Arévalo celebra las fiestas de la Virgen de la Caminanta

No es una romería más. Los miembros de la Cofradía de Nuestra Señora del Camino de Arévalo ultiman los preparativos para celebrar la tradicional romería de 'La Caminanta', una celebración de carácter anual en la que se entremezcla el fervor religioso por esta advocación mariana, cuya imagen se custodia en una pequeña ermita, y la propia celebración festiva en la que los bailes y la música centran las celebraciones.

Aunque realmente la fiesta empieza el sábado por la tarde, ya desde por la mañana, numerosos cofrades recorren las calles de Arévalo acompañados por las música tradicional de dulzaina, 'gaitilla' como se conoce en la zona y el tamboril, anunciando de esta forma el inicio de las celebraciones. Por la tarde los cofrades, ya con la vara y la corbata de color rosa que les distingue como miembros de la hermandad, trasladan en procesión la imagen de la Virgen del Camino desde la ermita, que está situada en un cruce de caminos, cañadas y veredas, hasta la iglesia parroquial de San Juan, donde se deposita en el altar mayor.

El domingo la fiesta comienza al mediodía con la misa solemne en la parroquia de San Juan. Por la tarde habrá un nuevo desfile procesional para trasladar a la imagen de la Virgen desde la iglesia hasta su ermita, y allí se celebra la tradicional romería.

La imagen permanece en la calle hasta bien entrada la noche. A este lugar acuden centenares de arevalenses y morañegos para disfrutar de una tarde festiva, con bailes y una merienda tradicional en la que no faltan las tortillas de patata ni los productos de la matanza del cerdo.

El lunes a las ocho de la mañana se celebra una misa en la campa de la ermita, presidida por la imagen de la Virgen, en la que se baila la jota a su alrededor. Por la tarde, después del almuerzo de hermandad de los cofrades, numerosas personas se acercan a la campa para disfrutar de los bailes y de la merienda.

Esta romería se remonta al siglo XVI y a principios del siglo XX desapareció. En 1928 se reanudó la celebración de una fiesta de las más populares de la provincia. La Caminanta rompió en 2005 una tradición, ya que después de cinco siglos siendo una hermandad masculina, aprobó la incorporación de mujeres.