Un minigolf jurásico en Equinoccio

El universo infantil es muy amplio y lleno de posibilidades para los emprendedores. Así debió pensarlo Encarna García Muelas, quien a sus 50 años se ha embarcado en una nueva aventura profesional, la de abrir una pista de minigolf en el centro comercial Equinoccio de Zaratán, ambientada en el jurásico.

Encarna ha tocado muchos palos, laboralmente hablando, y afirma que de todos ellos ha ido aprendiendo algo importante. Ha trabajado en el campo, ha cuidado niños y ancianos, ha sido pastelera, ha trabajado en fiestas populares, haciendo decoraciones temáticas, etc.., y dice que le faltan muy pocas cosas por hacer, y a pesar de todo, Encarna no se considera emprendedora ya que piensa que han sido sus circunstancias personales las que le han colocado al frente de una empresa. Ella solía echar una mano en el negocio de su marido, dedicado a los hinchables para niños.

«Yo siempre estaba en la retaguardia. De la empresa y de todo en general, se encargaba él. Su carácter emprendedor y la dificultad del sector, le hicieron tomar la decisión de tomar nuevos derroteros profesionales y vender los hinchables. Nos habíamos desprendido de todo, y entonces él falleció. Yo me quedé en una situación complicada, con dos hijos, y lo único que podía hacer era tirar para adelante. La vida me ha puesto donde estoy. No tuve otra alternativa. Decidí tomar las riendas y hacerme cargo del negocio familiar, aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo».

De eso hace algo más de dos años. Encarna decidió plantar cara a su nueva situación y dar ese giro de 180 grados a la empresa que había montado su marido. Aprovechó su afición a la decoración, y su conocimiento del mundo del ocio infantil adquirido con los hinchables, y empezó a enfocar su actividad profesional a la decoración temática. «Siempre me habían gustado la decoración, los temas infantiles y la fantasía, así que empecé a decorar centros comerciales, como el Equinoccio, donde la mayoría de las ambientaciones las he diseñado yo, con ayuda de mi equipo».

Meses madurando

Encarna llevaba mucho tiempo dando vueltas en su cabeza a la idea del minigolf. «Ha sido un proceso largo de maduración. Buscaba algo diferente, algo que no hubiera, por lo menos en Valladolid, con el riesgo que eso supone. Quería algo que tuviera relación con el sector del ocio, en lo que pudiera participar toda la familia. Ahora que veo lo que he conseguido, la satisfacción es muy grande. He logrado lo que quería, algo en lo que participe toda la familia, incluso los abuelos. Soy muy tradicional, con unos valores muy tradicionales, en los que la familia es muy importante en mi vida. Por eso, ver cómo juegan todos juntos, me llena de alegría. He dado muchos tumbos y finalmente puedo hacer lo que más me llena: trabajar para los niños y disfrutar con ellos», afirma Encarna.

Abrió las puertas de su negocio el 5 de diciembre, con una sencilla celebración en la que estuvo rodeada de toda su gente: «Ese día tuve a mi lado a todos los que han estado implicados en sacar este proyecto adelante: mi equipo de trabajo que lo ha dado todo, colaboradores, proveedores, familiares y amigos. El resultado es la suma de muchos pocos. Cada uno hemos aportado lo que podíamos. Ha sido un trabajo en equipo, muy bien supervisado por la gerencia del centro comercial Equinoccio, que desde el primer momento apoyó y creyó en el proyecto».

La parte burocrática de la gestión es la que menos le gusta. «Un negocio requiere hacer muchas gestiones e infinidad de papeleo, algo a lo que no estoy acostumbrada y no me agrada demasiado, aunque, claro hay que hacerlo».

Los clientes y visitantes de Jurassic Minigolf, además de disfrutar de las partidas, durante el recorrido de 18 hoyos, viajan a través del tiempo hasta la prehistoria y descubren los seres más sorprendentes, los dinosaurios. 800 metros cuadrados de ocio en familia, situados en la Plaza del Oasis del centro comercial abiertos los siete días de la semana por la tarde.