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FERNANDO CABALLERO
Domingo, 24 de mayo 2009, 03:18
'El milagro del hermano Rafael' es el título del libro en el que una mujer madrileña, Begoña León Alonso, de 38 años, recoge la experiencia que vivió en el año 2000, cuando estuvo a punto de morir por un 'síndrome de Hellp' que le diagnosticaron antes de dar a luz a su segundo hijo. Finalmente comenzó a sobreponerse a partir del 6 de enero del 2001, sin que los médicos pudieran explicarse las razones.
Un año después de esta curación, un monje del monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas, Alberico Feliz, vicepostulador de la causa de canonización del beato Rafael, contactó con ella para decirle que su curación estaba siendo estudiada como posible milagro por intersección de este joven oblato que vivió entre 1911 y 1938 y que fue beatificado por Juan Pablo II el 27 de septiembre de 1992. Cuando Begoña León se encontraba en estado crítico, una amiga se movilizó: rezó al beato Rafael para su curación y pidió a una religiosa de Burgos, ciudad natal del futuro santo, que pidiera un milagro al beato Rafael. Esa religiosa viajó hasta el monasterio de Dueñas para solicitar a los monjes que también rezaran. Todo ello pudo influir para la curación de Begoña León, que hoy lleva a cabo una vida normal junto a su marido y sus dos hijos, el varón que ya tenía y la niña que nació entonces, y trabaja en una notaría de Madrid. Tras un proceso diocesano iniciado en Palencia y terminado en Roma, el Vaticano ha concluido que la curación fue un milagro por intercesión del beato Rafael, que será canonizado por ello el próximo 11 de octubre en la plaza de San Pedro de Roma por el Papa Benedicto XVI.
-¿Por qué decidió escribir un libro sobre su experiencia?
-De alguna manera, me siento en deuda con Dios, y creo que lo mínimo que debo hacer es dar testimonio de primera mano de lo que me ha ocurrido. Además, pienso que puede ayudar a muchas personas que estén atravesando por un mal momento a no perder la esperanza, y tampoco la fe.
-¿Cuál fue esa experiencia?
-Fue una experiencia terrible, ya que sufrí mucho y estuve en una situación extrema entre la vida y la muerte, donde ningún facultativo esperaba que yo saliera con vida de todo aquello, pero a la vez con el tiempo ha resultado ser una experiencia gratificante, ya que tanto mi hija como yo estamos vivas y sin secuelas, y además, al haber reconocido la Santa Sede como milagro mi curación, me llena de alegría y de satisfación haber podido de alguna manera colaborar a que el hermano Rafael Arnáiz Barón suba a los altares.
-¿En qué medida le ha marcado?
-En afianzar más aún mi fe en Dios y en ver la vida con otros ojos.
Siempre he creído
-¿Antes de ocurrirle esa experiencia, creía en los milagros?
-Siempre he creído en ellos, era algo que me llamaba mucho la atención, pero nunca había vivido de cerca uno de ellos.
-¿Conocía al beato Rafael y San Isidro de Dueñas antes de esta experiencia?
-Al beato Rafael sí, pero nunca había estado antes en La Trapa.
-¿Qué opina del beato Rafael?
-Que es una bendición del cielo, un modelo a seguir.
-¿Qué es lo que más le llama la atención del beato Rafael?
-Que siendo un hombre que lo tenía todo en la vida, renunciara a todo ello para dedicar su vida en cuerpo y alma sólo a Dios.
-¿En su vida cotidiana expresa algún agredecimiento al beato Rafael por la curación?
-Siempre que puedo le rezo, hablo con él, y le cuento a todo el mundo la maravillosa experiencia que sólo él me ha hecho vivir.
-¿Cuándo fue consciente de que los médicos no podían hacer nada y que después mejoraba?
-Yo fui consciente en todo momento de lo que ocurría, aunque no sabía con certeza el porqué estaba tan enferma. A partir del día 6 de enero fue cuando empecé a remontar en mi gravedad, y poco a poco todo se fue normalizando. A los 23 días de estar ingresada en la Unidad de Reanimación del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, fue cuando al darle las gracias a los médicos que me atendieron durante estos interminables días me dijeron que no les diera las gracias, que ellos no habían hecho nada, que todo lo había hecho yo.
-¿Qué mensaje quiere transmitir con el libro?
-Que aunque estemos en una situación límite, Dios nos pone a prueba muchas veces, y nunca se olvida de nosotros, por lo tanto no debemos perder nunca la fe en él y debemos ser fuertes para afrontar con ilusión lo que nos mande. Ya lo decía el hermano Rafael, que todos tenemos que llevar nuestra cruz.
-¿Qué piensa cuando oye la expresión popular 'vive de milagro' referida a otra persona?
-Me emociono y pienso en la infinita bondad de Dios con todos nosotros.
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