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Un joven escribe una ecuación en la pizarra.
El inconformismo de la generación Z

El inconformismo de la generación Z

Los jóvenes que han crecido en internet son más emprendedores y reclaman una educación más digital, según un estudio de Deusto Business School y Atrevia

Daniel Roldán

Lunes, 24 de abril 2017, 21:39

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Es una de las generaciones más preparada de la historia, pero es probable que sea la que está más desubicada. Una generación de 7,4 millones de personas que cabalga entre los últimos suspiros del siglo pasado y la primera década de esta centuria. Así los primeros miembros de la generación Z, los nacidos a partir de 1994, crecieron a la par que un fenómeno que se iba consolidando poco a poco: internet. Los últimos, aquellos que nacieron hasta 2009, no van a entender otro mundo más que el digital. Es como aquel consumidor que solo ha vivido con el euro y no tiene ni idea de las equivalencias con la peseta.

Pero aquellos jóvenes que ahora se asoman al mundo laboral, están descubriendo que su realidad y el mundo que les rodea es diferente. Van a dos velocidades distintas. O, simplemente, hablan dos lenguas que no tienen nada que ver, explica Iñaki Ortega, director de Deusto Business School y autor del estudio Generación Z. El dilema, un trabajo realizado junto a Atrevia. El problema es que ellos son cien por cien digitales mientras que el mundo no lo es, razona Ortega. Es un colectivo de 7,4 millones de personas -según el Instituto Nacional de Estadística- que ha estado acompañado por internet toda su vida, que han encontrado los amigos, el ocio o la manera de formarse en la red.

Pero además de la red, la identidad colectiva de estos jóvenes va mucho más allá. Son irreverentes porque no dudan en llevar la contraria a sus padres, profesores o mayores porque han sido autodidactas, señala el estudio. También están marcados por la inmediatez de las redes sociales. La economía colaborativa y la diversidad que abrazan les convierte en inclusivos. El mundo líquido en el que han nacido, como señala Zygmunt Bauman, donde nada es estable y todo cambia, hace que la incertidumbre sea su compañera, indica el estudio basado en encuestas y en focus group.

Esta generación se mueve a la perfección sin red. El 27,9 % de los consultados quiere montar una empresa y el 8,1 % quiere trabajar por cuenta propia. Nunca antes se había visto semejante número de emprendedores, señala Ortega. El 27,2% apuesta por el trabajo por cuenta ajena, el 16,1 % reconoce que todavía no ha tomado una decisión y el 20,8 % indica que quiere ser funcionario. Es normal este porcentaje. Es una apuesta por un trabajo para toda la vida y sin riesgos de que te echen, apunta el doctor en Economía. Por sexos, los chicos Z prefieren emprender -para el 44 % su trabajo ideal es montar una empresa- mientras que ellas abogan por la seguridad de la cuenta ajena -más de la mitad de las encuestadas-.

Pero ese 35 % que quiere volar solo es un ejemplo de ese "imaginario colectivo" de flexibilidad laboral. Prefieren trabajos efímeros, apunta Ortega. Es una nueva concepción del mundo laboral. Abrazan la gig economy, es decir, trabajar por proyectos. Esa es solo la atadura. Esto no quiere decir que sean trabajos precarios. No es lo mismo. Son trabajos bien cualificados, apunta Ortega, que destaca que en Estados Unidos este tipo de vinculación laboral está creciendo de forma abismal. ¿Por qué? Por el ocio. Ahora viajar a Nueva York, por ejemplo, es muy barato. Líneas aéreas con billetes más baratos y formas de alojamiento como Airbnb permiten que casi todo el mundo pueda viajar, explica el experto. Para ellos el trabajo es instrumental. Trabajan para vivir, comenta Ortega, que añade que es una realidad que poco a poco se va imponiendo.

Educación y mundo real

Se dan de bruces con una realidad muy lenta cuando ellos están aprendiendo a una velocidad brutal, comenta el experto de Deusto Business School. Estos jóvenes son usuarios de tutoriales de cursos on line universitarios -MOOCS-. Están en constante formación y son muy críticos con el sistema actual, ahora que se está debatiendo la necesidad de un pacto de Estado que acabe con los cambios constantes de leyes. Casi dos tercios tienen claro que hay que invertir mucho más en las aulas, sobre todo para mejorar en los idiomas, y dar más importancia a las herramientas tecnológicas.

Vas a un trabajo y tienes que saber Excel perfecto, y yo no lo he dado. Pero no escribir sino saber usarlo y no te lo dan y es algo fundamental, para todas las carreras, indicaron los jóvenes durante la encuesta. Además, también demostraron su compromiso con las causas sociales (una de sus mayores preocupaciones) y con la situación del país. El 78 % votó en las últimas elecciones, aunque no estén muy cómodos ni con los nuevos ni con los viejos partidos.

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