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Aquona conmemora el Día Mundial de las Ciudades poniendo en valor las soluciones que ha puesto en marcha para hacer de las urbes lugares más resilientes frente a la emergencia climática

Aquona apuesta por la digitalización para desarrollar soluciones que contribuyan a optimizar los recursos hídricos
España es uno de los países de la Unión Europea más afectados por el cambio climático, con episodios meteorológicos cada vez más frecuentes y extremos en el territorio que repercute de una forma clara y directa en la disponibilidad de agua en un futuro en todos sus usos –ciudadanía, industria y agricultura– con una demanda cada vez mayor.
El contexto de escasez hídrica con el que convivimos no sólo plantea afecciones en cuanto a la disponibilidad del suministro del recurso, sino también en su calidad y, por ende, a la salud de las personas, los ecosistemas y las ciudades. Hoy, 31 de octubre, se celebra el Día Mundial de las Ciudades, conmemoración en la que se pone en valor la necesidad de garantizar un futuro sostenible que convierta a las ciudades en lugares resilientes a los efectos del cambio climático y mucho más habitables para las personas.

Bajo esta premisa, Aquona, empresa que presta servicios vinculados a la gestión sostenible de los recursos hídricos en más de 60 ciudades y municipios de Castilla y León, lleva años trabajando de la mano de las administraciones para luchar contra el cambio climático. «Se trata de avanzar en la transformación ecológica mediante la economía circular, la innovación y las alianzas», explica el director de Aquona, Jesús García del Valle.
Frente al contexto de emergencia climática, Aquona ha apostado por la digitalización para desarrollar soluciones que contribuyan a optimizar los recursos hídricos. De hecho, la monitorización es ya un elemento clave para la empresa en la gestión diaria del ciclo del agua en las ciudades y municipios, puesto que permite controlar todos los procesos en tiempo real mediante la instalación de sensores en cada una de las fases del ciclo. En las plantas de tratamiento de agua, la tecnología no sólo posibilita asegurar la calidad y la continuidad del servicio, controlando los principales parámetros, sino también hacer la operación mucho más resiliente, afrontando episodios como la sequía con altos niveles de seguridad, en cuanto a disponibilidad y la calidad del agua.

Ejemplos de plantas de tratamiento 100% digitalizadas son las de Zamora y Palencia. Este hito se ha conseguido con la implantación de soluciones tecnológicas de automatización y control. En el caso de la capital palentina, el sistema DCDC se combina con el IMPRESS, una herramienta de predicción meteorológica que posibilita saber cómo van a afectar y cuándo los fenómenos climatológicos como la lluvia o las temperaturas extremas a la calidad del agua de entrada a la planta.
En cuanto a las redes de distribución, la digitalización permite predecir el comportamiento de las mismas, controlar sus sectores, mantener la calidad del agua o predecir su comportamiento. Actualmente, las redes de todos los municipios que Aquona gestiona en Castilla y León se encuentran digitalizadas. La herramienta que lo ha hecho posible se llama GIS Agua, la cual localiza geográficamente todos los elementos de las redes de distribución y alcantarillado.
Además de para controlar y optimizar en tiempo real indicadores como el caudal, la presión y la calidad del agua, la tecnología es esencial para incrementar la eficiencia energética e hidráulica de las redes. Por ello, la empresa ha implementado una herramienta digital que, mediante sensores que supervisan el comportamiento hidráulico de las redes, permite la detección y prevención de fugas de agua, mejorando el rendimiento de la red y alargando su vida útil. En este ámbito, Aquona ha desarrollado el SoundWater, una aplicación para smartphones que permite localizar fugas con gran precisión mediante la captura y el análisis del sonido que se capta en las redes de distribución. La apuesta por la eficiencia y la pérdida de agua se completa de la mano de la Inteligencia Artificial con un proyecto para detectar consumos anómalos.

Por último, la preservación del agua integra también el cuidado de los recursos hídricos subterráneos. Por ello, la compañía ha puesto en marcha un nuevo sistema para controlar el nivel y optimizar de esta forma el uso del agua subterránea. Varios municipios de la provincia de León como San Andrés del Rabanedo o Villaquilambre ya cuentan con este sistema.
«Gracias a la constante innovación, la digitalización y la aplicación de todas estas tecnologías punteras somos capaces de realizar una gestión más eficiente y sostenible de los recursos naturales», asegura Jesús García del Valle. Es precisamente esa capacidad humana y tecnológica y de experiencia en la gestión la que Aquona pone al servicio del territorio para mejorar la calidad de vida de las personas y la preservación del medio ambiente.
Para acelerar la transformación ecológica es necesario convertir el actual modelo de producción lineal que agrava la crisis climática, en un sistema circular en donde se dé una segunda vida a los recursos, desaparezca el concepto de residuo y favorezca la creación de ciudades inteligentes.
Un caso de éxito es el de Palencia, donde «junto al Ayuntamiento hemos sido pioneros en la transformación de la depuradora en una ecofactoría», indica Jesús García del Valle. Se trata de un modelo reconocido por Naciones Unidas como proyecto destacado en la lucha contra el cambio climático que aboga por regenerar agua para nuevos usos, valorizar los residuos para nuevos recursos y producir energía renovable con el fin de conseguir el autoabastecimiento de la planta, generando un impacto positivo sobre el entorno. La ecofactoría de Palencia ha alcanzado un nivel de autosuficiencia energética superior al 60% gracias a la generación de energía eléctrica a través de los fangos de depuración y una importante inversión en la instalación de placas solares. En curso se encuentra la implantación de un nuevo sistema de producción de energía –a través de un motogenerador adicional–, que permitirá el autoconsumo del 100% del biogás generado en el proceso de depuración.

Pero la descarbonización de las plantas de tratamiento de agua no solo se da en la capital palentina. Aquona ha instalado placas solares que, además de abastecer de energía a la operación de las plantas, ha evitado la emisión de más de 3.300 toneladas de gases de efecto invernadero en los últimos tres años. Palencia, Mancomunidad del Río Eresma, Aguilar de Campoo, Herrera de Pisuerga o Grijota son algunas de las localidades que ya tienen habilitadas placas solares en las instalaciones de tratamiento.
Así mismo, soluciones tecnológicas basadas en inteligencia artificial, como Createch en el caso de Palencia y Benavente o Fuzzy en Puebla de Sanabria, hacen realidad esa gestión sostenible y digital del agua residual. Pese a todos estos avances, resulta imprescindible una gobernanza que sitúe el agua en el centro de la política y lleve a cabo inversiones prioritarias para asegurar el suministro y aumentar los recursos disponibles. Para Jesús García del Valle, «solo con la cooperación y el modelo de colaboración público-privada, cuyo éxito es más que evidente, conseguiremos afrontar los retos climáticos y avanzar hacia un futuro más sostenible».