Una lucha frustrante
El Viveros Herol Nava zarandea al Barça B, pero la intervención de los árbitros acaba con su resistencia
nacho sáez
Domingo, 11 de octubre 2015, 00:00
Si ya es difícil de por sí ganar a un equipo de la entidad del Barcelona B, la misión se convierte en una quimera si los árbitros deciden poner trabas en el camino. Se acordarán durante un buen tiempo en Nava de los colegiados madrileños Efrén Muñoz y Julio Posada. Su actuación fue equivocada, desquiciante y merecedora de un suspenso rotundo. Le fue imposible al Viveros Herol Nava pese a que lo intentó sobreponerse a las decisiones que fueron tomando sobra la marcha estos, responsables principales de cortarles las alas a los de Álvaro Senovilla cada que trataban de asomar la cabeza en el encuentro. Estos tampoco supieron mantener la cabeza fría, pero se entiende en cierto modo si se tiene en cuenta que arrastraban una hoja de servicios con tres derrotas en otros tantos partidos en este inicio de Liga y que ganar al Barça B, que tiene un fondo de armario que ciega, exige un trabajo minucioso, sin borrón alguno.
El Viveros Herol Nava parecía tener uno de esos días en el que el pequeño se ve capaz de devorar al grande. Comenzó el encuentro como pedía la cita, rebosante de concentración y confiado en sus capacidades. Resistió sin daños el primer pulso a los azulgrana, a los que envió el mensaje de que iban a tener que arremangarse para llevarse los dos puntos de Nava de la Asunción. Estos, por su parte, respondieron mostrando parte del impresionante arsenal con el que cuentan. Daniel Dujshebaev se situó al frente de la dirección de juego y Álex Márquez exhibió el cañón que posee en su brazo para el lanzamiento exterior.
El partido estaba igualado, emocionante. Los dos equipos se esforzaban por hacer bien su trabajo y el aficionado se frotaba las manos ante el magnífico espectáculo que se estaba cociendo. Pintaba a partidazo y no cabe duda que lo fue, pero los árbitros tuvieron una intervención decisiva que quién sabe si no acabó con un duelo entre el Viveros Herol Nava y el Barcelona B aún mejor. O quizás sus decisiones fueron el punto de origen de la conmovedora actuación que protagonizó el equipo navero en la segunda mitad del choque.
El caso es que el encuentro gravitó a partir de una decisión muy polémica de los colegiados mediada la primera parte. Dujshebaev conducía un ataque de los azulgrana cuando se encontró con la pierna de Julián Rasero. Si fue un tropezón fortuito o por el contrario el pivote navero hizo a su rival una zancadilla de forma intencionada solo lo sabrá el propio Rasero. Sin embargo, los árbitros quisieron tener un intervencionismo excesivo y señalaron la descalificación del jugador navero, que estaba desempeñando una labor muy importante para su equipo en la parcela defensiva.
Fuera o no justa la descalificación, que pareció una exageración desde fuera, sí que tuvo un papel fundamental en el partido. A partir de ese momento y durante un buen rato, el Viveros Herol Nava hizo un alto en el choque. Desconectó del juego, perdió las posiciones y comenzó a ser masacrado por un Barça B que se puso morado en el pivote con Víctor Tremps. La gota que colmó el vaso fue una exclusión (también bastante rigurosa) a Carlos Domínguez bordeando el descanso que terminó de poner contra las cuerdas al equipo de Álvaro Senovilla. El 11-16 que figuraba en el descanso era para dar saltos de alegría en comparación con el 12-20 que establecieron los azulgrana en el minuto cuatro de la segunda parte.
Reacción
Pero el Nava no se define por ser un equipo remolón o que se rinda fácilmente. Cuando ya todo parecía perdido y se temía una goleada abultada del Barça B, tocó a rebato y ofreció una lección de orgullo y casta ejemplar. Creyó en una remontada que casi al resto del pabellón le parecía imposible y estuvo a punto de conseguirla. Le faltó dar el último paso, situarse a un gol, no volver a sufrir el azote de los árbitros, que excluyeron a Ismael Villagrán a cuatro minutos del final cuando el conjunto navero se resistía a firmar su capitulación.
Pero no pudo ser y tras cuatro jornadas (lleva una menos que el resto por su encuentro aplazado contra el Handbol Bordils) continúa sin estrenar su casillero de puntos. Eso sí, en el inicio y en la segunda parte del duelo ante el Barça B enseñó el camino a seguir. Cuando buscaba la remontada le salió a la perfección la defensa 5:1 y encontró en Guillermo Campillo un perfecto asidero para el lanzamiento exterior. Lástima que el equipo de Álvaro Senovilla se marchara del partido un rato desequiciado por los árbitros, aunque mejor quedarse con la demostración de orgullo que brindó, que estuvo a punto de culminar en una enorme gesta ante un equipo plagado de internacionales.
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