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Investigadoras de Valladolid se asoman al interior del cerebro: ¿qué pasa ahí dentro cuando leemos?

Investigadoras de Valladolid se asoman al interior del cerebro: ¿qué pasa ahí dentro cuando leemos?

El proyecto UVALAL analiza cómo el ser humano procesa y entiende los lenguajes gracias a una máquina que monitoriza los movimientos que hacen los ojos al leer

Víctor Vela y Pedro Resina

Valladolid

Sábado, 7 de junio 2025, 19:02

Fíjese atentamente en esta frase, en este enjambre de palabras que acaba de leer. Seguro que ni se ha dado cuenta, pero no ha podido usted leerla en orden, de principio a fin, desde la primera a la última palabra. Lo que en realidad ha pasado es que su mirada se ha paseado por estas líneas a pequeños saltos, yendo hacia adelante y hacia atrás, con avances hacia palabras clave (los verbos son un imán) y retrocesos mínimos para comprobar que ahí está escrito lo que se ha creído leer. No leemos en orden. Nuestros ojos no recorren las letras una a una hasta el mensaje final. Y hay unas investigadoras de la Universidad de Valladolid que lo pueden demostrar.

El grupo de trabajo se llama UVALAL (el Language Acquistion Laboratory de la UVA), un proyecto de investigación en marcha desde el año 2002 que estudia cómo se comporta nuestro cerebro a la hora de leer y cómo opera eso en el caso de los hablantes bilingües, qué conexiones se establecen cuando se conocen varias lenguas. «Investigamos el lenguaje, cómo lo aprendemos y cómo lo usamos», explica Raquel Fernández Fuertes, directora de UVALAL. Y para eso, los ojos son un factor clave.

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

¿Cómo leemos?

La investigación examina los movimientos que realiza el ojo durante los ejercicios de lectura e interpretación de imágenes propuestos.

 

Estos ejercicios utilizan trampas, transgresiones sintácticas, para entender qué sucede y cómo se coordinan el cerebro y el ojo.

Las fijaciones

son las palabras

o partes de palabras

que sirven al cerebro

para componer

la idea que se transmite

en la frase

Movimiento sacádico

son los saltos

oculares que llevan

a la siguiente

fijación

Estoy comido hoy

El ojo regresa a algunas

palabras para completar

la información que necesita

el cerebro para entender

la frase

Ejemplo práctico

Este es un ejemplo de cómo lee un participante la transgresión sintáctica propuesta en un ejercicio.

Los números indican el orden

en el que el ojo recorre la frase

el recorrido no es lineal sino

que el ojo realiza

tres visionados.

En primer lugar, el participante,

recorre la palabra

Este animal es un dogito

2

1

3

5

4

6

1 segundo

A continuación, la grabación muestra

cómo vuelve a recorrer la frase

Este animal es un dogito

3

4

2

1

5

6

1 segundo, 11 centésimas

Y finalmente vuelve a leer alguna

de las palabras detenidamente

Este animal es un dogito

2

3

1

1 segundo, 04 centésimas

En total, el participante, ha empleado

3 segundos y 15 centésimas en leer

la frase

Fuente:

UVALAL

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

¿Cómo leemos?

La investigación examina los movimientos que realiza el ojo durante los ejercicios de lectura e interpretación de imágenes propuestos.

 

Estos ejercicios utilizan trampas, transgresiones sintácticas, para entender qué sucede y cómo se coordinan el cerebro y el ojo.

Las fijaciones

son las palabras

o partes de palabras

que sirven al cerebro

para componer

la idea que se transmite

en la frase

Movimiento sacádico

son los saltos

oculares que llevan

a la siguiente

fijación

Estoy comido hoy

El ojo regresa a algunas

palabras para completar

la información que necesita

el cerebro para entender

la frase

Ejemplo práctico

Este es un ejemplo de cómo lee un participante la transgresión sintáctica propuesta en un ejercicio.

Los números indican el orden

en el que el ojo recorre la frase

el recorrido no es lineal sino

que el ojo realiza tres visionados.

