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Sara Blanco Fuentes recoge a una pasajera antes de salir hacia Salamanca. :/ R. Otazo
VALLADOLID

La revolución del viaje compartido

En Valladolid se han gestionado para este fin de semana más de mil contactos entre usuarios que han compartido coche. Las webs gestoras aseguran que el fenómeno «solo acaba de nacer»

A. CORBILLÓN

Domingo, 6 de abril 2014, 21:25

Lo más llamativo de cualquier hora punta en el tráfico es que el 90% de los vehículos llevan un solo pasajero. Muchas veces se trata de personas que acuden a los mismos lugares, pero cada uno lo hace por sus propios medios. Pero la excepción de los amigos o compañeros que deciden compartir coche y gastos empieza a dejar de serlo para convertirse en algo habitual. Y los cambios de costumbres y necesidades que ha provocado la larga crisis económica están siendo su mejor aliado.

Desde el pasado jueves hasta hoy, más de mil turismos han viajado o hecho escala en Valladolid en desplazamientos compartidos por pasajeros ocasionales. Y casi siempre desconocidos. Usuarios que han acudido a las web que ofertan plazas en coches privados para ahorrarse un dinero. Una forma de movilidad que se ha consolidado de tal forma que ya despierta el recelo de las empresas de transporte de viajeros.

El sistema es sencillo. Un conductor que viaja solo y marca una ruta y un horario. Otros viajeros dispuestos a compartir los gastos del viaje. Y unos portales que hacen de policía de tráfico con ofertas a la carta, perfiles de usuarios para dar la máxima fiabilidad (incluso apartados solo para mujeres) y precios orientativos de los costes por trayecto. Solo entre el 3 de abril y hoy, la web Blablacar la más utilizada del sectorha gestionado 640 viajes (276 con destino final a Valladolid y 364 como lugar de recogida o bajada de viajeros). Son cientos de personas que apostaron por subirse en el vehículo de un desconocido pero que les garantiza la comodidad de un horario pactado y el ahorro de un gasto que reduce en más de un 40% el precio de un billete de bus o ferrocarril.

«Esto no es una moda pasajera, sino un cambio que viene para quedarse», insiste Vincent Rosso co fundador de Blablacar.es, una web que se ha extendido por toda Europa, donde hay seis millones de personas inscritas en su portal y un millón la usan al menos una vez al mes. Unos números muy similares manejan desde Amovens, la otra gran oferta online en España. Su fundador, Diego Hidalgo, no le ve un techo cercano y destaca que «el sector todavía está en la infancia y, sin reinventar la rueda, estamos reinventando una forma de industria».

No son de la misma opinión en las Federación Nacional Empresarial de Transporte en Autobús (Fenebús). Tras «hacer caso omiso a cualquier diálogo», lamenta Hidalgo, la patronal ha elegido la línea Salamanca-Zamora, en la que asegura haber perdido un 8% de viajeros, para denunciar al sector del coche compartido por competencia desleal. Esta patronal argumenta que «se ha convertido en un transporte regular de uso general. Y eso debe ser regulado». Sin embargo, los asesores legales de estos gestores online recuerdan que sus usuarios no incumplen la Ley de Ordenación del Transporte, que deja claro que el uso particular «en ningún caso puede dar lugar a remuneraciones dinerarias, directas o indirectas». Y no hay lucro en compartir un gasto. «¿Puede regular el Estado la libertad de una persona de compartir gastos con otra?», se pregunta Diego Hidalgo. Además estos intermediarios se encargan de poner fuera de sus circuitos a cualquier conductor que tratara de convertirse en un taxista.

Apoyo oficial

Por su ubicación geográfica, tanto Valladolid como Castilla y León están llamadas a tener un gran protagonismo en el avance de esta forma de economía colaborativa, un término que apela a nuevas formas de gestionar los recursos en una riqueza colectiva decreciente. Curiosamente y a pesar de este incipiente conflicto de interés, que crecerá a medida que también suba la demanda, han sido las propias Administraciones las que lo han fomentado. En 2011, un real decreto del Gobierno central incluyó entre las diez principales medidas de ahorro el fomento del coche compartido. Portales como Amovens incluso han creado aplicaciones para administraciones públicas como la vasca (moveuskadi.com) para fomentar esta fórmula en todo tipo de movilidad. Otras 150 instituciones públicas españolas (todavía ninguna en Valladolid) apoyan ese uso solidario.

Un viaje Valladolid-Salamanca puede costar 7 euros al viajero. O un Valladolid-Madrid, unos 5 (depende del número de pasajeros), con un ahorro de más del 50% del billete de bus. El futuro cercano va más allá. Ya hay estudios para la firma de acuerdos con grandes empresas, cómplices indeseados de un enorme despilfarro de tiempo, gasolina y energía humana, además del coste ambiental. Nuevas formas de organizar la movilidad para acabar con las inasumibles colas de conductores solitarios.

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