Santander facilita la transición energética a las empresas de Castilla y León

El banco ha identificado una serie de tendencias y tecnologías que tendrán un gran impacto para alcanzar una economía baja en carbono en la región, líder en capacidad de energía renovable instalada

"Nuestro banco ha pasado de ser un mero financiador a un asesor de nuestros clientes"

Francisco Javier Martín Clavo, director territorial de Santander en Castilla y León

Castilla y León es líder en España en capacidad de energía renovable instalada, con un total de 12.554 megavatios. Los datos corresponden a la Consejería de Economía y Hacienda del Gobierno autonómico, que destaca que el 96% de toda la potencia instalada en la región procede de fuentes limpias.

Sin embargo, estos datos no significan que todo el camino en la transición energética esté recorrido. Algunos estudios apuntan que Castilla y León es una de las tres comunidades con mayor emisión de gases de efecto invernadero en comparación a su aportación al PIB. Esto se debe en buena medida a la dependencia de la economía regional a sectores muy intensivos en emisiones de CO2, como la industria manufacturera, la agricultura o el transporte, entre otros.

Estos dos hechos demuestran la complejidad que supone acomodar la urgencia climática a la realidad económica y social de un territorio. Dicho de otro modo, ambicionar un objetivo climático a largo plazo es importante, pero posiblemente sea más urgente diseñar la transición hacia esa meta, para asegurar que nadie se queda atrás. 

Uno de los actores que más enfocado está en acompañar a sus clientes en ese tránsito hacia las cero emisiones es Banco Santander, que ha diseñado una estrategia encaminada a apoyar la transición energética de sus clientes, sea cual sea su punto de partida. «Como banco tenemos unos objetivos muy ambiciosos para alcanzar cero emisiones netas de carbono en 2050 y apoyar la transición de nuestros clientes a una economía baja en carbono. Pero tiene que ser una transición gradual y a un ritmo que permita proteger la actividad económica y el empleo, así como la seguridad energética», explica Francisco Javier Martín Clavo, director territorial de Santander en Castilla y León.

Algunos han definido el momento actual como una «revolución tecnológica verde». Es decir, durante los próximos años –seguramente una o dos décadas– tendrá lugar una enorme cantidad de innovación encaminada a diseñar y perfeccionar tecnologías que harán más sostenible el día a día de los ciudadanos y las empresas. Un buen ejemplo es el de la movilidad, donde todavía hoy el 99% está basada en motores de combustión interna pero que ya está comenzando a introducir diferentes tecnologías (hidrógeno, biocombustibles, baterías eléctricas…) que están comenzando a cambiar el mapa a nivel global.

Santander ha identificado seis tendencias que serán esenciales en esa transición energética hacia una economía de cero emisiones: hidrógeno; tecnología para mejorar y optimizar las baterías eléctricas; capacidad de almacenamiento y carga; captura de emisiones; biocombustibles y economía circular, y foodtech, es decir, cómo vamos a producir proteína de manera más sostenible.

España, y en particular Castilla y León, cuenta con proyectos ambiciosos en estos campos. Aspira a ser la primera comunidad autónoma en construir un hidrogenoducto y es una de las regiones mejor preparadas para reutilizar residuos agrícolas y ganadores y convertirlos en biometano, según un reciente estudio de la Asociación Española del Gas.

«Santander ha pasado de ser un mero financiador a un asesor de nuestros clientes. Lógicamente, el apoyo financiero ese esencial, y forma parte de nuestra actividad tradicional como banco, pero es muy necesario disponer de experiencia y conocimiento en estas tendencias para poder acompañar a nuestros clientes en sus decisiones de inversión que definitivamente marcarán su futuro», añade Martín Clavo.