El 8% de los recursos hospitalarios se malgastan, según un estudio de la UVA
El trabajo, que compara entre ellos a los 14 complejos de la región, detecta menor eficiencia en los centros medianos
La complejidad del funcionamiento de un gran centro asistencial es extrema. Más de un millón de urgencias al año; más de doscientas mil cirugías; más ... de 3,3 millones de consultas externas; de doscientas ciencuenta mil altas; de seis mil camas... miles de raciones servidas de comida cada día, vigilancia, limpieza, miles de médicos, enfermeros, ingenieros, administrativos... suma Castilla y Léon en 14 hospitales de diverso nivel. Y cada día, todo eso se mueve para obtener un solo objetivo en realidad: devolver la salud. Para lograr el bienestar de las personas el gasto de recursos tanto económicos como materiales es ingente. El uso eficiente de los mismos y el consumo adecuado de los medios, permitiría un destino alternativo, disponer de medios para otros fines. Es importante cumplir con la finalidad asistencial y lo es también hacerlo sin derrochar, de forma adecuada.
Por ello, desde la Universided de Valladolid, y con participación de responsables de perfil médico de Sacyl, se ha querido analizar la eficiencia de los hospitales de Castilla y Léon además de evaluar las garantías de la metodología empleada para hacerlo.
El resultado global es que los 14 hospitales, en su conjunto, podrían consumir un 8% menos y lograr los mismos resultados. «Habría que optimizar mejor los medios con los que cuentan», explica Carlos Cabezas Pascual, gerente de la Fundación General de la Universidad de Valladolid (FUNGE).
El trabajo, el primero que se realiza en la autonomía desde las transferencias sanitarias, permite comparar los 14 hospitales entre ellos y hacerlo a lo largo de cinco años, de 2014 a 2018, con lo que también se analiza el comportamiento de cada centro en relación consigo mismo, es decir, se revisan 70 unidades. Pero no establece correlaciones con los hospitales del resto de España u otras comunidades. El objetivo último «es el de copiar de los mejores. Se trataría en un trabajo posterior el de ahondar en las causas de las diferencias para corregir posibles desvíos; aunque no siempre es posible porque el servicio asistencial hay que darlo siempre, cada población se merece la misma accesibilidad aunque pueda resultar menos eficiente la gestión. Es el caso de Soria, es el que peor parado sale, puede haber funcionamientos no rentables pero inevitables y otros corregibles», explica Cabezas.
Así repasa este experto en Economía, «la importancia de ver si lo que los ciudadanos ponen a disposición de las administraciones tiene un uso adecuado, efectivo. No se pueden tener recursos ociosos o mal utilizados y eso les tocaría gestionarlo a los políticos». El presupuesto hospitalario de este año es de 2.645 millones.
El estudio también cuenta con la mirada médica de los doctores José María Eiros Bouza, jefe de Microbiología del Hospital Río Hortega y Alberto Pérez Rubio, director médico del de Ávila.
Los resultados muestran importantes desigualdades entre los hospitales e, incluso, dentro de cada centro según años la gestión, que es variable. Algunos logran un 100% en algún ejercicio. Hay 18 resultados así en el citado quinquenio analizando las 70 unidades.
El modelo empleado, el Análisis Envolvente de Datos (DEA o Data Envelopment Analysis), es una técnica de programación matemática no paramétrica que permite comparar organizaciones. En este trabajo se estudia la eficiancia técnica global, la pura y la de escala. La primera analiza el comportamiento de un hospital si se incrementaran en un 1% sus recursos, cual sería su retorno, su rendimiento y si sería del mismo porcentaje su aumento de actividad. La segunda analiza si se incrementa por encima de ese 1% o por debajo, si crece o decrece su rendimiento; pero siempre produce más y el cociente de ambos arroja la eficiencia de escala.
Y conforme a estos modelos el estudio establece que el hospital más eficiente es el complejo de León, apenas le haría falta optimizar un 1% más de sus medios. Por el contrario, el que peores resultados tiene es el citado de Soria que 'pierde' un 29% de su potencial de recursos y presupuestos.
La eficiencia media global de todos los complejos es del 92% oscilando entre el 71,25% y el 98,22% y algo más alta la eficiencia técnica pura media.
También Ávila, con un 88% de eficiencia técnica global comparte malos resultados; seguido del de Zamora (ambos desaprovechan el 12% de sus recursos). El resto del orden de los de peor balance a los de mejor en eficiencia global es: Segovia (10%), Santiago Apóstol de Miranda y el de Burgos (9%), Clínico de Valladolid (7%), El Bierzo (6,3%), Palencia (5%), el Santos Reyes (4,1) de Aranda de Duero, el Río Hortega (4%), Salamanca (3%), y el de Medina del Campo (2,5%) hasta llegar al mejor, el citado de León (1,8%).
