DE PINGOS PARDOS Devórame otra vez
PPLL
Martes, 9 de septiembre 2008, 09:46
DESPUÉS del fiasco del día anterior cuando me pasé la mañana localizando famosos para destacarlos en negrita, decidí darme un respiro y tirarme a lo fácil buscando gente que, a pesar de no tener cargos rimbombantes, disfruta de la fiesta como el que más. Así que nada de casetas ni de toros, de escenarios aparatosos ni de misa solemne en honor de la Patrona, acontecimientos todos ellos donde nunca falta personal. Para evitarlo, y comprobar en mis carnes cómo se vive el jolgorio en otros ambientes, hice caso a mi suegra y me planté a media tarde en la Pérgola del Campo Grande, a ver de qué iba eso de 'Las Verbenas de las Ferias', actividad que también figura en el Programa Oficial. Bueno, cuando digo a media tarde quiero decir a la caída del sol, justo cuando la noche empezaba a asomar el hocico. Sintiendo en mis huesos la humedad ambiente y sabiendo que muchos de los participantes en estas verbenas cobran desde hace años su pensión de jubilados, pensé que me encontraría a una legión de achacosos tosiendo y con mantitas de lana cubriéndoles las piernas, pero una vez más me equivoqué. Para empezar, no había sitio donde encontrar acomodo, ni en las sillas de la terraza, ni en los bancos públicos ni alrededor de la fuente, y para seguir me llevé algún codazo que otro por ponerme en medio de la pista, dado (espero que sin querer) por algunas de las decenas y decenas de parejas que iban del escenario al estanque marcando 'El gato montés' sin errar un paso. Las tres cosas que más me llamaron la atención fueron lo poco que les importaba el rasca que hacía, lo serios que bailaban, y la leche a la que iban de un lado a otro arrollando periodistas tolones como un servidor. Si me toca a mí hacer todo eso, reviento los callos a mi señora y acabo con una cistitis severa e incurable, porque en los meódromos del recinto había que entrar con botas de regante. Desde el escenario en el que un día actuaron el mismo Dúo Dinámico que ayer lo hizo en San Benito, o Los Pekenikes, Los Relámpagos, o Mike Kogel y Los Bravos entonaban 'La motocicleta', la orquesta Galilea atacaba 'Paquito el Chocolatero' para regocijo de las mil personas mal contadas que abarrotaban La Pérgola. Como nadie dejaba de bailar y yo necesitaba testimonios, tuve que ponerme a ritmo para que Adoración Casado y su pareja de danza Manuel Sarazo me dijeran algo que era evidente: que iban a divertirse «porque es el único recreo que tenemos», no sin criticar el precio de la consumición en mesa, que a tres euros y medio por cabeza «es mucho para un jubilado», como se quejaron al unísono Cayo Martín y Paulino Prieto , que esperaban a sus respectivas señoras para iniciar la sesión. Y aunque el lamento por el precio de las consumiciones fue bastante generalizado, lo más repetido de la noche fueron dos cosas: la negativa de las viudas a bailar con hombres y la petición de que al año que viene adelanten la hora de inicio, «porque se nos queda el culo frío». Y así, mientras sonaba 'El venao', Carmen Mendoza explicó que nunca baila «con señores porque muchos de los que te sacan son casados, y a mi edad no quiero barullos». Sagrario Tejedor se reía enlazada a otra viuda y apuntalaba la declaración anterior diciendo: «Yo no bailo con hombres porque no me entiendo con ellos». Sabiendo que nueve de cada diez personas de las que había dentro eran viudas y que nunca bailarían conmigo que estoy casado, abandoné el recinto mientras el cantante de la orquesta caldeaba el ambiente asegurando que «en mi cama nadie es como tú. devórame otra vez». Fuera de la Pérgola había menos humedad, pero dentro había más calor. Por la canción. (Ayer me enteré de que en la organización del concurso de piruletas que me atreví a calificar de «chorra» colaboraba este periódico, entre otras empresas. De esta me echan a la calle, seguro que me echan. Lo veo venir.)
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