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Calle principal de Villasarracino con la ermita de la Virgen de la Piedad al fondo. / E. PLAZA
VILLASARRACINO

Cruce de miradas

La torre de la iglesia de la Asunción y la ermita de la Piedad se alzan con esplendor tras su restauración

EDUARDO PLAZA

Sábado, 25 de octubre 2008, 03:04

Dicen en Villanuño de Valdavia que desde su mirador, cuando el día está claro, podemos alcanzar a verla en el horizonte. Hablamos de la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, auténtico icono de Villasarracino, restaurada recientemente por la Junta de Castilla y León para gozo de sus vecinos, que veían con preocupación cómo peligraba su estado.

Desvanecido ya ese riesgo, se erige más esbelta que nunca junto al edificio del Ayuntamiento. Y cuando ella mira al frente, asiste a un especial cruce de miradas con la ermita de la Virgen de la Piedad, que también ha recibido una serie de mejoras de la mano de la administración regional, tanto en su interior como en su exterior.

Ambos templos están comunicados por la principal calle de la localidad, a la que las flores de algunas viviendas y los setos ajardinados y especialmente cuidados de sus laterales proporcionan un aspecto realmente ejemplar.

En medio, los columpios de un parque esperan la llegada de los más pequeños para no caer en el olvido. Y junto a la ermita, otro parque, éste de reciente creación, pues fue inaugurado en el 2005, llama la atención por su complicidad con el entorno. Es un espacio con mucho césped, bancos, una fuente e incluso una bolera en la que los vecinos practican juegos populares tradicionales.

Con la idea de seguir mejorando el municipio, el Ayuntamiento tiene previsto, gracias a la colaboración de la Diputación, asfaltar el camino rural que une el pueblo con la carretera que va a la vecina localidad de Villaherreros. Asimismo, espera poder renovar el alumbrado público, ya que hay lámparas que ya llevan iluminando cuarenta años y eso se deja notar, tanto en la calidad lumínica, como en el mayor consumo que provoca su antigüedad.

Los mayores, que suponen la gran mayoría de la población, acuden con frecuencia al centro de jubilados a echar la tradicional partida. Por su parte, las amas de casa también se reúnen en un local cedido por el Consistorio para jugar a las cartas, hacer gimnasia o participar en algún curso, como uno de cocina que van a desarrollar próximamente.

Pero cuando verdaderamente Villasarracino recupera su vida es durante los fines de semana y los periodos vacacionales. Es ahí cuando los jóvenes y el resto de sus hijos retornan demostrando el gran apego que siguen teniendo al pueblo que les enseñó a vivir. Próximo pueblo: Loma de Ucieza

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