturo Coello, la promesa del pádel que bebe en las fuentes argentinas
Uno de los nuestros ·
Con 19 años y una gran proyección, se ha metido junto a su pareja actual, Miguel Lamperti, en dos semifinales en el WPT 2021. El Máster de Valladolid es su próximo reto: «Si juego una final me teñiré el pelo de blanco en su honor»SaNtiago Hidalgo
Domingo, 20 de junio 2021, 08:40
El próximo martes será una cita especial para Arturo Coello (Valladolid, 8-03-2002). Debuta en casa en la prueba Máster del WPT, al lado de Miguel Lamperti, con ganas de que su presencia en la Plaza Mayor sea lo más prolongada en el tiempo posible. Si puede ser hasta el domingo, mejor. Para ello ya ha hecho una promesa: «Si juego una final al lado de Miguel me teñiré el pelo de blanco en su honor», dice. Un pequeño homenaje al carismático jugador de Bahía Blanca al que las canas cuarentonas le acompañan desde hace ya muchos años.
En el número 23 ranking y con 19 años, Arturo Coello Manso es uno de los jugadores sub 21 de mayor proyección. El año pasado al lado de Iván Ramírez ya se coló siete veces en cuadro final, pero esta campaña ha dado la campanada al jugar dos semifinales del WPT. En Madrid y en Alicante. A un pasito solo de la final.
La vida de Arturo de dos temporadas a esta parte ha cambiado mucho. Sigue siendo muy familiar y cuando puede regresa a casa con sus padres en Mojados, pero el frenesí de torneos, entrenamientos diarios de cinco o seis horas, exhibiciones y clinics lo hacen no poder parar. También estudia un grado medio, TECO (antiguo TAFAD), aunque lo hace sin prisa y consciente de las prioridades actuales. Lejos quedan aquellos partidos con Miki Sánchez, luego entrenando en Torrelago con Diego Ramos y Claudio Gilardoni, y más lejos aún, con diez años, cuando se decidió por el pádel aparcando el balón de fútbol y la raqueta de tenis que lo acompañaban desde los siete.
Pese a ser tan joven, la cabeza está más que amueblada: «Te das cuenta hace un año y medio que puedes llegar a estar entre los mejores. Soy zurdo, siempre me he visto con posibilidades, pero ahora me dedico a lo que realmente me gusta, mi sueño. Estoy ganándome la vida que pagaría por hacer, jugando al pádel. Y eso en el mundo laboral es muy difícil». Con mucho margen de mejora, a Arturo no le preocupa llegar a ser un día el número uno, sino el darlo todo en cada partido.
Cuando Iván Ramírez y Coello decidieron separar sus caminos le llegó la oferta irrechazable de Miguel Lamperti para jugar en pareja. «Nos conocíamos, me había seguido, y me pareció una gran oportunidad porque Miguel tiene mucha experiencia y ganas de competir». Hubo rumores, aunque solo sea eso, de que también Agustín Tapia y el mismísimo Fernando Belasteguín lo había tocado, pero solo eso. Hacer pareja en el drive con Miguelito era ya un sueño. Una comida y un partido bastó para sentar las bases de la campaña. Luego ambos hicieron el esfuerzo por juntarse en pretemporada, bien en Madrid, bien en Valladolid, y así ir puliendo su juego con sus entrenadores. Hasta crear un estilo muy compacto. Un zurdo que ayuda por el centro y que marca la diferencia con el remate y un mayor caudal que pasa por el jugador que está más retrasado.
«Miguel siempre se ha destacado por el remate, pero su mayor virtud es la defensa. Yo soy muy grande, siempre estoy en zonas de ataque. Él me ayuda en la defensa y yo lo ayudo en la fase ofensiva». Esta podría ser la base. Aprovechar los puntos fuertes de cada uno. La altura y pegada de Arturo, su presencia cerca de la red que le lleva a tener menos flujo de bola, y por su parte, el dominio del tiempo del partido de Lamperti. «Estoy satisfecho con la forma de plantarnos en la pista, tenemos claro cómo jugamos, aunque hay que ser conscientes de que nuestro lugar ahora es ganar el primer partido y ser pareja ocho al final del año», relata.
Los 42 años de Lamperti y los 19 de Coello no son distancia en los 20x10. Ni tampoco presión para el más joven. Ambos tienen las mismas exigencias y un punto de partida: «Tenemos claro que ni él es mi padre, ni mi entrenador. Somos 50 y 50», dice. Por lo demás, Arturo define a su compañero como «un compañero excepcional, un tío insuperable, serio, trabajador y que sabe separar los momentos de divertirse de los de ponerse serio y plantear los partidos».
Junto a Lamperti y su entrenador Mati, Arturo Coello comparte equipo de trabajo con Gustavo Pratto, uno de los mejores entrenadores del circuito y con gran experiencia y pasión por lo que hace, en un entorno argentino que le está aportando sabiduría y confianza al vallisoletano. Así alguna vez se le escapa «remera» (por sudadera, camiseta) o «estoy regalao» (por no puedo más, estoy fundido), pero está claro que su progresión está siendo increíble. Hace dos años, Coello jugaba por primera vez a las 9 de la mañana en la Plaza Mayor de Valladolid unos dieciseisavos de final contra Alex Ruiz y Martín S. Piñeiro. Esta semana tiene una nueva oportunidad para la que Coello trabaja incluso psicológicamente de cara a afrontar esta responsabilidad ante su público y su familia. «El circuito es tan parejo que el que mejor se adapte a esta pista rápida de Valladolid puede ganar. Así es posible llegar a la final, pero también perder en primera ronda. Ojalá podamos jugar bien, y así vendrán los resultados».
¿Se imaginan a Arturo con el pelo blanco? Vayan pensándolo.
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