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Además de los rollos, en la ruta se pueden contemplar construcciones como este puente romano situado en Becilla de Valderaduey./ FOTOS DE J. P.
VIDA Y OCIO

El poder de los símbolos

Rollos de justicia y palomares emergen en el paisaje de Tierra de Campos

JAVIER PRIETO GALLEGO

Viernes, 12 de septiembre 2008, 04:04

Las Cortes de Cádiz quisieron borrarlos del mapa mediante un decreto que firmaron el 26 de mayo de 1813: «Accediendo a los deseos que han manifestado varios pueblos, es por lo que los Ayuntamientos procederán a demoler los signos de vasallaje que haya en sus entradas, puesto que los pueblos de la nación española no reconocen jamás otro señorío que el de la Nación misma, y que su noble orgullo sufriría tener a la vista un recuerdo continuo de su humillación». Puede que muchos volaran entonces. Hoy, por suerte, los rollos de justicia son considerados un bien patrimonial que merece la pena conservar para el futuro.

Cierto es que no son muchos los que quedan y que los que han sobrevivido a los avatares de la historia y el clima no lucen como en sus mejores tiempos. Pero aún así, en no pocos casos, otorgan un rasgo de personalidad a las poblaciones donde se enclavan tan propio como el perfil de sus iglesias.

Aunque, como acontece con muchas de las cosas que se remontan a tiempos demasiado pretéritos, no existe una sola explicación. Parece que tienen su origen en aquellos momentos en los que la repoblación de Castilla se estaba llevando a cabo y el reparto señorial de los territorios conquistados era como un 'Monopoly' jugado entre la nobleza y el rey. Al correr de los siglos, cuando la pacificación fue haciendo inútil la multiplicación de castillos y fortalezas, surgió la necesidad de evidenciar en el paisaje que las poblaciones de aquí y allá no se encontraban huérfanas de señor al que rendir tributo o solicitar protección. Y que no eran, por tanto, lugares sin ley.

Puede que recuperando una tradición ancestral, relacionada con la necesidad prehistórica de erigir menhires para invocar a los dioses, marcar territorios o exhibir masculinidad, en el siglo XV parece retomarse con mayor fuerza una tradición a la que tampoco eran ajenos los abades de los conventos, a menudo con jurisdicciones mayores que las de muchos nobles.

En el centro de la plaza

Si bien para unos es lo mismo, hay quien ve diferencias entre el rollo y la picota. Ésta, de factura más primitiva, tendría como función la de señalar el lugar de ejecución de maleantes y delincuentes, que a menudo terminaban colgados en ellas y expuestos para escarnio público, mientras que los rollos, por su parte, se erigirían sólo como símbolo de poder, presentando una realización más elaborada. Sea como fuere, no es casual que los rollos de justicia, en los que suele figurar el escudo del señor que lo erige, estén situados en la entrada principal de las poblaciones o en el centro de una plaza importante.

Tampoco es casual que algunos de los rollos de justicia mejor conservados de la provincia de Valladolid se hallen repartidos por de Tierra de Campos, sumándose al paisaje como un rasgo distintivo tan personal como los castillos, los palomares o las construcciones de adobe.

Aguilar de Campos bien puede propiciar el primer alto en el camino, con su rollo de finales del XVI plantado frente a la iglesia mudéjar de San Andrés. Desde allí no queda lejos el de Bolaños de Campos, uno de los más antiguos de la provincia, de estilo gótico primitivo. Siguiendo la derrota del Valderaduey se alcanza Villavicencio de los Caballeros, en uno de cuyos costados llama la atención la monumental torre de San Pelayo, resto mudéjar de la iglesia del mismo nombre. Más al norte se encuentra Mayorga, con uno de los rollos más elegantes de la provincia, fechado en 1426. Sin embargo, es el de Villalón de Campos, de estilo gótico florido, el que suele aparecer en la guías como «el más artístico y hermoso de España». Fue erigido como símbolo del poder ejercido por el conde de Benavente en 1450 y realizado por un maestro flamenco de la catedral de Burgos, con la piedra utilizada en sus pináculos.

info@javierprietogallego.com

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