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Óscar Martín tras observar el eclipse de hace un mes en las islas indonesias.
«Un eclipse te hace sentir pequeño y parte del universo»

«Un eclipse te hace sentir pequeño y parte del universo»

Hace pocas fechas ha regresado de Indonesia donde pudo contemplar otro de estos fenómenos astronónimos en los que es todo un experto

Cecilia Hernández

Martes, 5 de abril 2016, 12:01

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Confiesa que cuenta el tiempo en eclipses, no en años. De estos últimos, de esa medida que se dieron los humanos para contar lo incontable, la aventura de Óscar Martín Mesonero ha cumplido diez hace pocos días. Una década a la caza del eclipse solar, completo y perfecto, por todo el planeta. Diez años y ocho eclipses que marcan una trayectoria infatigable, decidida en el año 1991. «Aquel día vi por la tele el eclipse que hubo en México pero era muy pequeño, algunos años más tarde, en el 99 tuve la oportunidad de ir a Alemania y lo dejé pasar». En realidad, continúa Óscar, no fue hasta 2006 cuando cumplió su sueño de enfrentarse por primera vez a un eclipse total de sol en un lugar, además, de connotaciones especiales: Egipto. «Siempre había querido conocer aquel país y me uní a un grupo de cazadores que iban a presencial el eclipse». De aquella primera experiencia recuerda, en especial, el enfado por los años pasados sin tomar la decisión de viajar en busca del encuentro de la luna con el sol. «Me enfadé mucho por las oportunidades que perdí, porque ahí fue, de verdad, cuando me enganché», explica.

Y desde entonces, desde aquel 2006 en la tierra de los faraones Óscar Martín ha presenciado todos los eclipses totales de sol que ha habido en el planeta. Diez años, ocho eclipses, el último de ellos hace pocas semanas, en las islas Molucas del Norte, en Indonesia. Un viaje de 48 horas de ida y 48 de vuelta, agotador, en el que además hubo que echar mano de los planes B y C. «Amaneció completamente nublado y nos tuvimos que mover de una isla a otra en una lancha alquilada», comenta Óscar. Nada, sin embargo, se deja a la improvisación, ya que durante los eclipses, por los cambios que se producen en la atmósfera es común el aumento de nubosidad, de ahí que los cazadores de eclipses, agrupados bajo el proyecto Saros, estudien previamente las condiciones del terreno a través de imágenes de satélite para buscar los lugares donde hay menos probabilidad de acumulación de nubes.

El próximo eclipse será el año próximo, el 21 de agosto de 2017. Se convertirá, afirma el cazador salmantino, en un evento conocido a nivel mundial, ya que se podrá observar a lo largo de una gran franja que cruzará los Estados Unidos. Allí se reunirán científicos y aficionados de todo el planeta, unos cuantos llegados desde Salamanca, porque varios integrantes de la Organización Salmantina de la Astronáutica y el Espacio, Osae, se unirán a Óscar Martín Mesonero en la captura de este nuevo fenómeno astronómico. «Yo lo veré desde Casper, en Wyoming, porque es un lugar de carreteras amplias que nos permitirá movernos en caso de nubes», apostilla, no sin antes reconocer que esto de cazar eclipses «es una ruina».

Objetivo: la Antártida

«Cuesta más que los viajes normales porque somos muchos viajando a un mismo sitio un día concreto». Es lo que ha sucedido, añade, con el eclipse de Estados Unidos, para el que ya prácticamente no quedan reservas hoteleras, y lo que pasará con los siguientes. Porque, como decíamos al principio, un buen cazador de eclipses no cuenta el tiempo en años, sino en estos fenómenos. Así, 2018 será un año sin eclipses totales, aunque sí habrá varios parciales. En 2019 habrá uno total, el 2 de julio, que podrá verse en áreas del Pacífico y Sudamérica, entre Argentina y Chile. Allí estará, si nada ocurre, Óscar Martín, que también tiene en agenda ya el eclipse de diciembre de 2020 y, sobre todo, el de diciembre de 2021, que se podrá ver en la Antártida.

Pero, por desgracia, el viaje hasta la base militar donde se reunirán los científicos y cazadores tiene un coste muy elevado, más que el que ya es habitual en estas aventuras. «Creo que o encuentro patrocinador o ese me lo pierdo», se lamenta el salmantino que, eso sí, ya piensa en el eclipse total que podrá verse en España en 2026. «No queda nada», afirma con emoción.

Y es que Óscar Martín reconoce que «cada eclipse es único, no hay nada que se le parezca». Poder contemplar en directo uno de estos fenómenos, en lugares muchas veces recónditos o a bordo de un avión como hizo el año pasado sobre las islas Feroe, implica «sentirse pequeño y, a la vez, parte del universo». De esos momentos destaca la observación de la corona solar que «siempre está ahí pero nunca la vemos e impresiona porque brilla mucho, más que la luna llena pero sólo se puede ver bien durante los eclipses».

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