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El jugador del Becerril Michael Taavon posa en el Monumento a la Mujer, delante de su casa. MANUEL BRÁGIMO

Desde Los Ángeles hasta Becerril en busca del gol

Michael Taavon, mediocentro morad y natural de California, aprende a las órdenes del técnico Edu Narganes mientras disfruta paseando por la Calle Mayor de la capital

Miércoles, 12 de febrero 2020, 07:48

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La camiseta del Arsenal de Henry y un balón de fútbol. Esos son los primeros regalos que recuerda de su niñez el mediocentro del Becerril, Michael Taavon. El jugador se incorporó a las filas moradas en noviembre, para probarse con el conjunto de Edu Narganes. Después de unas semanas entrenando con el equipo, el club le hizo ficha para ser uno más de la familia hasta final de temporada. «Estoy muy contento aquí, en Becerril. Son un grupo maravilloso y me han tratado como uno más desde el primer día y me están ayudando mucho», reconoce Michael Taavon, en un castellano perfecto.

Y es que el futbolista becerrileño es estadounidense, concretamente de Los Ángeles. El jugador pasó del sol californiano al madrileño, ya que se mudó junto a su familia hace seis años. Ahí militó en distintos equipos como el Leganés C de Regional Preferente, aunque realmente tuviese ficha con el Leganés B, de Tercera División. También defendió la camiseta del segundo equipo del CD Canillas, también en Madrid.

Su excepcional castellano lo ha aprendido en España, aunque ya chapurreaba algo en Estados Unidos «porque allí hay mucha gente que lo hablaba». En Madrid estudió en el King's College y cuando terminó allí se volcó con el fútbol. «Siempre he querido hacer algo con mi vida en relación con el fútbol. No quiero decir en Primera División, qué va. Pero sí dedicarme a algo de fútbol», afirma el jugador estadounidense.

Como buen jugador de mundo que es, Taavon se desplazó hasta Dinamarca para hacer la pretemporada con el FC Helsingor, pero no le fue bien y estaba buscando equipo con la campaña ya empezada. A través de Jonathan Navarro, segundo entrenador del Villamuriel, que tiene mucha relación con Edu Narganes, llegó Michael Taavon hasta el Becerril.

Recaló en el Mariano Haro después de hacer la pretemporada con el Helsingor de Dinamarca

«Comenzó entrenando con el equipo y sí que puede sumar cosas al grupo. Es un jugador muy técnico. Le está costando más el nivel físico y está trabajando en ello», analizaba el técnico morado. El mediocentro debutó ante el Burgos Promesas a domicilio con una derrota (3-0), saltando al campo en el minuto 71, en sustitución de Carlos. Ha jugado dos partidos más con la camiseta del Becerril, todos fuera de casa. Ante el Astorga saltó al campo en el minuto 78, en lugar de Kike y el conjunto perdió por 3-1. El tercer encuentro de Taavon fue ante el filial del Numancia, jugando como titular. Gran partido de los morados, que perdieron 2-0 ante uno de los candidatos al ascenso a Segunda División B.

«En casa aún no he jugado, pero tengo muchas ganas de hacerlo ya en el Mariano Haro ante la afición de los Chocheboys y de todo el pueblo», explica.

Michael Taavon formó parte del Becerril cuando hizo historia. El estadounidense ya entrenaba con el equipo cuando jugaron el partido de clasificación ante el Urraca y también formó parte de la familia morada ante la Real Sociedad. «Vi el partido en el estadio, junto al resto de mis compañeros. Fue un día único», rememora con cariño Taavon.

Lo primero que ve cuando se despierta –y levanta la persiana– es el Monumento a la Mujer de la Calle Mayor. «Estoy buscando trabajo pero mientras paseo Palencia y conozco su historia. Me gusta mucho pasear por la Calle Mayor y el Cristo del Otero me parece increíble. He ido a verlo ya con los compañeros del equipo y me encanta», afirma el futbolista, un apasionado de la historia. Además de pasear la ciudad, Michael Taavon madruga todos los días para acudir al gimnasio y mejorar su nivel físico. Y, además de eso, va de vez en cuando al bar de un amigo a echarle una mano.

Un deporte familiar

La pasión de Taavon por el fútbol le viene desde siempre, desde que era muy pequeño. Comenzó a jugar a fútbol cuando tenía cuatro años. Es un deporte que siempre le ha gustado a su madre y lo ponía mucho en la televisión. «Cuando era pequeño siempre veía fútbol en vez de series de niños», señala con orgullo. Tal vez por eso quiera dedicar su vida a este deporte de la pelota. No es el único de la familia, puesto que su hermana Maya juega en el Tacón –en el mismo club que la palentina Ainoa Campo–, en categoría juvenil. «A mi hermana le han llamado ya varias veces para que entrene con el primer equipo», afirma.

Tanto su madre como su hermana –el padre vive fuera de España– tienen pendiente una visita a Palencia, pero aún no han podido venir. «Quieren hacerlo, pero aún no han tenido tiempo», señala el jugador, que celebró su cumpleaños con un entrenamiento. «Mis compañeros se enfadaron porque no les había dicho que era mi cumpleaños», reconoce, a sus 21 años recién cumplidos.

Este sábado se miden al filial del Mirandés a domicilio, después de empatar con el líder la semana anterior. «El domingo hicimos un muy buen partido, ante un equipo que está casi ascendido. Jugamos muy bien y luchamos hasta el final. A ver si en Miranda logramos sumar también», concluye el jugador de Los Ángeles.

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