Viardot, la compositora que asesoró a Wagner, Berlioz o Brahms

Pocas salidas le quedaban, por lo tanto, a Michelle Ferdinande Pauline García que no desembocaran en la música. La influencia y formación recibidas, por parte de un padre meticulosamente estricto, le entraron directamente en vena desde que dejó de gatear. Él fue quien le enseñó a tocar el piano y de él recibió clases de canto, sin duda una base lo suficientemente sólida para que con el paso de los años fuera considerada como la más dotada de toda la familia, pero también uno de los talentos musicales más relevantes de la época. Nos situamos en 1837, fecha de su primer concierto. Su influencia alcanzó una repercusión que en absoluto se corresponde con la trascendencia alcanzada en nuestros días.

Un talento musical que llegó a hipnotizar y poner a sus pies a compositores de la talla de Rossini, Chopin, Liszt, Berlioz, Wagner, Chopin, Schumann, Brahms, o Gounod –en algunos de estos casos llegaron a componer obras expresamente para ella–, pero que sin embargo no ha gozado del reconocimiento esperado con el paso del tiempo.

El espectáculo ‘Vivica&Viardot’, entendido como un recital escenificado, aporta un pequeño grano de arena para rescatar del olvido todo ese talento. «Es un viaje sobre la personalidad de una artista completamente desconocida en España en general, pero en Andalucía en particular, a pesar de que sus padres eran andaluces», resumió ayer Carlos Aragón, responsable de seleccionar y configurar el programa junto a la mezzo norteamericana Vivica Genaux. «Pauline escribía muy al estilo de Liszt –del que fue alumna– o Tchaikovsky, pero siempre con un matiz muy español», apuntó el director musical sobre una mujer que acumulaba admiradores, «revisaba al propio Berlioz o a Wagner, y fue la primera cantante que cantó Brahms con viola».

La carrera de Viardot se enfocó en primera instancia al piano, pero la trágica muerte de su hermana cambió su destino. «Cierra el piano, a partir de ahora cantarás», le dijo con voz grave su madre, tras escucharla cantar un aria de Rossini. Aquella fecha, día de su cumpleaños, nacía la nueva Malibrán que iba a convertirse en referente en toda Europa. ¿Por qué no ha tenido, entonces, el reconocimiento que merece? «Es algo realmente extraño lo que ha pasado con este personaje. El papel de la mujer compositora ha sido injustamente olvidado y para mí fue una sorpresa encontrar a alguien tan libre. Es una pena que su obra, siempre con un fondo de calidez, se quedara en lo íntimo y no en grandes composiciones», sostiene Aragón. «Fue la primera en llevar la música rusa a Europa. Una mujer culta y humilde que hablaba cinco idiomas, y que para mí ha significado todo un sueño desde hace diez años, cuando canté por primera vez una obra suya», añade Genaux, para quien ha supuesto un «regalo enorme» poner voz a este proyecto.

Juntos, Carlos y Vivica, se comprometieron a hacer una selección de temas, y el repertorio salió extenso. «Nos propusimos poner cinco estrellitas a las que nos gustaran más, y al final nos gustaban todas. Nos hemos quedado con una síntesis interesante de lo que es su universo musical, pero daría para hacer veinte recitales». «Tendríamos un recital de nueve horas», comentó la mezzosoprano, que ya compartió proyecto lírico (‘La clemenza di Tito’) con Carlos Aragón en el Teatro Calderón hace ahora cuatro años.

Genaux es en la actualidad una de las grandes voces del ‘bel canto’ y la música barroca, a la que preceden tanto «el color de su voz» como «su capacidad de interpretación en escena»; en palabras de José María Viteri, director artístico del Teatro Calderón. Nominada a tres premios Grammy, entre sus papeles más destacados figura Angelina, de ‘La Cenerentola’; Isabella, de ‘L’italiana in Algeri’; Rosina, de ‘Il barbiere di Siviglia’; Romeo de ‘I Capuleti ed i Montecchi’; Orsini, de ‘Lucrezia Borgia’; u Ottavia, de ‘L’incoronazione di Poppea’, entre otros.

Carlos Aragón, por su parte, abarca un amplio espectro musical dentro de su doble faceta de director de orquesta y pianista, con un amplio repertorio en el que sobresalen títulos operísticos como ‘La Cenerentola’, ‘Lucia de Lammermoor’, ‘La Traviata’, ‘Rigoletto’, ‘Otello’, o ‘Carmen’, entre otros.