Empollones del vino
Medio centenar de aficionados participan en la cata dirigida de Morales de Toro, en la que se obtuvieron notas elevadas
M. J. CACHAZO
Domingo, 16 de agosto 2009, 03:13
Medio centenar de aficionados a la cada vez más expandida cultura del vino se dieron cita ayer en Morales de Toro para participar en la cata de vinos organizada con motivo de las fiestas de San Roque. Los salones culturales de Alberto Gatón albergaron esta cata dirigida, en la que, a pesar de no ser profesional, algunos participantes obtuvieron una elevada nota, como los 27 puntos que consiguieron los dos primeros clasificados, Daniel Jambrina y Montse Bragado.
El veedor del Consejo Regulador y todo un experto en la dirección de catas, Carlos Gallego, fue el encargado de explicar la mecánica de la celebrada en la localidad de Morales de Toro y también facilitó a los participantes pistas sobre aromas, intensidad de color o potencia en boca de los vinos seleccionados.
Según explicó Gallego, aunque es difícil incluir novedades en una cata tan arraigada como la que cada año se celebra en Morales de Toro, ayer se pretendió que los aficionados pudieran descubrir vinos que elaboran otras zonas productoras, algunas de ellas nuevas Denominaciones de Origen de Castilla y León, como Arribes del Duero o la Tierra de León.
Además, los participantes tuvieron la oportunidad de catar vinos elaborados con variedades de uva no autorizadas en la Denominación de Origen Toro, como el merlot o el cabernet sauvignon. Gallego destacó la elevada participación en esta cata por parte de aficionados que aman la cultura del vino y que acuden «como si fuera una auténtica clase de enología».
Uno de los objetivos es que los consumidores finales de vino puedan adquirir ciertos conocimientos, para que «cuando se sienten a una mesa y vayan a pedir un vino sepan diferenciar y llamar los vinos por su nombre, que sepan ser exigentes, pero con sentido común y con criterio».
Otro de los objetivos que se persigue es que los participantes, algunos procedentes de Madrid, el País Vasco o Zamora, «se conviertan en difusores de la cultura del vino y de los caldos que se elaboran en Toro».
27 caldos
En la cata, en la que se sirvieron 27 vinos, los participantes tuvieron que aprender a distinguir caldos elaborados en distintas zonas productoras, pero con la misma variedad de uva, producidos con distintos sistemas de elaboración o su procedencia y envejecimiento en barrica.
En la primera de las pruebas, tuvieron que diferenciar tres vinos con gas carbónico, como el lambrusco, la sidra o el cava.
Asimismo, aprendieron a distinguir tres vinos blancos por su variedad, tres verdejos monovarietales en función de su procedencia y tres blancos con diferente crianza. Los vinos rosados también tuvieron un hueco en esta cata, ya que los participantes tuvieron que diferenciar el elaborado en Toro, Tierra de León o Cigales.
En el caso de los tintos, una de las pruebas fue distinguir entre los caldos elaborados con las variedades Tinta de Toro, merlot o cabernet sauvignon. También aprendieron a distinguir tres vinos envejecidos en roble y de distinta procedencia, como El Bierzo, Toro y Ribera del Duero.
En esta cata dirigida también tuvo cabida la viticultura, ya que en la última de las pruebas los aficionados, después de examinar varios racimos de uva recién cortados, tuvieron que establecer una distinción entre las cuatro variedades de uva autorizadas en la Denominación de Origen Toro.
Todos los participantes recibieron como recompensa a su esfuerzo un estuche de vino donado por bodegas de la zona. Además, los que obtuvieron una mayor puntuación pudieron elegir entre varios regalos.
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