Pape Cheikh, del África tropical a Europa con escala en Palencia
El jugador del Celta recuerda su pasado palentino tras lograr la clasificación de su equipo para la Europa League
marco alonso
Jueves, 12 de mayo 2016, 06:32
La celebración ha sido larga en Vigo. El Celta regresa a Europa diez años después y, entre el alboroto ante semejante gesta, hubo un hombre que se acordó, y mucho, de Palencia: Pape Cheikh Diop, un jugador que llegó a tierras palentinas desde Senegal cuando aún era cadete, y que siempre estará agradecido al Club Internacional de la Amistad (CIA), un equipo que le permitió dar su primer paso hacia el fútbol profesional.
«Cuando llegué no sabía ni hablar español y en Palencia me enseñaron todo», afirma el jugador, al que se le escapa una sonrisa cada vez que piensa en el año que estuvo en tierras palentinas. «Jamás olvidaré a la gente de allí, porque se han portado muy bien conmigo. Tengo claro que si estoy consiguiendo poco a poco mi sueño, es gracias a ellos», agrega Pape, que acabará la Liga este fin de semana y tiene pensado volver a Palencia para reencontrarse con esa gente a la que ahora tanto añora.
Pape tiene tan solo 18 años y esta temporada ha compaginado el filial del Celta con el primer equipo. Todo un sueño para este joven español de origen senegalés, que ya fantaseaba con ser profesional del balompié cuando aún no levantaba un palmo del suelo. «Cuando vivía en Senegal me levantaba por la mañana para ir al colegio, pero no iba. Cogía la mochila, metía las botas y me iba a entrenar, pero mi madre no sabía nada. Luego iba a casa de un amigo, desayunaba y a las dos o las tres llegaba a casa y me preguntaban que cómo me había ido el colegio. Siempre decía que muy bien», afirma Pape, que ahora ha madurado y se está formando en España con el objetivo de aprobar la ESO.
Los estudios se han convertido en algo más serio para el jugador, que piensa en el futuro aunque tiene la vida resuelta, al menos para los próximos años. «Firmé hace nada y me quedan cuatro años de contrato. Me tienen bien agarrado, pero me gusta mucho estar aquí», señala Pape, que tiene la nacionalidad española e incluso ha llegado a estar convocado con la selección española sub 19 para unos entrenamientos.
La llegada de Pape a España fue gestada por su tío, un agente de jugadores de baloncesto que se asombró el día que vio jugar al fútbol a su sobrino. Había algo en él que era distinto a los demás, y por eso contactó con el Club Internacional de la Amistad, con el objetivo de que se formase como futbolista, pero las cualidades innatas de Pape hicieron que destacara desde su llegada, sin necesidad de formación. «Era un jugador que marcaba las diferencias. Era, sin lugar a dudas, el mejor cadete que había en Castilla y León», recuerda Juan Carlos Revilla, el presidente de la CIA.
De aquel chico que hacía novillos para jugar al fútbol, a este hombre que ha llegado a jugar en Primera División hay un trecho. Pero en esa fase de la adolescencia a la madurez ha habido dos cosas que le han acompañado:un balón de fútbol y su eterna sonrisa, y es que su alegría invade cada mañana el vestuario del Celta con canciones que hacen mondarse a sus compañeros. «Suelo cantar antes de entrenar porque un poco de humor siempre viene bien antes de cada entrenamiento. Así que muchas veces canto la canción del Cola Cao, que llegué a cantar el día que celebramos la clasificación para la Europa League», afirma el jugador, que como dice la canción, es negrito y viene del África tropical, pero lo único que cultiva es un amor exacerbado por un deporte que le ha llevado del África tropical a Europa, pero con una escala de un año en Palencia.