La sombra de Ángeles
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Marian Izaguirre: «Vida y obra. Una engrandece a la otra. Imposible pensar en la obra de Delibes sin recurrir constantemente a su vida»Marian Izaguirre
Sábado, 12 de diciembre 2020, 08:44
Tengo una imagen grabada en la memoria: la foto que Oriol Maspons hizo a Miguel Delibes y Esther Tusquets, en la sobremesa tibia de una tarde otoñal, ella adormilada y Delibes con la vista clavada en algún punto incierto del paisaje. Tan incierto que se diría que mira hacia dentro. Delibes publicó con Esther 'La caza de la perdiz roja', en la colección Palabra e Imagen. Esta fotografía, que no era para el libro, representa mejor que ninguna otra un mundo literario al completo. Autor, editor. Confianza mutua. Una amistad de más de 40 años, a pesar de que Delibes siguió siempre fiel a Josep Vergés, su editor en Destino.
Cosas de verdad. Fuera del marketing editorial. Cosas que queremos conservar sobre todo. La amistad por encima del negocio, de la oportunidad, el ser humano inmerso en la naturaleza, aunque sea en un asiento de coche plantado en mitad del campo. La conversación sostenida en el tiempo.
Vida y obra. Una engrandece a la otra. Imposible pensar en la obra de Delibes sin recurrir constantemente a su vida. Y también impensable pensar en la vida de Delibes sin caer de bruces en la figura de Ángeles, su mujer. En las múltiples reproducciones de la foto de Maspons se ha eliminado con frecuencia su imagen, que en el original aparece sentada junto a Miguel, pero nadie ha podido eliminar sus manos, ese fragmento de verdad incuestionable.
En la pedida de mano, cuenta Jesús Marchamalo, ella le regaló una máquina de escribir Hermes Baby y él a ella una bicicleta Velox amarilla. Este año, no sé por qué, he tenido ganas de pasar mis vacaciones en Sedano. Quizá comprarme una bicicleta amarilla en Wallapop.
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