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Un cofrade pasa el polvo con un plumero a una de las tallas procesionales con las que cuenta la hermandad. Carlos Espeso
Valladolid

La Orden Cisterciense cede a la Cofradía de la Pasión la iglesia de San Quirce por 50 años

La penitencial se compromete a mantener, restaurar y abrir al culto el templo situado en la plaza de la Trinidad tras la marcha de las monjas hace un lustro

Luis Amo

Valladolid

Domingo, 9 de octubre 2022, 00:01

La Orden Cisterciense de Valladolid cede durante el próximo medio siglo su iglesia conventual de San Quirce y Santa Julita a la Cofradía de la Sagrada Pasión ... . La penitencial ha firmado un contrato con las propietarias del antiguo monasterio mediante el cual consigue mantener su sede canónica en este templo por un periodo de 50 años, que incluso podrían ser prorrogables, con lo que significa una «estabilidad y arraigo» para la hermandad tanto en el aspecto espiritual como en el social e incluso patrimonial. Y es que esta cofradía es una de las más antiguas de la capital. Fechada en el año 1531, atesora muchísimo apego entre la ciudadanía y la convierte en una de las más numerosas –en la actualidad tiene 783 cofrades– y se posiciona, además, como una de las entidades con mayor patrimonio procesional de la provincia y con una importante labor de caridad. El alcalde de la cofradía, Luis Lázaro, ha manifestado a 'El Norte de Castilla' su satisfacción por la firma de este acuerdo y destaca el «buen entendimiento» que ha habido con las hermanas para rubricarlo. Un contrato, por cierto, que significa evitar el cierre de otra iglesia en Valladolid o, lo que es lo mismo, es un contrato que permite a la propia ciudad mantener abierto al público parte de su historia local y a los turistas poder admirar uno de los templos devocionales más atractivos.

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Luis Lázaro reconoce que este acuerdo aporta «mucha tranquilidad» a la penitencial, porque de este modo afianza en el templo una sede estable para sus cultos pero también para sus actividades de hermandad a la par que reconocen que, de lo contrario, de no haber llegado a un acuerdo, se hubieran encontrado con el problema de dónde instalarse, en qué iglesia poder establecerse, ante el más de un centenar de referencias inventariadas que tienen entre patrimonio escultórico y pictórico, además de ornamentación procesional y eucarística, vestiduras para sacerdotes, junto con legajos e interesantes libros de actas manuscritos desde el siglo XVII.

Dos cofrades de la La Pasión planchan un paño del templo. Carlos Espeso

Así, entre sentimientos compartidos de «alegría y responsabilidad», el presidente también explica que la firma de este documento sobre todo es «para hacer cofradía», si bien no es menos cierto que su estancia en esta iglesia hasta el año 2072 significará un importante esfuerzo económico, que previamente debe pasar por los órganos de gobierno de la hermandad, dada su intención y compromiso con la comunidad cisterciense de mantener en las mejores condiciones e incluso restaurar el templo. Es más, este acuerdo y este buen entendimiento entre las partes también significará una aportación de un donativo a la comunidad cisterciense de Valladolid, lo que también significará para ellas un pequeño alivio económico.

Los cofrades recorren el centro con la Virgen de la Pasión. Valladolid Cofrade

La Pasión reza a su patrona

La Virgen de la Pasión congregó ayer a decenas de personas en las calles del centro: desde la antigua judería hasta el entorno de la Plaza Mayor. La Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo homenajeó a la patrona de la penitencial con una sencilla procesión a la vez que llena de significado, porque se recordó a las generaciones pasadas de la hermandad. Un recuerdo que se vivió con especial emoción a las puertas de la actual sala municipal de exposiciones de la Pasión, antiguo templo de la penintencial.

Necesidades y obras urgentes

La necesidad más urgente, previsiblemente con ejecución para el próximo año según indica el alcalde, es el cambio del sistema de calefacción que pasará del actual gasoil, «más dañino para las obras de arte», a engancharse a la red de gas natural, «una energía más limpia y menos corrosiva especialmente con la madera y las pinturas». Junto a esta intervención, la intención es rehabilitar las dependencias anejas a la iglesia y la sacristía. Se trata de habitaciones donde las monjas guardaban material de las misas y algunas imágenes que se han llevado y que ahora la Cofradía de la Pasión quiere destinar a salones donde poder realizar convivencias y convocatorias «para intentar así conseguir hacer más y mejor cofradía». «Se trata de que nuestros cofrades infantiles y juveniles encuentren en este espacio un punto de quedada, una zona de encuentro, donde más allá de los actos propios de la hermandad puedan afianzar en amistad y en espiritualidad. Si creamos una buena cantera, si conseguimos un buen semillero, dejaremos en Valladolid la mejor herencia posible, el propio mantenimiento y sostenimiento de nuestras cofradías y de nuestra Semana Santa», explicó Lázaro.

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Y junto a la protección del patrimonio humano también ponen especial cuidado en su patrimonio artístico, dado que es una de las pocas hermandades que cuenta con tantas imágenes devocionales expuestas al público. Precisamente, su paso procesional titular es el Santísimo Cristo del Perdón, pieza magistral de madera policromada que representa a Cristo arrodillado, cuya autoría corresponde a Bernardo del Rincón (1656), una imagen que cuenta con muchísima devoción. Desde hace varios meses preside la Iglesia de San Quirce y Santa Julita desde un altar provisional en el presbiterio, el altar mayor, a la espera de rehabilitar el lado del evangelio, el lado de la izquierda, otra de las obras urgentes y comprometidas en el contrato, donde tradicionalmente recibía culto pero que las goteras y humedades causadas por las lluvias aconsejaron su traslado para evitar posibles deterioros en la talla.

Tres décadas en San Quirce

La penitencial está al cuidado de esta iglesia de modo íntegro desde 2017, año en que ante el escaso número de monjas –cuatro– en este Real Monasterio de San Quirce y Santa Julita y siendo todas ellas octogenarias, la comunidad decidió agrupar a todas las hermanas cistercienses de la ciudad en el Monasterio de las Huelgas Reales, también de su propiedad.

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Un año después –en 2018– consiguieron vender las edificaciones contiguas al templo, es decir, las instalaciones propias del convento con la antigua casa de novicias con su claustro, el coro de la iglesia, las huertas y también el centro educativo asociado, para levantar en el solar resultante una manzana con 72 pisos tutelados para personas mayores, cuya construcción está ultimándose entre la plaza de la Trinidad y la calle de San Quirce.

Pese a esta cronología del último lustro y cuya venta les inquietó por momentos ante su posible marcha, lo cierto es que la cofradía está a punto de cumplir tres décadas en esta sede desde su marcha de la parroquia de La Magdalena en 1993. Ahora, con esta cesión, La Pasión escribe una nueva crónica en su historia y salva del cierre la iglesia del que fuera el segundo convento más antiguo de Valladolid.

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