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El rostro de Sastre, azotado por la lluvia durante la etapa.
CICLISMO

Carlos Sastre se libera

El abulense asegura que ha estado «estresado» hasta que ha podido anunciar el fichaje por el Cervélo

J. G. PEÑA

Domingo, 7 de septiembre 2008, 03:39

Ya se sabe: en el ciclismo, la fidelidad es temporal, contractual. Nunca será un deporte colectivo. La bicicleta es una cuestión individual. Un tipo solo frente a la montaña. La esencia. Buen ejemplo es Carlos Sastre. Viene de ganar el Tour y nada más llegar a la Vuelta le dicen que su patrón en el CSC, Bjarne Riis, ha declarado en una televisión belga, la VRT, que el abulense ya no es el futuro del equipo. Ese lugar lo ocuparán, en palabras del técnico danés, «Cancellara, los hermanos Schleck y Sorensen».

Y Sastre, cauto, comedido siempre, se traga la respuesta. Y justo antes de los Pirineos se ve obligado a aclarar que acabará su vida deportiva en el Cervélo. Cambio de piel a deshora, en el peor momento. Y eso pesa. «Ahora que ya está aclarado me siento liberado. Este tema me ha tenido estresado. Ahora podré centrarme en la Vuelta». Al fin.

Salvo su leal Íñigo Cuesta, que marchará con él al Cervélo, Sastre comparte hotel cada noche con casi ex compañeros. Gregarios de un líder que se va. La victoria en el Tour tuvo ese efecto colateral: el divorcio progresivo entre Riis y Sastre. El CSC fue la escuadra más poderosa. Casi omnipotente. Riis dejó que Alpe d'Huez decidiera el nombre del ganador de la Grande Boucle entre Frank Schleck y Sastre. El escalador de El Barraco arrancó en la primera rampa. Por si acaso. Era un riesgo. Pero valía un Tour. Arrolló. Y luego, en la contrarreloj final y como remate, dobló al luxemburgués. Sastre tenía razón. El líder era él. «No todos íbamos en la misma dirección», lamentó.

Es buen guardián de sus silencios. Hace mes y medio, tras ganar el Tour, elogió a Saiz. Y siempre ha agradecido a Riis su apoyo. «Uno de los motivos por los que he tomado la decisión de irme es porque sé que dentro del CSC hay corredores jóvenes y no quiero obstaculizar esa progresión». Riis no pudo ganar el Tour ni con Hamilton ni con Basso. Se lo ha dado Sastre. Y aun así ha puesto todo el CSC en torno a Andy, el más joven de los Schleck. «A Sastre no podemos pagarle más», aseguró en la cadena VTR. Pero el aubense dice que nunca le han movido las cuestiones económicas. Se va porque le han abierto la puerta. Al Cervélo, un nuevo equipo patrocinado por una empresa de bicicletas canadiense, la misma que hoy surte al CSC.

Sastre cambiará de equipo, que no de bici. Y lo ha tenido que anuciar cuando no quería. En mitad de la Vuelta. «No tengo ninguna duda sobre la profesionalidad de mis compañeros. Sé que me ayudarán. A la mayoría los conozco desde hace siete años». Como a Riis. «Al principio, cuando le dije que me iba, hubo como una reacción de vacío. Pero bueno, siempre ha habido una relación de mucho respeto y eso es lo que ha prevalecido por encima de todo». Ese respeto y sus silencios componen el último servicio de Sastre al equipo que llevó hasta la cima.

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