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ANA SANTIAGO
Domingo, 23 de marzo 2014, 13:20
Atemorizaron a los consumidores, acorralaron a los ganaderos y provocaron una auténtica revolución en la legislación y en los controles de sanidad animal. Y sí, los resultados han sido claros y, sobre todo, eficaces. Los datos avalan que la presencia de la encefalopatía espongiforme bovina está controlada en el ganado y no llega al mercado para su consumo. Otra cosa, es lo que ocurrió durante la epidemia y los hábitos de entonces que aún pueden traer nuevos diagnósticos; pero el tiempo juega a favor del ser humano. Cada vez es más difícil que aparezcan casos nuevos. Castilla y León y España ya suman cinco años sin diagnósticos de la variante humana y se cuentan con los dedos los de reses, además de localizarse ya solo en 2011 y en Galicia y Castilla y León.
La crisis de las 'vacas locas' es un mal recuerdo. Los fuertes controles se establecieron en el año 2001. La mayor parte de las vacas afectadas nacieron entre 1994 y 1999 y son unos diez años los que tarda la enfermedad en desarrollarse. Los humanos afectados responderían a los de las vacas enfermas de antes del 2001.
De la variante de esta encefalopatía espongiforme, es decir, la que afectó a personas por consumo de carne de bovino no ha vuelto a registrarse ni un solo caso desde 2008 y solo llegó a sumar cinco en España, entre 2005 hasta dicha fecha, según los datos del Instituto de Salud Carlos III. Tres de ellos, en Castilla y León: dos fueron de madre e hijo en el mismo pueblo leonés. Son ya, por lo tanto, más de cinco años superados en Castilla y León sin casos de 'vacas locas' en humanos y muy escasos los bovinos.
En España, hasta 2011 ha habido más diagnósticos de la enfermedad en vacas pero el descenso es marcadísimo. Desde la confirmación, en el año 2000, del primer diagnóstico de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) en el país, se han detectado hasta 2011 un total de 783 focos y 802 casos con más de 5,5 millones de tests realizados, con una clara caída en los últimos cinco años, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Ese último ejercicio señalado ya solo fueron siete los focos en toda España y después no ha habido más según el registro estatal. Son sobre todo Galicia con cinco focos detectados y Palencia, concretamente en Villaumbrales, y Salamanca, en Sancti-Spiritus, las únicas zonas que han registrado casos, por última vez, en 2011 como fecha de muestreo; aunque alguno se confirmó a principios de 2012. Y de todos ellos, solo el de la provincia palentina es del tipo 'atípico', con un patrón diferente de al resto que son clásicos.
El origen
El Reino Unido, donde la crisis fue mayor, registró 185.000 vacas enfermas y 168 personas afectadas. Irlanda, 1.500 animales y solo 4 humanos afectados, la relación entre ambos números es evidente para los científicos. El año 2011 solo registró 29 casos de 'vacas locas' en todo el mundo; suponía ya un descenso del 99% respecto al pico más alto establecido en 1992, con 37.311 casos. En España, se lleva observando una disminución de los casos de EEB de forma constante y significativa: un 30% ha bajado la incidencia media desde el año 2003,con un pico máximo de disminución del 45% en 2011. La reducción del número de casos y el incremento de la media de edades de los animales detectados, «demuestra la efectividad de las medidas de control adoptadas, teniendo además en cuenta que el tamaño poblacional se ha mantenido prácticamente constante», destacan las mismas fuentes ministeriales. El aumento de la edad media del ganado indica un avance en la erradicación de esta enfermedad.
Fue en 2005 cuando se detectó en Madrid el primer caso de la variante en una mujer de 26 años. En 2007 y 2008 se diagnostican otros cuatro; tres de los cuales residían en Castilla y León dos, madre e hijo, fue la única agrupación familiar descrita y el último, en Cantabria. Las encuestas epidemiológicas «no revelaron antecedentes de estancia significativa en Reino Unido ni de recepción de sangre ni derivados sanguíneos. En dos casos (los de la familia de León) había antecedentes de consumo habitual de cerebro de vacuno», recoge el informe. En Castilla y León además de estos tres diagnósticos de la variante y otros tres de la familiar, el resto se registran dentro de la 'esporádica confirmados, probables o posibles'. Hay que tener en cuenta que la notificación «debe realizarse por el clínico en cuanto existe sospecha de encefalopatía espongiforme transmisible humana, antes, por tanto, de la confirmación diagnóstica».
La situación de España respecto a esta enfermedad es similar a la de otros países de su entorno.
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