El sueño americano de Irene de la Fuente
La pívot vallisoletana del Perfumerías Avenida Junior, campeona de Castilla y León, emigrará a Dakota del Norte para jugar con el equipo de la Universidad de Williston
Muchas veces se escucha en diferentes películas, series y reportajes estadounidenses la famosa expresión del 'sueño americano'. De hecho, es una de las ideas que guían la cultura y sociedad de los Estados Unidos a nivel nacional. Este 'American Dream' suele referirse a los ideales que garantizan la oportunidad de prosperar y tener éxito a base de esfuerzo, trabajo y sacrificio. Esta es precisamente la definición de Irene de la Fuente.
La actual pívot del Perfumerías Avenida Junior, reciente campeón de Castilla y León, se marchará el próximo 20 de agosto en busca de una oportunidad en la cuna del baloncesto. Lo hará en el estado de Dakota del Norte, más concretamente en la Universidad de Williston, en la que Irene jugará en una de las ligas universitarias norteamericanas. Además, la oportunidad deportiva también cuadra con la académica. Pese a que aún tiene que realizar la temida selectividad, la experiencia de 'independizarse' a sus 17 años y el hecho de hacerlo en el país estadounidense, convierten esta ocasión en una posibilidad única de «mejorar tanto su nivel de baloncesto como su nivel de inglés».
El camino hasta aquí no fue sencillo. Y menos con una pandemia de por medio. Irene recuerda como fue este reciente tramo de su carrera deportiva como «uno de los más difíciles». La jugadora del club salmantino cuenta que tuvo que estar apartada de su equipo en los meses que duró el cierre perimetral. No la dieron permiso para entrenar con su equipo pese a ser deportista de élite. Pero Irene no se dio por vencida. Junto a su entrenador José Ramón Llana, asturiano asentado en Valladolid, tuvo que adaptarse a las circunstancias entrenando en una cancha cercana a su casa. Él fue quién la llevo desde el equipo de la Universidad de Valladolid al club perfumero en febrero del año pasado.
Si se quiere, se puede seguir hacia adelante debió pensar Irene. Y su esfuerzo se vio recompensado con esta llamada desde el otro lado del Océano. Aunque no fue la primera vez que contactaron con ella para este 'Erasmus' prematuro ni la única jugadora con la que hablaron desde Estados Unidos. En 2018 ya iniciaron las primeras conversaciones para que la jugadora perfumera, entonces en el Universitario, saliese rumbo al país norteamericano. Hasta tres integrantes de su actual equipo también aceptaron ofertas en diferentes puntos de la geografía estadounidense. No estará sola en el país. Y esta es una de las razones que terminaron de convencerla para vivir este viaje.
Otra aventura, la de su amor por el baloncesto, comenzó con seis años en el Colegio San Agustín. Irene rememora con gran cariño su primera etapa con un balón en las manos gracias a uno de sus primeros entrenadores. Chamorro fue quién le enseñó las bases de un deporte que su padre y su hermano le enseñaron a querer desde casa. Pero este pasatiempo extraescolar se convirtió en algo más serio cuando en segundo de la ESO, «con 13 o 14 años», se cruzó Natalia Regueira en su camino.
Ella, entrenadora, fue quien la llevó jugar a nivel autonómico en el CB La Flecha a la vez que compaginaba los partidos federados con los de liga escolar. Jugar con sus amigas también fue una de las elecciones que tuvo que hacer. Duplicar partidos y entrenamientos fue el precio que pagó gustosa para poder disfrutar del deporte que ama con sus amigas y de nuevos retos al mismo tiempo. De la mano de Natalia llegó al equipo universitario y con ella alcanzó un nivel superior que atrajo al Perfumerías Avenida.
Pese a no haber paladeado su paso por Salamanca tanto como le hubiese gustado debido a la pandemia, Irene señala que «no se lo pensó dos veces» cuando se enteró de la oferta. La 27 perfumera asegura que desde su llegada al Pabellón de Würzburg, su mayor aportación es la defensiva. Pese a que «no le gusta pegarse», ese es su fuerte. Y es que a Irene, con su 1,85 de altura, no le entusiasma demasiado atacar. Explota su fuerte y aporta lo que puede cuando sube. Esa es su hoja de ruta cuando le toca demostrar su valía en el parqué charro.
Con la incertidumbre de como le irá en Estados Unidos, Irene se marchará el próximo 20 de agosto con la ilusión de su familia y amigas rumbo a una experiencia única en su viaje a Dakota del Norte para vivir su particular 'sueño americano'.