En primer lugar, el participante,

recorre la palabra

Este animal es un dogito

2

1

3

5

4

6

1 segundo

A continuación, la grabación muestra

cómo vuelve a recorrer la frase

Este animal es un dogito

3

4

2

1

5

6

1 segundo, 11 centésimas

Y finalmente vuelve a leer alguna

de las palabras detenidamente

Este animal es un dogito

2

3

1

1 segundo, 04 centésimas

En total, el participante, ha empleado

3 segundos y 15 centésimas en leer

la frase

Fuente:

UVALAL

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

¿Cómo leemos?

La investigación examina los movimientos que realiza el ojo durante los ejercicios de lectura e interpretación de imágenes propuestos.

 

Estos ejercicios utilizan trampas, transgresiones sintácticas, para entender qué sucede y cómo se coordinan el cerebro y el ojo.

Ejemplo práctico

Este es un ejemplo de cómo lee un participante la transgresión sintáctica propuesta en un ejercicio.

Los números indican el orden

en el que el ojo recorre la frase

el recorrido no es lineal sino

que el ojo realiza tres visionados.

Las fijaciones

son las palabras

o partes de palabras

que sirven al cerebro

para componer

la idea que se transmite

en la frase

En primer lugar, el participante,

recorre la palabra

Este animal es un dogito

Movimiento sacádico

son los saltos

oculares que llevan

a la siguiente

fijación

2

1

3

5

4

6

1 segundo

Estoy comido hoy

A continuación, la grabación muestra

cómo vuelve a recorrer la frase

El ojo regresa a algunas

palabras para completar

la información que necesita

el cerebro para entender

la frase

Este animal es un dogito

3

4

2

1

5

6

1 segundo, 11 centésimas

Y finalmente vuelve a leer alguna

de las palabras detenidamente

Este animal es un dogito

2

3

1

1 segundo, 04 centésimas

En total, el participante, ha empleado

3 segundos y 15 centésimas en leer

la frase

Fuente:

UVALAL

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

¿Cómo leemos?

Ejemplo práctico

La investigación examina los movimientos que realiza el ojo durante los ejercicios de lectura e interpretación de imágenes propuestos.

 

Estos ejercicios utilizan trampas, transgresiones sintácticas, para entender qué sucede y cómo se coordinan el cerebro y el ojo.

Este es un ejemplo de cómo lee un participante la transgresión sintáctica propuesta en un ejercicio.

Los números indican el orden en el que el ojo recorre la frase

el recorrido no es lineal sino que el ojo realiza tres visionados.

Las fijaciones

son las palabras

o partes de palabras

que sirven al cerebro

para componer

la idea que se transmite

en la frase

En primer lugar, el participante,

recorre la palabra

Este animal es un dogito

2

1

3

5

4

6

Movimiento sacádico

son los saltos

oculares que llevan

a la siguiente

fijación

1 segundo

A continuación, la grabación muestra

cómo vuelve a recorrer la frase

Estoy comido hoy

El ojo regresa a algunas

palabras para completar

la información que necesita

el cerebro para entender

la frase

Este animal es un dogito

3

4

2

1

5

6

1 segundo, 11 centésimas

Y finalmente vuelve a leer alguna

de las palabras detenidamente

Este animal es un dogito

2

3

1

1 segundo, 04 centésimas

En total, el participante, ha empleado

3 segundos y 15 centésimas en leer

la frase

Fuente:

UVALAL

«El lenguaje es algo interno al ser humano. No lo vemos porque lo procesa el cerebro». Y ahí es casi imposible entrar, muy difícil saber qué hace el cerebro con las palabras. Aunque, y aquí viene la buena noticia, contamos con un aliado. «El ojo es el espía del cerebro. Así que lo utilizamos para asomarnos ahí, para ver, aunque sea de manera indirecta, cómo el cerebro procesa y entiende los lenguajes».

Al leer (un texto o una imagen) todo el contenido entra por los ojos. Es el sentido que transmite información al cerebro. Así que, este utiliza los ojos «como si fueran un 'joystick'», uno de esos mandos de las videoconsolas y el ordenador. «El cerebro les dice: 'Id por aquí, volved un segundo atrás, mirad esto de nuevo, que me ha parecido ver algo raro'».

