Uno de los paneles de notas, con cuadros de Antonio de la Peña de pequeño formato. / M. DE LA FUENTE
CULTURA

Antonio de la Peña: pintura en plenitud

La exposición del pintor palentino afincado en Bilbao, que muestra sus cuadros más grandes, encara la recta final

FERNANDO CABALLERO

Lunes, 30 de septiembre 2013, 14:38

Regresa Antonio de la Peña a su Palencia natal con una exposición formada por cuadros de grandes dimensiones, un formato que combina con otros más convencionales. Temáticamente, De la Peña es fiel a sus grandes temas, estructurados geográficamente: el campo palentino, la ría de Bilbao, Mallorca y Venecia con alguna incursión en Asturias espacios que él conoce, quiere y pinta con pasión.

Publicidad

De todos ellos, el artista sabe captar su mejor luz y sus mejores colores y momentos. La dimensión impresionista de los cuadros expuestos alcanza momentos brillantes, en obras equilibradas en la composición, vigorosas en la pincelada y ricas en el color. De ahí surge esa luz múltiple que caracteriza la colección. Luz plena de las tierras castellanas, luz gris del Bilbao de las gabarras y luz matizada en las turísticas Mallorca y Venecia.

De la Peña, que tiene sus orígenes familiares en Becerril de Campos, cultiva una pintura que ha ido madurado a través del tiempo y que, tras varias décadas, ha alcanzado una plenitud plástica y artística con la que ha retratado esos espacios de su querencia, especialmente Castilla y Bilbao, aunque sería simplista ceñir el análisis de esta producción al ambiente regionalista. De la Peña proyecta sus paisajes hacia el exterior. Si es conocido como el pintor de la ría de Bilbao no es por reflejar espacios como estampas, lo mismo se puede decir de los paisajes palentinos. Él no pinta como si se tratara de un proceso industrializado, mimetizando la misma imagen. Al contrario, pinta con elegancia, con fuerza plástica, con una personalidad que le distingue y creando atmósferas, contrastes y luces. Los reflejos en el agua o los encapotados cielos son muestras de este buen hacer pictórico de De la Peña.

Una técnica depurada siempre dentro de ese gran estilo que es el impresionismo no rebaja la riqueza plástica que se espera de él, ya que mantiene las expectativas que ha creado durante muchos años, conservando un nivel de excelencia que no pierde fuerza con estos cuadros de grandes dimensiones.

Al público palentino le resulta más cercana la temática castellana, con imágenes antiguas de labores de campo que documentan un modo de vida basado en el sacrificio y la dureza. Viejas segadoras, primitivos carros, beldadoras en desuso, arquitecturas de madera e incluso tractores de primera generación conforman unas imágenes, de una inusitada fuerza, para la memoria.

Publicidad

El equilibrio, la mesura y la calculada distancia entre el pintor y el paisaje que refleja en sus obra no resta otras virtudes, como la pasión con la que se enfrenta el pintor a sus cuadros: pasión en la observación y pasión en la ejecución. Como pasional e inquieto es el propio pintor.

Pero el buen arte no solo se hace de pasión, se necesita también vocación, oficio y sensibilidad caracerísticas que en este pintor palentino afincado en Bilbao son incuestionables. De la Peña muestra su obra grande sin olvidar la más pequeña, pero no menos interesante, que se exhibe en los llamados paneles de notas.

Publicidad

La exposición permanecerá abierta hasta el 6 de octubre en la sala Don Sancho de la Diputación (Calle Don Sancho, 4), en horario de 19:00 a 21:00 horas de lunes a sábado, y el domingo de 12:00 a 14:00 horas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad