«Miguel Pajares era un maestro espiritual para todos nosotros»

En el Colegio San Juan de Dios de Valladolid no quedan muchas personas que recuerden a Miguel Pajares de su paso por la ciudad. Una de ellas es directamente la que descuelga el teléfono, una mujer de voz joven que prefiere no hablar. Amablemente remite a un compañero pero mientras pasa la llamada no puede reprimir un breve comentario: «Era maravilloso», exclama, «un hombre muy bueno que siempre se preocupaba de los demás».

Carmelo Muñoz, educador del Centro San Juan de Dios, coincidió con Miguel Pajares durante más de tres años «en los que pude compartir clases y vida social junto a los internos de este centro de educación especial y de atención a enfermos marginales de Valladolid». Califica al religioso como «una gran persona, muy humano. Dedicado siempre a transmitir lo que son los valores de la solidaridad, sobre todo la hospitalidad».

A Carmelo Muñoz le llamaba la atención «que siempre daba soluciones a las dudas que cualquiera de nosotros pudiera tener. Era un gran formador de profesionales y de personas, además de un profundo conocedor de los valores humanos. Una persona a la que tengo mucha estima».

Después de 24 años trabajando en el Centro San Juan de Dios, Carmelo Muñoz asegura que pone en práctica «los valores que Miguel Pajares nos transmitió. Él tenía como una especie de intuición para aparecer junto a ti cuando más lo necesitabas. Siempre aparecía y estaba a tu lado en los momentos de soledad. Siempre estaba implicado en la labor pedagógica y humana. Le considerábamos un maestro espiritual».

Destaca de Miguel Pajares «el trabajo junto a los colectivos marginales. Siempre quería inculcar los valores de la hospitalidad y de la solidaridad con el ser humano, con quienes más lo necesitan».