Seguimiento de los ojos a través del 'eye tracker'. En la frente, hay una diana que sirve para calibrar el aparato. Rodrigo Jiménez

Y así, la mirada casi nunca es unidireccional a la hora de leer. De ahí esos saltos, esos avances y retrocesos, esas palabras que solemos pasar por alto (las conjunciones, preposiciones…) o esas otras que, por su complejidad, necesitamos dos o tres veces repasar. Por ejemplo: «El mesa está limpia». ¡Un momento! ¿He leído bien? ¿El mesa? Y entonces vuelves atrás para comprobar que ahí en efecto pone lo que creíste leer. Hoy «Me he comprado un luly». ¿Un luly? «Aquí el cerebro le dice al ojo, vete para atrás, que no sé lo que eso significa. O le dice, para aquí, que necesito más tiempo para procesarlo». Y todo esto lo hace a velocidad de vértigo. En microsegundos. De forma casi imperceptible. Pero que se puede analizar.

Para ello, las investigadoras de UvaLal cuentan con un aliado impagable. Se llama 'eye tracker'. Es una cámara que, conectada a un ordenador, sigue el movimiento del ojo para ver cómo lee lo que se le proyecta en una pantalla. Y gracias a eso, se puede analizar qué hace el cerebro con la oración, cómo selecciona información gramatical y cómo, en definitiva, comprende y procesa el lenguaje.

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

Cómo funciona el ‘eyetracker’

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

 

Cuando leemos, el ojo se mueve muy rápido para recorrer las imágenes o palabras, pero no lo hace de forma lineal. A veces salta palabras, se detiene en ellas, o incluso retrocede a términos ya leídos, con el fin de dar la información necesaria al cerebro.

Cerebro

Nervio

óptico

Retina

Músculos

del ojo

Ojo

Cristalino

Pupila

Para capturar estos movimientos oculares este equipo de la UVA utiliza la herramienta de seguimiento ocular ‘eyetracker’.

El equipo

Es una herramienta que utiliza una cámara para seguir y grabar en milisegundos el movimiento de los ojos. Tiene tres componentes principales:

La persona que participa

en el estudio

Debe colocarse un topo que es una pegatina que sirve de punto de referencia al software de seguimiento del ojo.

Topo

El ‘eyetracker’

Es el dispositivo que registra los movimientos oculares con una cámara y unos sensores de rayos infrarrojos.

Cámara

Ejercicio

de lectura

Infrarrojos

Participante

Ordenador que

plantea los ejercicios

al participante

Comunicación con el otro ordenador

que es el que graba y procesa

la información que se estudia después

Registro y proceso

Este dispositivo contiene el software necesario para seguir los movimientos oculares y registrar toda la actividad.

Ventanas

de información

en tiempo real

Topo

La pantalla de registro

Topo

Ojo

izquierdo

Ojo

derecho

Ojo

izquierdo

Ojo

derecho

Control

del

topo

Medidor

de distancia

Finalmente la información se vuelca en una gran base de datos que especifica tiempos de lectura, tiempos de respuesta, el recorrido que hace el ojo en cada frase de la pantalla y los milisegundos que se para en cada parte.

Fuente:

UVALAL

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

Cómo funciona el ‘eyetracker’

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

 

Cuando leemos, el ojo se mueve muy rápido para recorrer las imágenes o palabras, pero no lo hace de forma lineal. A veces salta palabras, se detiene en ellas, o incluso retrocede a términos ya leídos, con el fin de dar la información necesaria al cerebro.

Cerebro

Nervio

óptico

Retina

Músculos

del ojo

Ojo

Cristalino

Pupila

Para capturar estos movimientos oculares este equipo de la UVA utiliza la herramienta de seguimiento ocular ‘eyetracker’.

