El triste abrazo entre el Pisuerga y el Duero
El tramo final de los dos principales cauces de la provincia ofrece un paisaje de abandono y basura
Árboles secos, otros arrancados y tirados al borde de los caminos. Naturalezas muertas, algunos focos de acumulación de basuras. Es la imagen que proyecta el ... rincón probablemente más fluvial y verde de los aledaños de Valladolid. Después de 283 kilómetros de recorrido, el Pisuerga se une al Duero en un entorno que cada vez transmite más sensación de abandono y descuido.
Los efectos de esta falta de mantenimiento se han agudizado con los temporales de este invierno. Mañana, Día Mundial de Defensa de los Ríos, es una buena fecha para comprobar que el discurrir postrero del Pisuerga es cualquier cosa menos gallardo.
Tras un meandro y una pequeña cascada que alimentó hace muchos años las turbinas de una minicentral, las aguas de ambos cauces se abrazan entre las Ventas de Geria y Villamarciel. Los visitantes y vecinos de la zona recuerdan un pasado de área verde que frecuentaban de forma asidua desde Geria, Villamarciel o Simancas. «Estaba precioso. Era un lugar emblemático. Hasta equipos de piragüismo visitaban la zona», rememora el alcalde Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira, cuya familia regenta el Hotel La Colina, situado junto a la autovía y a unos cientos de metros del final de Pisuerga.
Los agricultores son los principales usuarios de los caminos forestales de la zona. «Está todo seco. Lleva así bastantes años sin que le den una vuelta», lamenta el presidente de la Comunidad de Regantes Geria-Simancas-Villamarciel, Mariano Blanco.
No es la primera vez que la caída de un tronco viejo bloquea los caminos de paso. Y eso que la zona se ha convertido en un lugar de recreo muy visitada por ciclistas y paseantes, ya que forma parte de las etapas de la GR14 (Gran recorrido) Senda del Duero, dentro del Programa Caminos Naturales del Ministerio de Agricultura.
«La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), no está haciendo caso de los avisos de los pueblos» –lamenta Oliveira–, que reconoce haber palpado el «disgusto» desde los responsables de la Diputación de Valladolid por la falta de agilidad en tramitar los planes de mantenimiento.
«Es cierto que somos lentos tramitando expedientes», admite el Comisario de Aguas de la CHD, Urbano Sanz, que reconoce haber remitido las quejas por el estado del tramo final del Pisuerga a los agentes medioambientales. «Debemos verlo y valorarlo. Pero hay que tener en cuenta que tenemos miles y miles de kilómetros de cuenca y actuamos donde hay prioridad», argumenta Sanz. Este responsable destaca que las riberas sufren lo que llama «deterioros naturales, ya que los ríos son ríos, no son zonas ajardinadas».
Actuar si no hay respuesta
La Ley de Aguas establece que el límite del cauce del río y, por tanto la responsabilidad de la CHD, lo marcan las máximas avenidas de agua, hasta 100 metros de margen. «En el control de residuos y basuras son las autoridades locales y autonómicas las competentes. Solo si van a afectar a la masa de agua podemos actuar de oficio», insisten en el organismo de cuenca.
Para luchar contra sus propios retrasos, los responsables de aguas, dependientes del Gobierno central, han creado el procedimiento de Declaración Responsable. «Nos presentan un procedimiento y, si no respondemos en 15 días, lo pueden hacer ellos», explica Urbano Sanz.
Una de las últimas intervenciones de la CHD en la zona fue para dar el visto bueno a la instalación de una fábrica de quesos en la finca colindante a la desembocadura en el año 2010. Un juzgado de Valladolid paralizó el proyecto porque carecía de licencia ambiental en una zona que está incluida en la Red Natura 2000 de la Unión Europea.
El Ayuntamiento de Tordesillas recuerda que ya asumió en su día la limpieza del tramo que llega a su municipio desde San Miguel del Pino tras pedir autorización a la Confederación.
El presidente de la Diputación Provincial de Valladolid, Conrado Íscar, ya se quejó de la «lentitud» del organismo para resolver y contestar los expedientes, durante la creación, hace unas semanas, de una mesa de trabajo técnica para analizar el Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero. Íscar puso como ejemplo que la presidenta de la CHD, Cristina Danés, ha tardado cinco meses en recibirle. Una tardanza que «habla de su poca voluntad de diálogo y de querer trabajar».
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