«Siempre estoy observando, copiando comportamientos humanos»
Da vida a una pérfida y hermosa Silken Floss en 'The Spirit', la nueva película de Frank Miller, con Eva Mendes y Paz Vega de compañeras
ANGÉLICA MARTÍNEZ
Viernes, 26 de diciembre 2008, 10:47
La cita esta vez es en Nueva York, en el emblemático hotel Waldorf Astoria. Scarlett Johansson llega de Los Ángeles, una ciudad donde la vida gira en torno a Hollywood, algo que no es del agrado de la actriz. Considerada como la heredera de Marilyn Monroe a Scarlett le gusta explotar esa etiqueta de 'lolita' que la prensa especializada le ha colgado, aunque no oculta su ambición de abrirse a otros papeles menos 'sexys'. Aspira a ser una intérprete versátil. Será más adelante. Ahora vuelve a explotar sus curvas como Silken Floss, secuaz del archivillano Octopus (Samuel L. Jackson) en 'The Spirit', dirigida por Frank Miller. El dibujante de 'Sin City' y de '300' adapta aquí el cómic homónimo del maestro Will Eisner. En el tránsito de la viñeta al celuloide el papel de Johansson ha sufrido retoques.
-¿Qué sintió al encarnar a esta mujer fatal en el cine?
-Fue divertido interpretar a Silken Floss. Es un personaje consciente de su sexualidad y la utiliza cuando lo considera adecuado para su propio beneficio. Está siempre pendiente del negocio y sabe cómo sacar jugo a los disfraces y al maquillaje. Parece una mujer fatal pero, en realidad, no tiene a los hombres agarrados, ése es más el papel de Eva (Mendes).
-Miller dijo que ha moldeado este personaje para usted.
-Sí. Es un honor, la verdad. Es una mujer en el sentido que es bella y fatal pero no manipula a los hombres en este filme. Engaña a 'Spirit', el héroe, pero no es una mala persona. Vive en una zona gris, ambigua.
-¿Suele leer cómics?
-Jamás he sido fanática de los cómics, me parece un mundo muy exclusivo. De niña me gustaban los tebeos de Archie, sus historias y como fluía la historia, como deja que tu imaginación trabaje. También me gustan los libros ilustrados. Pero yo quería trabajar con Frank porque me entusiasmaron 'Sin City' y '300'.
-¿Y cómo se trabaja con Frank Miller?
-Genial. Es un tipo muy entusiasta, un niño en una tienda de golosinas. Su visión cobra vida en sus dibujos, en sus películas, es un hombre con un talento increíble, con una mente creativa fabulosa. Tiene tanta energía que para los actores la experiencia fue divertidísima.
-¿Se aburre usted fácilmente?
-Yo nunca me aburro. La vida es muy corta como para aburrirse, todo me interesa, la naturaleza humana, la interacción, la comunicación, la falta de comunicación. Como actriz, siento que somos observadores y esa situación me previene siempre de aburrirme, siempre estoy mirando, observando, copiando comportamientos humanos, jamás dejo de pensar.
-¿Le perturbó el uniforme nazi?
-Ese disfraz es apropiado para la historia. Aquí tienes a una chica judía y a un hombre afroamericano vistiendo uniformes de las SS. Es absurdo pero es lo que exigen unos personajes que tienen su propia silla dental de tortura.
-¿Disfrutó siendo la villana?
-Cuando el personaje del malo funciona, se queda en la memoria del público. Pasa en cualquier película. Si está bien escrito dentro de la historia se convierte en el personaje favorito de la audiencia.
-¿Y cuáles son sus villanos favoritos en el cine?
-No sé. James Cagney es uno de mis favoritos.
-No dejan de compararla con Marilyn Monroe. ¿Lo considera un cumplido?
-Adoro a Marilyn Monroe. Fue una actriz a quien no se la considera como debería; no sólo era increíblemente bella sino una gran intérprete. No puede haber comparación. Como ella, yo tengo mis curvas, soy también rubia, pero hay acaba nuestra equiparación.
-¿Cómo se vive a caballo entre Nueva York y Los Ángeles?
-Soy neoyorkina y nunca termino de encontrarme a gusto en Los Ángeles. Hay mucha presión y todos los actores sabemos bien que el éxito es una casualidad, una posibilidad entre un millón, y hay mucha gente con mucho talento en esta ciudad que nunca tiene su oportunidad. Cuando la vanidad juega un papel principal en tu trabajo hay un nivel de error muy grande que puede alimentar la desesperación.
-Lleva usted una carrera meteórica. ¿Quién la asesora?
-Como actriz tomo mis propias decisiones a la hora de elegir una película. Me gusta ver muchos guiones. Leo mucho. Creo que el mundo se sorprendería si supiera el tiempo que perdemos los actores sin nada que hacer entre escena y escena mientras los directores iluminan el rodaje, tiempo que pasamos sentados en nuestro 'trailer' sin nada que hacer. En esos momentos yo me dedico a leer. Cuando leo un guión pienso siempre, dependiendo si mi personaje es interesante, en el director, en los otros actores en ocasiones dices que sí simplemente porque quieres vivir la experiencia y no te importa ni el guión.
-¿Cómo es una Navidad perfecta para usted?
-Prefiero unas Navidades en familia, con quien pueda venir a casa. Quiero que todo el mundo se sienta bien, que esté feliz.
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