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Juan Bautista Varela Ortiz, Angelines Porres, Jesús Julio Carnero, Ana Ortiz, viuda del homenajeado, y Julio García Merino, tras el acto,

Adagio para Juan Bautista Varela

El musicólogo vallisoletano recibe un homenaje póstumo de sus amigos en el Teatro Zorrilla

Victoria Martín Niño

Jueves, 29 de mayo 2014, 14:12

Si la vida fue un allegro, la primera ausencia de Juan Varela Bautista sirvió para comprometer el adagio a quienes glosaron la figura del musicólogo vallisoletano ayer en el Teatro Zorrilla. En el homenaje póstumo se puso de manifiesto la necesidad de indagar, recopilar y dejar constancia del trabajo de este historiador de la música vallisoletana y gallega y la de reunir en un libro los artículos que durante lustros publicó en El Norte de Castilla. Fueron algunos de los deberes verbalizados en la reunión de amigos convocada por Angelines Porres que terminó con un concierto del pianista Diego Fernández Magdaleno.

Benigno Prego, de la Real Academia de Bellas Artes de al Purísima Concepción, habló del Varela académico. Su hijo Juan Bautista Varela Ortiz destacó la faceta de divulgador y la valentía de dedicarse a su pasión, la música, una vez que se jubiló como letrado sindical. Julio García Merino, archivero de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, recibió del musicólogo el encargo de continuar lo que él ya no podía atender: la defensa de la obra del compositor Luis de los Cobos. Fernando Herrero, crítico de cine y teatro de El Norte, se refirió también al compositor vallisoletano para recordar el estreno pendiente de su segunda sinfonía antes de hablar emocionado de su amigo. «Hay gente imprescindible, claro que la hay, y se nota porque dejan un hueco que nadie ocupa. Varela recuperó en sus artículos y libros la memoria y el tiempo de unos músicos que sin él no serían conocidos». Herrero también destacó el milagro de la revista Folklore, que dirigía Varela junto a Joaquín Díaz, presente en la sala.

Carlos Aganzo, director de El Norte, subrayó el testimonio de quien fue crítico en este diario. «Vivimos en un momento difícil para la transmisión de ideas y valores, pero hubo un tiempo en el que la comunicación del pensamiento pasaba por los periódicos. Por eso nos sentimos herederos de personas como él, que han asentado los cimientos de nuestra cultura. Para nuestra trayectoria es un orgullo tener su recuerdo e intentaremos humildemente seguir en la línea de él». Por último, Jesús Julio Carnero, presidente de la Diputación, expresó su asombro por la relación entre los músicos de Valladolid, «algo que no percibo en otras actividades humanas».

Le escuchaban muchos de ellos: Pedro Aizpurúa, García Laborda, Antonio Baciero, Pedro Zuloaga, Mabel Núñez o Pilar Cabrera. El pianista Fernández Magdaleno integró en el programa ocho obras significativas en la vida de Varela por su relación con los compositores o con su procedencia.

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