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ESTHER FUERTES
Jueves, 20 de agosto 2009, 03:40
Resignación es la actitud con la que los usuarios del nuevo Hospital Río Hortega están asimilando la noticia de la imposición de las tarifas del aparcamiento del centro de salud. El «impuesto revolucionario», como muchos ya lo llaman, que el hospital pretende cobrar a sus pacientes por el uso del aparcamiento asombra e indigna a los pacientes. Algunos han comenzado a tomar sus propias medidas y buscan estacionamiento en las inmediaciones del recinto. Puesto que las barreras ya están instaladas, ante la duda, muchos han encontrado un nuevo lugar donde dejar su vehículo en un solar, propiedad de una constructora, cercano a las instalaciones.
Los ciudadanos de las localidades más alejadas del complejo hospitalario son los que tendrán más dificultades ya que, para ellos, el desplazamiento en coche es un acto obligado. Alcaldes de estos municipios ya han mostrado su oposición al respecto y, algunos, como los de La Cistérniga o Villafrechós, han mostrado su total apoyo a la moción presentada por la asociación en defensa de los consumidores, Facua, para reclamar que los usuarios no tengan que abonar las tarifas impuestas por estacionar su vehículo en el recinto. «No me parece bien. Por desgracia tengo que ir bastante a revisiones. Cada consulta son dos o tres horas, como mínimo, y eso ya cuesta. Debería de ser gratuito. Si, por ejemplo, fuera un teatro, vale, pero la sanidad debería de ser gratuita que para eso ya pagamos impuestos. Deberían de gestionarlos mejor», comenta el alcalde de Quintanilla de Onésimo, Juan Moreno. Rioseco, otro de los municipios que tienen asignado este centro de salud, también ha expresado su oposición alr especto. «Soy contrario a ello porque los habitantes de esta villa tenemos que trasladarnos en coche. El ciudadano que tiene que desplazarse en coche obligatoriamente no tiene por qué pagar. Es mi criterio personal. Entre los riosecanos es una algo muy comentado y hay bastante preocupación al respecto», explica el alcalde de esta localidad, Artemio Domínguez.
Los taxis, el autobús o el tradicional paseo se convierten en las mejores alternativas para acceder a este centro sanitario, por lo menos para los vecinos de la capital vallisoletana. Pero no parece que esto vaya a reducir el número de visitas a los enfermos. «Si hay que venir a ver a un amigo y hay que pagar, se paga», aseguraron varios usuarios.
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