Los vecinos del Camino de Palomares exigen un plan propio para urbanizar sus casas

Los antiguos huertos que jalonaban el camino de Palomares, situado entre el cementerio de El Carmen y la Ronda Norte, se transformaron hace treinta años en un incipiente grupo de viviendas edificadas sobre suelo rústico y que hoy conforman un barrio compuesto por cerca de un centenar de casas en unos terrenos aún sin urbanizar que carecen de servicios como alumbrado público, recogida de basuras o alcantarillado. Pero sus propietarios cincuenta familias viven allí todo el año recuerdan que, aunque ilegales, todos ellos pagan «la contribución como cualquier otro ciudadano» a pesar de carecer de las comodidades urbanas.

Y no es que ellos no quieran tener calles, farolas o desagües. «Hace muchos años que intentamos que saliera adelante algún tipo de plan especial para poder urbanizar todo este entorno, pagando lo que nos tocara, pero ahora nos hemos encontrado con que estos terrenos están incluidos en dos grandes sectores de viviendas y suelo industrial con un plan parcial que nos engloba», explica Mariano Conde, portavoz de los residentes y miembro de la Asociación Cultural Camino de Palomares. Esta situación, a juicio de los vecinos, les obligará a formar parte de la futura junta de compensación que se cree para urbanizar el suelo y eso supondrá un «coste elevadísimo para las familias», encabezadas, en su inmensa mayoría, por jubilados, lo que podría suponer que «no pudiéramos afrontar ese precio y el proceso acabar con la expropiación de nuestras casas».

Los afectados, que celebraron este domingo una asamblea general en el barrio, ya mantuvieron una primera reunión el viernes con la concejala de Urbanismo y esperan hacer lo propio esta semana con el alcalde. «Queremos que nos expliquen, por un lado, los costes económicos que nos supondría formar parte de esa urbanización conjunta tanto del suelo residencial como del industrial allí está previsto construir el puerto sueco de Santander y, por otro, vamos a reclamar que nos permitan quedarnos fuera de ese plan parcial, como ya nos prometió el propio alcalde hace diez años, para asumir solamente los costes de urbanizar las 14 hectáreas que ocupan nuestras casas el polígono de Palomares ocupa 270 hectáreas».

Planos superpuestos

El plan de actuación salió a exposición pública en agosto y el plazo para presentar alegaciones finaliza el próximo 17 de octubre. «Solo tenemos 17 días para movilizarnos y evitar hipotecar nuestro futuro y el de nuestros hijos», anticipan los propios afectados, que aclaran que la futura urbanización de los denominados sectores 48 y 49 les implicaría a ceder hasta el 40% de la superficie de sus parcelas tendrían que pagar un terreno de una superficie similar destinado a uso dotacional y pagar después la parte que les corresponda de la urbanización del total de 270 hectáreas.

Eso en cuanto a la cuestión económica, ya que los viales previstos podrían implicar también el derribo de parte de algunas parcelas e, incluso, de viviendas. «Los planos que están en exposición no están superpuestos sobre planos con nuestras parcelas y ni siquiera sabemos que puede pasar con ellas».

Así que los vecinos piden al Ayuntamiento que «recapacite» y les permita pagar solamente lo que les corresponde. «No queremos que nos regalen nada sino que nos dejan lo que tenemos», concluyen.

El proyecto para el entorno incluye suelo para 3.200 viviendas, que rodearían a las actuales; además de 4 hectáreas de suelo dotaciones, y el resto para uso industrial.