La Unión de Campos: la «unión» por el patrimonio

Es imposible hablar de la iglesia de Santa María de la Asunción sin antes echar la vista atrás en la historia, raíces y memorias de la localidad vallisoletana donde se ubica, La Unión de Campos.

Este municipio, como su topónimo indica, nace de la cohesión entre dos pueblos que en la antigüedad estaban continuamente enfrentados por la delimitación de sus fronteras: Villagrá y Villar de Roncesvalles.

Cuando tuvo lugar este casamiento, el territorio contó con hasta cuatro iglesias, de las que actualmente se conserva la majestuosa Santa María de la Asunción gracias al ahínco, interés y empeño de la alianza.

Este sinuoso edificio se erige con algunas de las antiguas piedras que formaron parte del antiguo castillo, del que ya no queda rastro alguno. Si el visitante se fija puede discernir en la fachada esas envejecidas y toscas piedras, que en un pasado reciente le otorgaron el nombre de Santa María del Castillo hasta principios del siglo XX.

Hoy, Santa María de la Asunción es un edificio de construcción barroca del siglo XVIII que cuenta con una alta torre de ladrillo y una nave central cubierta por una bóveda de arista. Sus naves laterales están tapadas por bóvedas de cascos que se asemejan a gajos o gallones.

El visitante puede elegir cómo acercarse al gran arco de medio punto que da acceso a la portada situada al lado de la epístola; por una larga rampa o a través de catorce peldaños. Una vez que atraviesa la monumental puerta de madera empezará su viaje ejemplificante de la era barroca.

En su capilla mayor encontramos una cúpula con lunetos cuyos ejes convergen simétricamente y se hallan en perfecta sintonía con el altar mayor. Sobre él se atesora el más preciado bien de este templo: el retablo dedicado a la Virgen de la Asunción. En él podemos ver una imagen de la virgen de pie y con las manos juntas, en una clara postura de oración que representa el consuelo y la esperanza de una vida más allá.

En el interior de la iglesia de Santa María de la Asunción también hallamos otra talla que recibe gran devoción: la patrona, la virgen de Las Candelas. En su honor, cada dos de febrero los fieles celebran una eucaristía, así como bailes y una jornada gastronómica que une a todos los forasteros y habitantes de esta humilde localidad que nació de la fusión de dos pueblos enfrentados.