El equipo

Es una herramienta que utiliza una cámara para seguir y grabar en milisegundos el movimiento de los ojos. Tiene tres componentes principales:

La persona que participa

en el estudio

Debe colocarse un topo que es una pegatina que sirve de punto de referencia al software de seguimiento del ojo.

Topo

El ‘eyetracker’

Es el dispositivo que registra los movimientos oculares con una cámara y unos sensores de rayos infrarrojos.

Cámara

Ejercicio

de lectura

Infrarrojos

Participante

Ordenador que

plantea los ejercicios

al participante

Comunicación con el otro ordenador

que es el que graba y procesa

la información que se estudia después

Registro y proceso

Este dispositivo contiene el software necesario para seguir los movimientos oculares y registrar toda la actividad.

Ventanas

de información

en tiempo real

Topo

La pantalla de registro

Topo

Ojo

izquierdo

Ojo

derecho

Ojo

izquierdo

Ojo

derecho

Control

del

topo

Medidor

de distancia

Finalmente la información se vuelca en una gran base de datos que especifica tiempos de lectura, tiempos de respuesta, el recorrido que hace el ojo en cada frase de la pantalla y los milisegundos que se para en cada parte.

Fuente:

UVALAL

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

Cómo funciona el ‘eyetracker’

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

 

Cuando leemos, el ojo se mueve muy rápido para recorrer las imágenes o palabras, pero no lo hace de forma lineal. A veces salta palabras, se detiene en ellas, o incluso retrocede a términos ya leídos, con el fin de dar la información necesaria al cerebro.

Cerebro

Nervio

óptico

Retina

Músculos

del ojo

Ojo

Cristalino

Pupila

Para capturar estos movimientos oculares este equipo de la UVA utiliza la herramienta de seguimiento ocular ‘eyetracker’.

El equipo

Es una herramienta que utiliza una cámara para seguir y grabar en milisegundos el movimiento de los ojos. Tiene tres componentes principales:

La persona que participa

en el estudio

El ‘eyetracker’

Es el dispositivo que registra los movimientos oculares con una cámara y unos sensores de rayos infrarrojos.

Debe colocarse un topo que es una pegatina que sirve de punto de referencia al software de seguimiento del ojo.

Cámara

Ejercicio

de lectura

Infrarrojos

Participante

Topo

Ordenador que

plantea los ejercicios

al participante

Comunicación con el otro ordenador

que es el que graba y procesa

la información que se estudia después

Registro y proceso

La pantalla de registro

Este dispositivo contiene el software necesario para seguir los movimientos oculares y registrar toda la actividad.

Topo

Ojo

izquierdo

Ojo

derecho

Ventanas

de información

en tiempo real

Topo

Ojo

izquierdo

Ojo

derecho

Control

del

topo

Medidor

de distancia

Finalmente la información se vuelca en una gran base de datos que especifica tiempos de lectura, tiempos de respuesta, el recorrido que hace el ojo en cada frase de la pantalla y los milisegundos que se para en cada parte.

Fuente:

UVALAL

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

Cómo funciona el ‘eyetracker’

El equipo

El equipo de investigación UVALAL, de la facultad de Filosofía y Letras, concibe el ojo como la manera indirecta que tenemos para acceder a cómo el cerebro decodifica y procesa las lenguas escritas y las imágenes.

 

Cuando leemos, el ojo se mueve muy rápido para recorrer las imágenes o palabras, pero no lo hace de forma lineal. A veces salta palabras, se detiene en ellas, o incluso retrocede a términos ya leídos, con el fin de dar la información necesaria al cerebro.

Es una herramienta que utiliza una cámara para seguir y grabar en milisegundos el movimiento de los ojos. Tiene tres componentes principales:

El ‘eyetracker’

La persona que participa

en el estudio

Es el dispositivo que registra los movimientos oculares con una cámara y unos sensores de rayos infrarrojos.

Debe colocarse un topo que es una pegatina que sirve de punto de referencia al software de seguimiento del ojo.

