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Los vecinos del barrio vallisoletano de La Rondilla se han levantado esta mañana debatiéndose entre la indignación y la incredulidad, tras el suceso de esta ... madrugada en el que un Mercedes Clase A de color gris oscuros golpeó hasta veinticuatro vehículos estacionados entre las calles Cardenal Torquemada y Nebrija. Además, los impactos tuvieron lugar en las dos vueltas que el conductor del vehículo realizó entre las calles Cardenal Torquemada, Nebrija, Moradas y Cardenal Cisneros (en esta última realizó el trayecto en sentido contrario), hecho difícil de explicar por los residentes de la zona. En el cercano bar Tivoli presenciaron en primera fila lo sucedido.
«Cuando comenzó a acelerar tanto ya sabíamos que algo malo iba a pasar», asegura uno de los camareros testigo del incidente. Tras ver el coche chocar contra un Seat León estacionado unos metros más adelante del establecimiento, se sorprendió de ver aparecer de nuevo el coche por la calle Cardenal Cisneros, esquivando coches y en dirección prohibida. «Lo que no se explica nadie es porqué dio dos vueltas antes de estrellarse», apunta. Javier, conductor del Kia Sportage afectado en la esquina de las calles Cardenal Cisneros y Torquemada, no podía creerse el golpe que recibió su coche cuando fue a recogerlo esta mañana para ir al gimnasio.
«Esta todo reventado, el eje está jodido», afirma tras revisar los desperfectos. Vecino de la calle Lope de Vega, Javier posee garaje en la zona, pero decidió aparcarlo en la calle porque encontró un sitio libre. Misma situación ha ocurrido un poco más adelante en la misma calle. El conductor del Seat León azul contra el que colisionó el Mercedes, se disponía a abrir su vehículo cuando varios vecinos le alertaron de lo sucedido. «Vaya liada. No me había enterado de nada», exclamó al ver el golpe en la parte trasera izquierda de su coche que también afectó a la rueda.
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Otra vecina, conductora de un Renault Clio, vivió la escena en primera persona. Tras una tarde con sus amigas, buscaba aparcamiento por la zona. Se situó en paralelo al conductor del Mercedes gris oscuro minutos antes del suceso y le preguntó si se disponía a salir para estacionar su Clio en ese lugar. Ante la respuesta negativa, siguió en busca de un hueco. Su sorpresa fue cuando minutos después se encontró al mismo vehículo «con la rueda pinchada, el paragolpes colgando y a toda velocidad en dirección contraria», explica. Los reflejos, que acabaron con su coche encima de la acera y casi empotrado en un cercano quiosco de la ONCE, fueron los únicos que impidieron el golpe.
La Policía continúa con la investigación de los hechos y ha confirmado que fueron 24 los coches dañados en el trayecto del Mercedes Clase A hasta quedar encajonado en la calle Nebrija, además de tres vallas de protección de las obras de la calle Cardenal Torquemada y otra de protección peatonal en la misma vía a la altura de la calle Linares.
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