«Mi sueño es llegar a correr algún día el Tour de Francia»

Tiempos pasados siempre fueron tiempos felices. Y más si se habla del ciclismo segoviano. Pero existe un rayo de esperanza con Iván Gómez, de San Cristóbal de Segovia, que afrontará su segunda temporada tras haber fichado el año pasado por el Laboral Kutxa, el equipo sub-23 del Euskaltel-Euskadi. Estudiante de Fisioterapia en Madrid, el ciclista segoviano afronta esta temporada en la icónica marea naranja como una oportunidad de oro para demostrar su potencial y cuenta la importancia que este deporte tiene en su vida.

«Empecé como a los 9 años por afición de mi padre. Siempre nos había dicho que él había competido y que teníamos que probarlo. Fuimos un domingo a un velódromo, donde nos dejaron unas bicicletas. Allí hicimos un buen grupo, me gustó y hasta día de hoy», comenta el segoviano sobre sus primeros pedaleos.

Y es que lo que comenzó siendo una afición acabó convirtiéndose en su pasión. Tras apuntarse al equipo de cadetes en Segovia, allí encontró 'una familia' formada por sus propios amigos en la que tenían en el ciclismo la excusa perfecta para divertirse y aprender juntos. «Éramos compañeros y amigos. Llevábamos compitiendo juntos toda la vida, quedábamos y salíamos a entrenar. Dábamos una vuelta, hacíamos unos piques, pero no era nada serio. Simplemente éramos amigos que quedaban para montar en bici», relata.

Con la etapa de cadetes acabada, Iván Gómez dio el paso a la categoría de juveniles en la que tuvo que competir en el equipo formado en Aranda de Duero, el Artepref, ya que Segovia no contaba con equipo en esta categoría. «La experiencia fue bonita a la par que bien. Fuimos a ese equipo unos cuantos compañeros con la misma dinámica de siempre de seguir juntos y mantener el grupo. Allí nos trataron muy bien y aunque no estábamos en el equipo de Segovia, conseguimos hacerlo muy nuestro», comenta. Notables fueron las diferencias que el joven ciclista notó del paso de cadetes a juveniles asegurando que «en cadetes había carreras importantes, pero en juveniles te empiezas a enfocar en el ciclismo profesional y en lo que es competir para ganarse la vida».

Iván Gómez afrontará su segunda temporada en el Laboral Kutxa, equipo sub 23 del Euskaltel-Euskadi, tras una primera campaña de adaptación y aprendizaje. «Sabía que iba a ser un año complicado y de muchos cambios. Ha tenido sus más y sus menos, he aprendido mucho y me ha servido para ver lo que es este deporte y lo duro que es». De cara a la próxima temporada, Iván Muñoz comenta que «la afronto de una manera distinta, ya sabemos lo que hay que hacer y mi objetivo es ir carrera a carrera y dejarme ver todo lo que pueda».

En su segundo año de carrera de Fisioterapia en la Universidad Complutense de Madrid, no tiene dudas acerca de los estudios afirmando que «el mundo del ciclismo quiero intentarlo, pero nunca se sabe, lo que si sé es que los estudios son un seguro y es mi prioridad». Viviendo ya en la capital de España, habla sobre cómo compagina los estudios con el deporte comentando que «siempre he tenido facilidad para el estudio porque se me da bien, todo desde el orden y echándole ganas». En pretemporada ahora y preparando lo que se le avecina, el joven segoviano comenta que «lo bueno de este deporte es que, aunque los integrantes del equipo estemos viviendo en lugares diferentes, cada uno puede entrenar desde donde esté de forma individual». Sabedor de la dificultad del mundo del ciclismo para llegar a lograr metas importantes, Iván asegura que «es un deporte muy sacrificado, ya no es solo el tiempo que eches, sino el ritmo de vida que tienes que llevar, por lo que tienes que sacrificar muchas cosas que a veces acabas haciendo incluso por fe».

A pesar de todo, ve en este deporte más cosas positivas que negativas y es por ello por lo que lo intentará hasta el final sin nunca tirar la toalla. «Es muy sacrificado, pero merece mucho la pena. Tienes muchos días de penas, pero incluso dentro de esos malos momentos, existen buenos. Mas allá de lo que pueda ser ganar una competición, no todo es ganar, también es disfrutar e incluso dentro de los malos ratos aprendes a disfrutar de algo, de la compañía o de lo que sea. Muchas veces es más la ambición propia que el hecho de competir contra otra gente», explica.

Sobre el momento más feliz que le ha brindado el ciclismo, aparca las victorias y medallas a un lado para apreciar las amistades. «El año de cadetes cuando estábamos en Segovia fue inolvidable. Teníamos un grupo tan bueno y nos lo pasábamos tan bien en cualquier momento, que sin duda me quedo con esa etapa», explica Iván Gómez sobre sus mejores vivencias subido a una bicicleta. Por último y puestos a soñar, asegura que su sueño a largo plazo sería el Tour de Francia mientras que a corto plazo se marca como objetivo y que le hace especial ilusión el poder correr la Vuelta a Segovia el año que viene.

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