Estos resultados comparan la eficiencia entre los 14 hospitales, no con el resto de España «que por los trabajos que hay de otras comunidades saldría Castilla y León peor parada», reconoce Carlos Cabezas.
Este análisis ofrece balance de eficacia a la hora de disponer de los recursos, no de resultados de salud. Se trata de gastar en dinero y en material lo que hace falta, no más, para unos mismos efectos.
La investigación de la Universidad también detecta que, analizados en conjunto los hospitales en función de su nivel de complejidad, los que resultan más eficaces en su gestión son los más grandes y complejos y después el otro extremo, los comarcales. En cambio resultan los menos operativos los de término medio que son seis en la comunidad (Ávila, El Bierzo, Palencia,Segovia, Soria y Zamora) con un 13% de malgasto de media. Los del grupo III –Burgos, León y el Río Hortega y el Clínico de Valladolid– obtienen un buen promedio y solo no rentabilizan un 5% de su gasto en recursos y el que mejor parado sale es el grupo IV al que sloo pertenece Salamanca, con un 4% de uso ineficiente. Pero esto «no significa que sea más eficaz que el de León, que es el primero en buenos resultados, sino que al ser el único de su nivel logra tal resultado (León solo tiene dos puntos más a su favor)», explica el gerente de FUNGE.
En cuanto a los más pequeños, los dos de Burgos (Santiago Apóstol y Santos Reyes) y el de Medina del Campo (Valladolid) tienen un 6% de ineficiencia.
El trabajo, publicado en la Revista Española de Salud Pública este mes, aporta una importante herramienta para el debate, que se arrastra ya desde la crisis económica de 2008 e incluso antes, de la sostenibilidad del sistema sanitario. Todos los datos que analiza son asequibles para cualquier investigador, dado que están en los portales de transparencia autonómico y estatal. El estudio evalúa hospitales con 300 millones de gasto como el de Salamanca y con solo 30 como puede ser el de un comarcal. Analiza número de camas, en pruebas de diagnóstico los TAC y las resonancias magnéticas, mide actividad de hospitalización, ambulatoria o altas.
La investigación demuestra la validez del método para evaluar servicios
La evaluación de la eficiencia contituye un mecanismo de gestión utilizado para conocer el funcionamiento de las distintas unidades de producción. Explica Carlos Cabezas que «se podría medir y comparar hospitales, servicios de un mismo centros asistencial o uno determinado en varios». El trabajo «demuestra que el método de evaluación es efectivo», destaca. El principal problema que se plantea en los estudios de eficiencia hospitalaria consiste en reflejar adecuadamente, a través de un conjunto reducido de variables inputs y outputs, la enorme casuística y complejidad hospitalaria. «¿Cómo medir desde que el paciente entra enfermo y sale sano? Difícil. Y por eso nos apoyamos en datos de altas, pruebas, partos, consultas, cirugías.... como indicadores y utilizamos el Análisis Envolvente de Datos (DEA oData Envelopment Analysis) condicionado por los parámetros de 25 variables, doce de entrada (inputs) y 13 de salida (outputs). Así se miden medios físicos y tecnológicos, recursos humanos y económicos y, por otra parte, la actividad, hospitalizaciópn y ambulatoria, etc... «Las diferentes mediciones realizadas nos muestran los modelos de evaluación más efectivos. POr ejemplo puedo analizar toda la plantilla, solo la sanitaria, solo la facultativa... una vez comprobadas todas las formas posibles si los resultados son muy similares bastaría con elegir uan sola, lo cual se más eefctivo», recalca Cabezas. «Lo importante es que represente bien, que responsa al 80% y hemos visto que la metología es realmente eficiente», añade este economista. Por ello, esta investigación no tiene solo el valor de valorar la eficacia de la gestión hospitalaria sino evaluar las garantías del método.«En nuestro estudio, como evaluamos catorce hospitales, tenemos que dimensionar adecuadamente el modelo para garantizar la capacidad discriminatoria del DEA, de tal manera que el número de unidades evaluadas supere ampliamente al número de variables empleadas para la estimación de la eficiencia. Esto nos lleva a que en esta investigación se opte por dos alternativas importantes: la primera, considerar que en realidad trabajamos con setenta unidades en vez de con catorce (14 por cinco años) y, la segunda, que decida al trabajar exclusivamente con cinco variables, tres inputs y dos outputs, siendo conscientes de que la omisión de algunos relevantes puede ocasionar importantes sesgos en los resultados, lo cual se ha tratado de evitar en este estudio a través del análisis de componentes principales».
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