El Río Hortega exporta la telemonitorización para ahorrar 4.000 euros por enfermo de asma al año
El proyecto del hospital vallisoletano, premiado por el IESE Business School por su excelencia en coste-efectividad, se extenderá al resto de la comunidad y a hospitales de Madrid
Arrancó prácticamente en el año de la pandemia y tal circunstancia potenció aún más su eficacia en control clínico a distancia y gestión económica. El ... Servicio de Alergología del Río Hortega de Valladolid ha desarrollado una experiencia piloto de telemonitorización de pacientes con asma.
Cada paciente lleva a su casa un pulsiómetro para medir la saturación del oxígeno y un 'peak-flow' para la medición del pico de flujo respiratorio, de la cantidad de aire expulsada por los pulmones. Los datos biométricos obtenidos se descargan en una aplicación del teléfono móvil junto a las respuestas a un cuestionario específico sobre el estado de salud del paciente. Los resultados llegan al ordenador del servicio de Alergología y, a través de una sistema de alertas –un semáforo en verde, amarillo o rojo– que permanece desde las 8:00 de la mañana hasta las 22:00 horas abierto, indica a los especialistas la necesidad o no de intervenir para ajustar o cambiar la medicación o tomar cualquier medida clínica al respecto.
Pero el proyecto de Teleasma del Río Hortega, realizado en colaboración con el área de Salud Digital de Tunstall que ha diseñado la aplicación de móvil, no solo ha resultado eficiente desde un punto de vista médico con menores ingresos y urgencias y mejor calidad de vida para el enfermo sino que además es coste-eficiente. Ahorra, y no poco, dinero al sistema sanitario. Cada paciente controlado con este sistema remoto supone economizar 4.001 euros al año.
Este análisis del coste-efectividad le ha servido a la unidad para recibir el premio IESE Business School NOVARTIS a la excelencia operativa en gestión sanitaria de 2021 en la categoría Iniciativas innovadoras de gestión basadas en Nuevas Tecnologías de la Información y el Conocimiento. Un galardón que recibirá el equipo este 8 de octubre en Madrid.
Según explica la doctora Sara Fernández, alergóloga del Río Hortega, «el reconocimiento valora la eficiencia económica del proyecto; aunque nosotros también realizamos una encuesta de satisfacción de los pacientes. El 99% lo valoró muy positivamente porque su calidad de vida mejora y bajan sus ingresos y visitas a urgencias. Cuando los datos de su control se disparan podemos intervenir de forma temprana con indicaciones farmacológicas o de otro tipo y se evitan complicaciones».
Destaca esta especialista que ha resultado «especialmente útil en las zonas rurales donde los desplazamientos al hospital son todavía más incómodos para el paciente. Intervenimos con rapidez y el tratamiento es mucho más precoz y se mide a diario». De ahí, añade la doctora Fernández, que «otros hospitales se hayan interesado por este proyecto de telemedicina y ya se va a extender a Ávila, León, Salamanca y Burgos. Pero también se han interesado complejos asistenciales de Madrid como Puerta de Hierro que va a empezar ya con ello». La telemedicina «está además en auge. Nuestra experiencia piloto ha sido con 25 pacientes, enfermos de asma de difícil control, los que más habitualmente se descompensan y más o menos la mitad son de zonas rurales», añade.
Destaca asimismo que «no hay límites de edad para su empleo porque es de fácil manejo. Tenemos niños, desde ocho años, y personas mayores –hemos tenido dos: una persona de 65 y otra de 70 años– que solo necesitan que alguien les ponga la aplicación pero una vez activada su manejo es fácil. Muy sencillo, todos lo aprenden pronto y tan solo suponen cinco minutos diarios».
Hay que tener en cuenta que el tratamiento del asma tiene unos importantes costes y mayores aún si no se afronta el diagnóstico y el tratamiento adecuadamente por las consecuencias. El gasto anual por paciente es de 2.405 euros, y este control lo reduciría en 333,432 euros por paciente controlado durante seis meses, el doble al año. En Castilla y León se estima que hay unos 600.000 alérgicos y 135.000 padecen asma.
El trabajo ahora premiado por ser un proyecto claramente coste-efectivo realiza un análisis del empleo de los recursos sanitarios. Para ello, se contabilizan las visitas a Atención Primaria, servicios de urgencias e ingresos. Asimismo se estudian los resultados, el cumplimiento terapéutico, adherencia, impacto en ingresos evitables y la experiencia del usuario con este nuevo modelo asistencial. Y además, habría un ahorro a mayores de 3.334,32 euros por AVAD ganado, es decir, también por año.
«Los datos de nuestro estudio se expresan en AVAD, un concepto que expresa años de vida perdidos por muerte prematura, y años vividos con una discapacidad de severidad y duración especificadas. Un AVAD es, por tanto, un año de vida saludable perdido. Para el cálculo del mismo se requiere por tanto, información sobre la incidencia de la enfermedad por sexo y grupos de edad, la duración de la enfermedad y el grado de discapacidad que producen», explica la doctora alicia Armentia, jefa de la Unidad de Asma.
En este estudio, añaden, solo se valoraron los costes directos, no se tuvieron en cuenta los indirectos, como por ejemplo las pérdidas de productividad laboral. Y para cuantificar esos gastos «hemos tenido en cuenta el estudio AsmaCost. El coste anual en España asciende a 1.480 millones de euros, de los que un 70% se derivan de un mal control de la enfermedad».
Las doctoras Armentia y Fernández coinciden en señalar que «la telemetría (contactos diarios a través de aplicaciones) si bien no sustituyen nunca a la atención presencial, ha servido para proporcionar a los pacientes una serie de conocimientos y recursos de utilidad para su autocuidado y hacerles partícipes de las decisiones terapéuticas. De esta manera, se permite la optimización de los recursos disponibles y un ahorro económico en la atención sanitaria».
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