Vida de barrio en Valladolid
Cuatro de Marzo, el barrio inaugurado por Franco: «Mudarnos aquí supuso un salto de calidad de vida»Las obras arrancaron en 1954 y se levantaron en tiempo récord con el objetivo de solucionar la grave escasez habitacional de la posguerra
El 29 de octubre de 1959 es una fecha que muchos vecinos del barrio de Cuatro de Marzo recuerdan con facilidad. Aquel día, Francisco Franco y su esposa Carmen Polo llegaban a Valladolid para inaugurar un barrio que, más de seis décadas después, es un símbolo de la ciudad. Aquella fría mañana de otoño se cortó la cinta del barrio, un conjunto por aquel entonces de casi 2.000 viviendas que pretendía poner fin a la grave escasez habitacional de la posguerra.
Su nombre no es casual ni mucho menos. Para entender su contexto hay que retroceder 25 años atrás, un cuatro de marzo de 1934. Aquel día, en el Teatro Calderón de Valladolid, se fusion de la Falange Española y de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas) lo que sería el germen del partido único del régimen franquista. Toda esta simbología explica por qué el barrio fue inaguruado con pompa por el propio dictador.
Las obras arrancaron en 1954 y se levantaron en tiempo récord. Bloques de cinco plantas, torres de once que cierran la perspectiva, ladrillo rojo y balcones blancos que aún hoy definen su identidad. El diseño no sólo pensó en viviendas de 80 y 120 metros cuadrados, sino en servicios, colegios, comercios, iglesia y una gran plaza verde que dividía el barrio en dos mitades. Y es que para muchos vecinos, mudarse allí supuso dar un salto en calidad de vida.
«Ahora tenemos todas las aceras arregladas y se respira mucha tranquilidad»
Alejandro Álvarez
Vecino del Cuatro de Marzo
Es el caso de Alejandro Álvarez, vecino de esta zona desde hace más de cincuenta años. «El barrio ha cambiado bastante. Ahora tenemos todas las aceras arregladas y se respira mucha tranquilidad» destaca, orgulloso de haberse criado desde muy joven en esta zona de Valladolid. «En otros sitios como La Rondilla o Las Delicias está todo muy masificado, aquí ya podéis ver que se puede pasear sin ruido y sin gente» compara.
Alejandro también recuerda con una sonrisa de oreja a oreja el antiguo estadio José Zorrilla, que estaba en el actual Corte Inglés, a escasos metros del barrio. «Íbamos al campo y a muchos ya nos conocían, sabían que vivíamos por aquí y si llovía y te mojabas podías salir del estadio, volvías a casa a cambiarte de ropa y después entrabas al Zorrilla sin problema. Eran otros tiempos» comenta entre risas. Además, apostilla que, a pesar de la gran evolución del barrio, ya desde sus inicios la mejora con respecto a otras zonas se palpaba entre sus calles. «Cuando nos mudamos aquí, ganamos mucha calidad de vida».
Precisamente, la llegada del Corte Inglés tras la mudanza del José Zorrilla dejó huella en su vida cotidiana y en la de otros muchos vecinos. Alejandro recuerda los problemas de aparcamiento que causó al principio, aunque reconoce que terminó animando la zona. «Nos ha dado más vida y movimiento, aunque hubo que aguantar las incomodidades». Pero, más allá de los inconvenientes, su relato refleja cómo cada cambio urbano deja huella en la memoria colectiva de los vecinos.
Tras recorrer varias calles, este amable vecino recomienda visitar a Marcos Díez, comerciante del barrio desde hace 21 años que describe la situación del comercio local como complicada. «La gente ahora compra todo por internet, las grandes empresas se lo llevan todo» comenta preocupado.
«Somos casi los mismos de siempre, los hijos estamos volviendo aquí»
Marcos Díez
Comercio local
Aun así, destaca la buena relación con los vecinos -muchos de ellos clientes desde hace décadas- y la tranquilidad del barrio. «Es tranquilo y la gente es muy amable. Somos casi los mismos de siempre y los hijos estamos volviendo aquí» concluye.
Cerca del carril bici que se encuentra a escasos metros de la orilla del río María Antonia, que lleva siete años en el barrio, pasea a su perra Lia y aporta otra perspectiva. Nacida en Segovia y criada en San Sebastián, reconoce que le gusta más Valladolid. «Es más llano, hay más cosas y es más grande que Segovia. Este barrio me parece muy tranquilo» comenta muy feliz por su cambio de vida. Aunque aún no conoce todos los rincones, disfruta de paseos cerca del río, el Paseo Zorrilla y la Plaza Mayor.
«Tengo todo lo que necesito cerca de casa, estoy muy contenta»
María Antonia
Vecina del barrio
Sobre lo que echa en falta, admite con sinceridad que no mucho. «Tengo todo lo que necesito cerca de casa, pastelerías, fruterías… estoy contenta» concluye.
Entre recuerdos de bares que cerraron, historias de fútbol bajo la lluvia y la llegada de grandes superficies comerciales, el Cuatro de Marzo se muestra como un barrio en constante transformación. Sus vecinos, entre la nostalgia y la adaptación, mantienen viva la esencia de la vida cotidiana, esa que se siente al pasear, saludar a un comerciante de confianza o disfrutar de un paseo junto al río.
La próxima semana...
Nos acercamos a otro barrio histórico de la ciudad como es el Barrio Belén.
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