Diego Urdiales se lleva el único trofeo a pesar del coraje de Moreno y Padilla
BARQUERITO
Lunes, 24 de agosto 2009, 03:09
El último toro de esta edición de las Corridas Generales de Bilbao fue de descomunal volumen. Anchas las sienes y las palas vueltas. Buscó de salida saltar. Las manos por delante al lanzarse. Dos puyazos de quita y pon. Sin empujar. No se manchó ni de sangre el caballo de pica de la cuadra de Bonijol. Sí Urdiales, en una faena tenaz, porfiona, arriesgada y valerosa, de darlo todo en trágala, de pisar terrenos del toro y de no perderle la cara ni más pasos que los que fue imprescindible ceder para embarcarlo como si lo remolcara. Más de una vez estuvo Diego a merced del toro, que a mitad de embroque lo buscaba. De mucho sufrir todo el camino, tan de espinas. Una estocada a capón cobrada con la fe del carbonero. Fue el único premio de la tarde.
En sus 14 años de matador de alternativa, José Luis Moreno toreaba sólo por segunda vez en Bilbao. Cosas buenas hizo José Luis con el toro, pero le dio una estocada y tres descabellos. Padilla es ídolo aquí, mató seis miuras de una tacada no hace tanto en Vista Alegre . No acompañaron los toros a pesar de su actitud. Genuina torería. Medias estocadas.
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