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El presbiterio exorcista autorizado por la Diócesos de Valladolid muestra el ritual de exorcismos. / E. Margareto-Ical
RELIGIÓN

El éxito del demonio, pasar desapercibido

Las sectas satánicas se encuentran detrás de los posesos

EL NORTE

Domingo, 21 de julio 2013, 00:12

«El gran éxito del demonio ha sido pasar desapercibido y lograr que la gente viva en pecado mortal y no crea en él». Con esta lapidaria frase, el único sacerdote autorizado en el conjunto de las diócesis de Castilla y León para realizar exorcismos resume la permanente preocupación de la Iglesia por los casos de personas poseídas por el diablo, una realidad que él vive de primera mano desde que hace tres años fue designado por su obispo para este cometido.

La agencia Ical, tras un acuerdo que contempla no relevar ni su identidad ni su diócesis, ha compartido con este experimentado sacerdote unas horas para profundizar en un ritual tan antiguo como la propia Iglesia Católica pero que todavía está lleno de mitos.

Se ha enfrentado ya a tres casos de posesión, que son los más complicados para el exorcista y los "más terribles" para las personas que los sufrieron y también para quienes le ayudaron, dada «la irascibilidad y la fiereza de los endemoniados», así como a una decena de maleficios, «aquellos males causados a una persona por otra recurriendo al diablo».

«En mi experiencia como exorcista, el caso más terrible fue el de un joven poseso consagrado al diablo». En pleno ritual, delante del sagrario y mientras era sujetado por seis ayudantes, esta persona fue capaz de soltarse y de atacarle con una navaja que guardaba en su bolsillo. Minutos después, cuando se decidió a acostarle en el presbiterio, «comencé a rociarle con agua bendita y de nuevo, como un resorte, se soltó e intentó agarrarme del pecho». «La fuerza del demonio en estos casos es terrible y sobrecogedora. Sobre todo se manifiesta con dolores corporales muy fuertes, gritos de dolor y de blasfemia, y con unos ojos que unas veces parece que se salen de sus órbitas y que en otras ocasiones expresan un odio infernal. En estos casos la invocación de la Virgen María y algunos santos es eficacísima, especialmente a San Pío de Pietrelcina y a Juan Pablo II. Lo admirable de todo esto es que cuando el poseso sale del trance no se da cuenta de nada de lo que ha dicho o ha hecho».

También recuerda otro caso en el que el afectado, que no tenía conocimientos de idiomas, respondía en español a sus preguntas en latín. «Los que han visto películas o han leído libros sobre exorcismos y después han presenciado directamente algún ritual, suelen afirmar que nunca se podrían imaginar que algo así fuera verdad».

En la mayoría de los casos de personas que sufren el acoso del demonio o que están poseídos, «siempre han practicado el espiritismo, han solicitado los servicios de adivinos o se han consagrado a Satanás en una secta».

A pesar de haber vivido situaciones complicadas y de conocer que compañeros suyos han recibido amenazas por parte de sectas, este sacerdote, que responde al perfil que marcan los reglamentos eclesiásticos para nombrar a exorcistas -persona «docta, prudente y con integridad de vida»- asegura que nunca ha pasado miedo durante el ritual ya que «sé que soy una mera herramienta y que Jesucristo actúa a través de mí, aunque el maligno, de vez en cuando, se venga molestándome con pequeñas cosas».

Supersticiones

Su mayor preocupación no son únicamente las sectas satánicas y sus rituales obscenos y a veces «asesinos», que provocan posesiones diabólicas, sino las consecuencias producidas por la deriva del «materialismo y de las supersticiones que invaden la sociedad». Añade que «las posesiones diabólicas son pocas y muchísimas las vejaciones, obsesiones e infestaciones diabólicas». De Dios, y de quienes actúan según él pide, «solamente proceden la verdad y el bien. Del diablo y de los que se dejan arrastrar por sus supersticiones, la mentira y el mal. Basta analizar la corrupción de la que está invadida nuestra sociedad».

De todas formas, pide a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado más explicaciones sobre la desapariciones de niños y adolescentes, ya que no descarta que algúnos casos, «según me han confirmado personas entendidas», hayan acabado siendo víctimas de estos rituales.

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