La cuarta de los hermanos

Hermana de destacados poetas el fallecido Andrés, Pedro y Emilio, el menos conocido, Carmen Quintanilla Buey ha recopilado parte de su obra inédita en 'Revoltijo poético' (editorial M de S). Hace unos años ya sorprendió con su primer poemario y ahora refuerza su dimensión literaria con este conjunto de poemas en los que escribe de cosas cercanas, que le

rodean, huyendo deliberadamente de la metáfora para hacer más sencilla su escritura y para llegar a más lectores a donde más les llega, al corazón.

Nacida en Juneda (Lérida), la dedicación profesional de su padre, ferroviario, llevó a la familia a varias ciudades españolas, hasta que terminaron en Venta de Baños. Carmen Quintanilla ha sido bibliotecaria de esta localidad durante 22 años. Ya había publicado 'Sonetos pardillos', que refleja su niñez en Magaz de Pisuerga, y ahora ve la luz este amplio poemario. «Busco y ojalá lo consiga la máxima perfección literaria, dentro de la sencillez, soltura, garra, dignidad, cuidado del lenguaje, amenidad, gracejo y poca metáfora, casi nada». Con esta declaración de principios, la autora ofrece toda una poética de su producción.

Y si es así su escritura, la forma de llegar a ella es a través de la relajación. «Para escribir necesito tranquilidad y sosiego, sin música, ruido, gente, preocupaciones o nerviosismo», asegura Carmen Quintanilla, que encuentra este ambiente en la soledad. «Los mil inconvenientes de vivir sola llevan implícita la independencia. Eso sí, tienes días de mucha tristeza, pero eso no altera los nervios. Por el contrario, a veces inspira cosas preciosas», apostilla. «Los primeros impulsos que me sirven de pauta los plasmo en cualquier papelajo que tengo a mano, el dorso de recibos, sobres, el resguardo de recetas... Luego, ya con calma y con esa pista, voy derecha al grano», explica Carmen Quintanilla sobre su proceso de creación poética.

Carmen Quintanilla no oculta su deseo de escribir un libro que le patrocine alguna entidad para vender y que todo lo recaudado se destine a algún fin social y solidario, acuciante y muy urgente. «Yo aportaría el libro y renunciaría a todo tipo de beneficio. Ojalá se vendiera en España entera y se salvara una vida o se solucionara un drama. Ya sé que es un sueño, pero me encanta soñar y sin sobresaltos», señala la poeta.

La autora asegura poseer una amplia obra poética inédita, pero achaca a su apatía que estos poemas no hayan salido antes a la luz. De los autores a los que dedica un poema destaca Miguel Hernández, del que dice que plasma mucho su interior. «Es precioso pasar por una situación tan deprimente y escribir tan bien, porque parece que tienes que estar hecho polvo para escribir, pero Miguel Hernández, pese a todo, fue un gran poeta», asegura la escritora.

Quintanilla Buey cuida mucho la rima, el clasicismo de los versos. «En general, me gusta la gente que domina bien el castellano. Hay gente culta, sobre todo en políticos y en locutores, que confunden términos. Me gustaría saberme expresar con un castellano correctísimo y sin meteduras de pata, sin confundir, por ejemplo, oír con escuchar. Siempre me ha preocupado mucho el idioma pronunciado correctamente», explica la autora de 'Revoltijo poético'.

Sobre sus hermanos poetas, Carmen Quintanilla destaca que «Pedro escribe sonetos de maravilla», que Andrés «ha tenido una repercusión internacional y ha hecho mucho por la cultura», y Emilio, que es el más desconocido en Palencia reside en Zaragoza, «es también buen escritor». «Lo llevamos en la sangre. Pienso que por parte de madre hemos heredado esta dimensión poética, y mi padre fue muy inteligente, y entre uno y otro así hemos salido los hijos», explica.

De su etapa como bibliotecaria, Carmen Quintanilla asegura que trabajaba «por amor a los libros». «No tenía ni vacaciones, ni pagas extraordinarias, solo una pequeña cantidad al mes, pero justito para un capricho», rememora.