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EFE
Lunes, 7 de septiembre 2009, 04:18
El público de Venecia acogió con risas y un fuerte aplauso final a 'Gordos', la segunda y esperada película del español Daniel Sánchez Arévalo, que se presentó ayer en una sección paralela de la Mostra, las Jornadas de los Autores Días Venecianos».
El público reaccionó a las bromas y la ironía del filme y al finalizar la proyección ofreció un fuerte aplauso, que dirigió al equipo de la película, presente en la sala.
Con el público girado, formando un círculo en torno al equipo, Sánchez Arévalo, Antonio de la Torre, Roberto Enríquez o Pilar Castro se mostraron encantados con la reacción del pase oficial de la película en la Mostra.
Un filme que cuenta la historia de un grupo de personas con problemas de obesidad que se ponen en manos de un terapeuta especializado en este problema -Roberto Enríquez- en un proceso que les hará enfrentarse con su gordura pero, sobre todo, con los problemas que les han llevado al punto de sus vidas en que se encuentran.
Porque cada uno de los gordos de la película tiene una historia detrás, a cada cual más extrema, y cuentan con unas personas en sus vidas que no son precisamente una ayuda frente a los complejos, dudas o problemas que atraviesan.
Antonio de la Torre es un modelo homosexual deprimido porque la gordura le impide seguir con su carrera, a la vez que mantiene una compleja relación con la mujer de su socio, a la que da vida Pilar Castro.
Otra pareja de la película es la formada por Raúl Arévalo y la debutante Leticia Herrero, unos novios de extrema religiosidad a los que sus propios tabúes les impiden consumar su relación.
Teté Delgado y Fernando Albizu son un matrimonio de gordos aparentemente felices y María Morales trata de escapar de la felicidad perfecta.
Ni siquiera el terapeuta se libra de enfrentarse a sus demonios internos, personalizados en el hecho de que su mujer -Verónica Sánchez- engorde necesariamente en el proceso de su embarazo.
Protagonizada -si se puede considerar que existe un protagonista en una película coral- por Antonio de la Torre, la historia del filme se mueve en un terreno pantanoso y que roza en muchas ocasiones el límite de lo creíble.
Personajes con distancia
Con un estructura narrativa de historias múltiples con puntos en común, Sánchez Arévalo ha arriesgado, y mucho, con una película muy lejos del 'Azuloscurocasinegro' que le dio a conocer.
Más compleja, con una planificación mucho más variada y una envergadura mayor, la película, sin embargo, adolece de la empatía que de forma inmediata se sentía con los personajes de su ópera prima. La distancia que le da a los personajes dificulta la identificación con sus roles.
El realizador, que asegura estar tranquilo y satisfecho con el resultado, espera que el público se sienta identificado con un filme en el que no ha tratado de incluir «moralinas ni mensajes, sino mostrar la realidad sin caer en lo grotesco».
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