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Las surgencias rocosas definen la toponimia del territorio. Los barruecos, en Pinilla de los Barruecos (en la foto), o las muelas, en Mamolar Rebeca Ruíz

Rutas: en busca de las fuentes del Río Lobos

Sendas con miga ·

De Gete a Hontoria del Pinar por Pinilla de los Barruecos, Mamolar, La Gallega y Rabanera

Carlos Aganzo

Valladolid

Viernes, 24 de enero 2020, 13:50

No, desde luego, las del Nilo. Pero sí las del río Lobos. Con todo su sabor y su leyenda. Con su regusto a bosque antiguo, primigenio. Salimos en busca de las fuentes de esta corriente que nace en Burgos y que forma en Soria uno de los cañones más espectaculares de la geografía española. Y allí del Lobos al Ucero. Del Ucero al Duero. Y del Duero al mar. Que nuestras vidas son los ríos. No somos conscientes de hasta qué punto.

De Pinilla de los Barruecos a Pinilla de los Barruecos, pasando por La Gallega, Rabanera del Pinar, Mamolar y Gete el mapa sugiere una atractiva ruta circular. Cincuenta kilómetros a pie que, sin embargo, es posible acometer de otras maneras. Con múltiples combinaciones. Para rematar después, siguiendo al río, en Hontora del Pinar. Aunque la ruta está ahí. Para valientes. Pistas, caminos, sendas y trochas. Robledales, pinares y bosques de sabinas centenarias. Una inmensa riqueza en aves rapaces, empezando por el buitre y terminando por el halcón. Y, si hubiera suerte, un alimoche. Con sus ojos oscuros y su rugosa careta amarilla. Con su pico corvo y puntiagudo. Con esa cara de loco o de harpía que le presta su melena de plumas empingorotadas.

El coto micológico de Pinares-Sur de Burgos presenta más de 30 especies comestibles

Riqueza faunística y, aún más deliciosa, riqueza micológica. Porque entre Rabanera y La Gallega se localiza el coto micológico de Pinares-Sur de Burgos. Más de treinta especies comestibles, con permiso, eso sí, municipal. Boletus y gurumelos. Lenguas de gato y de vaca. Rebozuelos, níscalos, bonetes, trompetas de los muertos… Un alarde. La punta de lanza de una gastronomía que alrededor de la ruta, en Casarejos, en Hontoria del Pinar o en San Leonardo de Yagüe, abre la carta para probar otros platos. Asados asados y asados escabechados. Caza y carnes a la brasa. Ajo carretero. Y hasta alguna misteriosa sopa de Toledo. Ya puestos, con alguno de los ricos vinos de la D.O. Arlanza. Si hay capricho, pongamos que un Gran Lerma o un gran reserva de Dominio de Manciles. Si hay vicio, quizás el blanco maravilloso de Sabinares. Que el paisaje da para eso y más.

Bajando por el mapa desde Burgos, el desvío a Gete es imprescindible. Es el pueblo más pequeño de todos. Pero también el más misterioso. Los altares celtas de La Peña y de los Tres Tronos huelen todavía a muérdago y a prácticas druídicas. Gete es, en realidad, una pedanía de Pinilla de los Barruecos, que se encuentra a cinco kilómetros. ¿Qué qué son los barruecos? Pues esas muelas que surgen de la tierra y que forman la espectacular mandíbula rocosa que define y protege al pueblo. Siendo la Pinilla la mayor de todas estas peñas que imprimen carácter al paisaje. Aquí ya son dignas de ver las chimeneas cónicas, «encestadas» que les dicen, que coronan los tejados de algunas de sus casas serranas. También la iglesia de San Cristóbal, pero sobre todo la fuente y la ermita de San Miguel, con su lavadero. La BU-V-9215 sube desde Pinilla hasta muy cerca de los arroyos de la Palomera, Carrimermeja y Las Fuentes, que unen aguas para dar cuerpo al río Lobos.

Imagen principal - Rutas: en busca de las fuentes del Río Lobos
Imagen secundaria 1 - Rutas: en busca de las fuentes del Río Lobos
Imagen secundaria 2 - Rutas: en busca de las fuentes del Río Lobos

De Pinilla a Mamolar, en cuyo término nace oficialmente el río Lobos, hay una hora andando. Siete minutos en coche. De nuevo aquí la geología se apodera de la toponimia. Mamolar no es otra cosa que el Mont Molar, el monte de las muelas. Es decir, de los barruecos. Un punto de encuentro en el que se coinciden algunos caminos históricos, como el de Santiago, el del Destierro del Cid o la Ruta de la Lana, que une Burgos con Alicante. Por aquí anduvieron los romanos, pero también el Cura Merino, el héroe que capturó a los 669 polacos del Batallón del Vístula durante la Guerra de Independencia. Pero también el absolutista recalcitrante que por estas tierras tuvo fama de duro y cruel durante las guerras carlistas. Un campamento base desde el que hay que partir hacia los miradores. Desde lo alto del de Peña Águila se divisan los canchales donde están los yacimientos de dinosaurios y fósiles marinos de la comarca. Más materia para soñar.

Tres kilómetros

Rumbo sureste, La Gallega se localiza a tres kilómetros de Pinilla de los Barruecos. De nuevo la encrucijada histórica. Sobre todo el Camino Soriano Aragonés de Santiago. Y la Cañada Real Segoviana. El mirador de La Cabeza nos devuelve al esplendor de la comarca. Pero sin salir del pueblo se pueden admirar sus casas de arenisca rojiza, también con sus chimeneas encestadas, como en toda la zona. Más al sur, camino de Rabanera del Pinar por la N-324, el puente sobre el río Lobos ofrece un tentador desvío hacia la ermita de Peña Aguda y su necrópolis. Si hay tiempo, merece la pena.

Y al final, Rabanera. Fin del círculo antes de tomar el camino de Hontoria. Las vías, que recuerdan el paso del ferrocarril del Cantábrico al Mediterráneo, cerrado en 1984. La iglesia parroquial, de finales del siglo XVI, las ermitas de San Roque y San Andrés, las ruinas del palacio y los tres lavaderos. Y la rareza mágica, medieval, del campanario roqueño. La piedra manda sobre todo lo demás. Por Rabanera cruza el río Rabanera, que aporta su buen caudal al río Lobos. Las fuentes son ya corriente continua que va hacia el mar. También el agua tiene algo, mucho que cantar por estos pagos.

No te pierdas

  • Peña Águila Desde el mirador de Peña Águila, o Peñáguila, entre Pinilla y Gete, las vistas alcanzan los canchales que guardan yacimientos de dinosaurios y fósiles marinos.

  • Campanario roqueño El campanario medieval de Rabanera, exento y levantado sobre la roca, es una de las piezas mágicas de este recorrido.

  • Altares celtas Los altares celtas de La Peña y de los Tres Tronos recuerdan que antes que romana toda esta comarca fue celta... y druídica.

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