Cámara

Ejercicio

de lectura

Infrarrojos

Participante

Topo

Cerebro

Nervio

óptico

Ordenador que

plantea los ejercicios

al participante

Retina

Comunicación con el otro ordenador

que es el que graba y procesa

la información que se estudia después

Músculos

del ojo

Ojo

Cristalino

Registro y proceso

Pupila

Este dispositivo contiene el software necesario para seguir los movimientos oculares y registrar toda la actividad.

La pantalla de registro

Topo

Ojo

izquierdo

Ojo

derecho

Ventanas

de información

en tiempo real

Topo

Ojo

izquierdo

Ojo

derecho

Control

del

topo

Medidor

de distancia

Finalmente la información se vuelca en una gran base de datos que especifica tiempos de lectura, tiempos de respuesta, el recorrido que hace el ojo en cada frase de la pantalla y los milisegundos que se para en cada parte.

Para capturar estos movimientos oculares este equipo de la UVA utiliza la herramienta de seguimiento ocular ‘eyetracker’.

Fuente:

UVALAL

En los ejemplos anteriores hay una mezcla de español e inglés. «Este animal es un dogito». «Ismael está jumping». ¿Por qué ? Pues porque UvaLal ha centrado su foco de estudio en cómo ejecutan todos estos procesos las personas bilingües. «Porque aunque haya dos o más lenguas, es un único cerebro el que procesa todas ellas. Y es interesante ver cómo esas lenguas (con sus bolsas de vocabulario, sus elementos diversos) se relacionan y cómo el cerebro hace gimnasia y maneja dos sistemas lingüísticos a la vez».

El equipo de la Universidad de Valladolid (con investigadoras como Tamara Gómez, Sonja Mujcinovic, Esther Álvarez de la Fuente) cuenta con profesionales no solo de España, sino también de Irán, Dinamarca, Bosnia, China. Por eso, aunque su punto de partida es el contacto entre español e inglés, también amplían su estudio a las relaciones con esos otros idiomas (chino, danés, bosnio). En el fondo, el reto es analizar cómo opera un cerebro que conoce dos lenguas (con independencia del nivel y dominio de cada una de ellas). «Lo raro en el mundo es ser monolingüe. Cada vez es menor el número de personas que solo sabe una lengua», indica Mujcinovic, quien recuerda que bilingüe es aquel que se puede «comunicar en dos idiomas». Y aquí entran diversos grados, desde el que está aprendiendo el idioma hasta el que lo domina. «Además, no existen las personas que hablan perfectamente dos idiomas y al mismo nivel. Todo bilingüe, por muy equilibrado que sea, siempre tendrá una lengua dominante y, según el contexto, preferirá una u otra».

Integrantes del equipo Uvalal, en una de las aulas de la facultad de Filosofía y Letras. Rodrigo Jiménez

Más de mil personas han participado ya en su investigación, para la que han visitado cuatro veces Gibraltar (para recabar datos con el 'eyetracker') y tienen previsto viajar también a Nuevo México. A partir de estos experimentos y datos, analizan los fenómenos que emergen en situaciones de lenguas en contacto, estudian los diversos aspectos lingüísticos relacionados con el bilingüismo y su adquisición (alternancia de códigos, traducción natural, adquisición de categorías léxicas y funcionales). Y, sobre todo, se asoman al cerebro (a través de nuestros ojos) para intentar comprender qué mecanismos se activan a la hora de leer. «El lenguaje se asemeja mucho a la imagen del iceberg. Lo que está en la superficie (lo que sale de nuestra boca, lo que pronunciamos) es una parte muy pequeña. Porque debajo del agua estaría nuestra competencia lingüística, lo que ocurre en le cerebro para procesarlo… y eso es lo que intentamos conocer gracias al 'eye tracker'», una herramienta con la que trabajan desde el año 2019.

Sus proyectos cuentan con el apoyo del Ministerio de Ciencia y de la Junta. Por supuesto, de la Universidad de Valladolid. «El problema de las Humanidades es que muy pocas veces se piensa en nosotros en términos científicos, cuando también se llevan a cabo investigaciones con esos métodos», aseguran desde UvaLal, donde recuerdan que su materia de estudio es lenguaje, «lo que somos, lo que nos define como seres humanos».

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