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Las Fuerzas Armadas exhiben su poderío militar en Valladolid
Diferentes unidades del Ejército toman el centro de la ciudad para celebrar su día con un izado de bandera, un desfile y una exposición de material
Valladolid vivió este sábado una jornada para el recuerdo. El centro de la ciudad se transformó en escenario militar con motivo de la celebración del Día de las Fuerzas Armadas. Tanques, fusiles, ametralladoras y cañones, entre muchos otros instrumentos bélicos, además de decenas de militares, tomaron la plaza de Zorrilla y la Acera de Recoletos para acercar y mostrar a la ciudadanía el esencial papel que desempeñan las diferentes ramas en las que se estructuran las Fuerzas Armadas Españolas.
El acto central, un izado de la bandera nacional y un desfile del que tomaron parte en torno a ochenta militares y guardias civiles, atrajo hasta el corazón de la capital a centenares de personas que no quisieron perderse detalle de la celebración. Muchos eran familiares, aunque también había ciudadanos de a pie y familias al completo que aprovecharon la calurosa mañana –a las 13:00 horas los termómetros rebasaban los 25 grados– para pasar un rato diferente, que no todos los días uno puede subirse a un tanque o coger un lanzagranadas, y disfrutar del despliegue.
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Estaba previsto el inicio a las doce y media, pero las unidades movilizadas hicieron gala de la disciplina y rigurosidad que caracterizan a las Fuerzas Armadas y comenzaron diez minutos antes a desfilar hacia la zona donde iba a celebrarse el acto, para estar en formación con la suficiente antelación. De hecho, cuando el reloj marcaba exactamente las 12:30 horas, la megafonía anunciaba el comienzo del acto. Ni un minuto más, ni uno menos.
Tras el izado de bandera, entre continuos «viva España» y aplausos, tuvo lugar un emotivo homenaje a los caídos, «a soldados de todos los tiempos del Ejército que dieron su vida por España y que engrandecieron a la patria con su esfuerzo», como se refirieron en el transcurso del reconocimiento. La parada militar estuvo formada por una unidad de honores al mando de un capitán del Ejército y escuadra de batidores de la Academia de Caballería (ACAB), así como tres secciones; una formada por alumnos de la Enseñanza Militar para la Incorporación a la Escala de Suboficiales (EMIES) del Ejército de Tierra, otra del Ejército del Aire y del Espacio y una tercera de la Guardia Civil.
Gran expectación
Una vez acabados los actos protocolarios, se procedió a la inauguración oficial de la amplia exposición estática de materiales. Oficial, porque desde el momento en el que los primeros militares, junto con todo el armamento y los imponentes vehículos, se dejaron ver por la Acera de Recoletos no pararon de recibir el cariño y el interés del porqué de su presencia de quienes pasaban por allí. Y, con amabilidad y afecto, fueron atendiendo uno por uno, durante todo el día, a los cientos de curiosos –mayores, pero también muchos pequeños– que querían saber para qué servía cada arma e incluso vivir en sus propias carnes la sensación de estar dentro de un tanque de caballería. Había largas colas incluso para hacerse con una pulsera o una pegatina de la Armada.
Estaban entusiasmados vallisoletanos y visitantes con todo lo que tenían ante sí. Y no era para menos. Porque para la ocasión se desplegaron numerosas unidades, como PCMAYMA (por cuyo centro de mantenimiento pasa todo el armamento español), el Regimiento de Caballería 'Farnesio' nº 12 con su impresionante ametralladora Browning o un tanque de caballería de 23.650 kilogramos; el Ejército del Aire y del Espacio de la base aérea de Villanubla con un aviocar de 19 metros de envergadura; la Guardia Civil con todas sus especialidades; o el Centro Militar de Cría Caballar de Ávila, que mostró, con una exhibición de perros, cómo crían a los animales para que posteriormente puedan ser adiestrados por las autoridades.
Fue, en definitiva, un día especial. Una «oportunidad» para dar a conocer su trabajo y que pudieran ponerse en su piel. El comandante militar de Valladolid y Palencia, César García del Castillo, que presidió los actos de celebración, se mostró «honrado y agradecido» ante la afluencia de gente que acudió a arroparles y acompañarles.
«Somos mucho más que la Academia de Caballería. Les animamos a que nos conozcan, porque tengo la convicción de que lo que no se conoce, no se puede querer», apuntó justo después de finalizar el desfile.
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