Un tubérculo universal
La ONU celebra el Año de la Patata en honor al cuarto alimento más consumido del mundo. Castilla y León es la primera comunidad productora de España
V. M. NIÑO
Domingo, 20 de enero 2008, 01:41
Es el cuarto alimento más consumido en el mundo, sólo superado por el arroz, el trigo y el maíz. La patata protagoniza la ingesta diaria de mil millones de personas y acompaña la de otros tantos. Su carencia ha determinado hambrunas históricas, sin embargo no pierde su condición de tubérculo humilde. Por todo ello la ONU declaró 2008 el Año Internacional de la Patata. Castilla y León es la mayor productora de este alimento en España, país que tiene en la tortilla de patata su seña de identidad gastronómica.
Los conquistadores extremeños aún guerreaban en los Andes cuando la papa inicia su colonización mundial. La primera referencia escrita está en la 'Crónica de Perú', de Pedro Cieza de León, quien habla ya de «turmas, de criadillas de tierra» a mediados del XVI. El cronista de Badajoz describe cómo la comen los indios: «Después de cocido queda tan tierno por dentro como una castaña cocida, no tiene cáscara ni cuesco...».
Desde entonces la patata no ha dejado de viajar, multiplicándose en cientos de variedades adaptadas a climas que van desde el trópico hasta la tundra y alumbrando episodios de la historia tan determinantes para sus pobladores como el hambre de Irlanda en los años cuarenta del XIX. Un hongo -el 'phytophytora infestans', más conocido como la roya- acabó con sucesivas cosechas del tubérculo lo que provocó dos millones de muertos en una década, decantó la emigración masiva hacia América e inició el movimiento independentista que la segregó de la corona británica. «Sólo hay dos cosas en este mundo demasiado serias para bromear, las patatas y el matrimonio», reza un dicho irlandés recogiendo dos fantasmas nacionales.
España fue la puerta de entrada a Europa de 'la joya de los Andes', la planta que reclama Perú como oriunda de su altiplano. Parece que se extiende fundamentalmente en el siglo XVIII. En la actualidad, España produce casi tres de los 300 millones de toneladas cultivados en el mundo. La comercialización de la patata generó 6.000 millones de dólares en el 2006, según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). En la actualidad, el país de origen, Perú cosecha 3,3 millones de tonelas anuales.
Variedades autóctonas
Castilla y León lidera la producción patatera en España. En la meseta se cultivan 900.000 de las 2.700.000 toneladas nacionales. El 40% es patata de media estación y un 60% de tardía, es decir de conservación. Un 18% de la patata castellana se comercializa a través de cooperativas y de esa cantidad se destinan 60.000 toneladas a la industria, 20.000 a grandes superficies y 80.000 en otro tipo de venta, según datos de la Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Castilla y León (Urcacyl).
El sector se duele de los males del mercado agrícola, del exceso de intermediarios y de la fluctuación de los precios -30 céntimos por kilo en origen en la anterior campaña y entre 12 y 15, en la presente-, del descenso del consumo y de la entrada de la patata francesa.
Precisamente el azar quiso que Francia fuera la competencia directa de España en este cultivo. Retirada de la gastronomía gala por creer que causaba la lepra, el farmacéutico Parmentier, quien sobrevivió a la cárcel prusiana gracias a la patata, convenció en 1788 a Luis XVI para que autorizara su cultivo a modo de ensayo. Hoy en las cartas de medio mundo las patatas fritas de mesa son conocidas como 'francesas'.
Para competir, para mejorar la productividad y sacar el mayor provecho a las variedades propias de las tierras castellanoyleonesas trabaja APPACALE, empresa dependiente del gobierno regional que trabaja en investigación de la patata. Desde 1994 desarrolla el Programa de Mejora Genética de la Patata cuyo objetivo es «obtener nuevas variedades adaptadas a nuestras condiciones ambientales con buenos caracteres bien para el consumo fresco o bien para la transformación industrial, combinadas con resistencias a plagas y enfermedades». Actualmente más del 75% de las variedades cultivadas son protegidas, lo que implica tener que importar la semilla. Obtener variedades apropiadas para las condiciones climáticas de la comunidad es el fin.
El trabajo de APPACALE logró sus primeros frutos en el 2006 cuando registró dos nuevas variedades: Nela y Jimena. Nela es una patata blanca para el consumo doméstico, principalmente cocida, muy apta para el mercado gallego.
Su cultivo es semitemprano, es decir 'tuberiza' en poco tiempo y eso facilita a su comercialización. Jimena es una variedad pensada para hacer patatas fritas de bolsa. Sus creadores le auguran un buen futuro, por el peso que tiene en la región el cultivo y por ser temprana.
Actualmente está en proceso de registro como variedad autóctona de Castilla y León la Fina de Gredos, cultivada en la zona de montaña de Ávila y Salamanca durante casi un siglo.
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