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MIGUEL LORENCI
Jueves, 23 de octubre 2008, 02:46
Más de 700.000 rumanos viven y trabajan en España. Su imagen y la percepción que de ellos tiene la sociedad española no es plenamente positiva. Se debe a una minoría de delincuentes y marginales que acaparan un negativo protagonismo en los medios de comunicación. El actor y director Carlos Iglesias quiere contribuir a mejorar esta deteriorada imagen y mostrar la mejor cara de la inmigración rumana.
En una iniciativa coordinada con el Gobierno rumano, Iglesias ha rodado el documental 'Un Euro, 3,5 lei'. Un trabajo muy emotivo en el que el director de otro largo centrado en la inmigración, 'Un franco, 14 pesetas', contrapone a la fría estadística y los estereotipos caras, relatos y trayectorias de esfuerzo y superación. Lo hace a través de las veinte historias de rumanos que encadena y trazando un paralelismo entre los emigrantes españoles que en los años sesenta se buscaron la vida en Europa y los rumanos que hoy hacen lo propio en nuestro país.
La producción, que no tendrá explotación comercial, forma parte de la campaña 'Hola soy rumano', que lleva adelante el gobierno de Rumanía para promover la imagen positiva de sus ciudadanos. Un campaña que respaldaron ayer junto al cineasta español el veterano realizador Valerio Lazarov, un rumano que lleva casi medio siglo entre nosotros, y el que fuera presidente de Rumanía, Petre Roman, hijo de un brigadista rumano que defendió la República Española en la Guerra Civil y de una española.
«Los rumanos de ahora y los españoles de entonces parten en busca de lo mismo: de un bienestar que se les niega», dijo Iglesias. Destacó que la sencillez es la base de este documental de 35 minutos, en verdad de factura muy simple, en el que deja que los protagonistas den cuenta de sus anhelos, necesidades, deseos, sufrimientos y sueños. Unas vidas y unas peripecias que alternan ternura, amargura, dolor, felicidad y sonrisas contadas por sus protagonistas que se intercalan con imágenes de la película 'un franco, 14 pesetas', un relato autobiográfico sobre la experiencia de Iglesias como emigrante en Suiza en los años 60 del siglo pasado.
«Me aterra que lo reduzcamos todo a números, que las historias y anhelos que encierra cada vida se pierdan en una fría estadística, cuando lo realmente importante es la humanidad».
«Desde las vísceras»
«Todos nos parecemos mucho. Somos iguales y buscamos lo mismo. La memoria se pierde y este país de nuevos ricos que hoy somos se permite considerar que todos los que vienen a buscarse la vida son delincuentes», «Son comentarios que se hacen desde las vísceras, olvidando cómo hace unos años salieron de aquí cuatro millones de personas en busca de un futuro», dijo Iglesias el mismo día que un estudio público reiteraba que España necesitará al menos 100.000 inmigrantes cualificados cada año para sostener nuestro mercado laboral y el sistema económico.
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