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Varios voluntarios preparan los kits de ropa de abrigo antes del reparto por la ciudad.

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Varios voluntarios preparan los kits de ropa de abrigo antes del reparto por la ciudad. Ó. SJ. H.

Calor y abrigo para personas sin hogar de Valladolid en un lluvioso ‘Black Friday’

Voluntarios de Red Íncola y otras entidades han colaborado hoy en la ciudad en el reparto de veinte kits de ropa de abrigo para los ‘sin techo’ como parte de la jornada del Voluntariado Express, que se ha llevado a cabo de forma coordinada en 20 ciudades de España

Ó. SJ. H.

Valladolid

Viernes, 24 de noviembre 2017, 23:01

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Noviembre es un mes frío para todos, aunque lo es especialmente para quienes no tienen un hogar donde cobijarse. La jornada del ‘Black Friday’ de este 24 de noviembre, sinónimo de consumo por antonomasia, también ha sido un día de solidaridad en Valladolid. Cerca de una veintena de voluntarios de Red Íncola y otras entidades con presencia en la ciudad han colaborado a lo largo del día (y durante parte de la noche) en la preparación y el reparto de una veintena de kits de ropa de abrigo, así como café y galletas, para personas sin hogar financiados gracias a la ayuda desinteresada de la gente.

La acción se enmarca dentro de la iniciativa Voluntariado Express, que se ha llevado a cabo de forma conjunta y coordinada en 20 ciudades españolas por séptimo año consecutivo. En Valladolid, donde alcanza ya su tercera edición, la respuesta ha sido ejemplar, con cerca de una veintena de voluntarios que se han apuntado para colaborar en un movimiento impulsado gracias al enlace del voluntario Chus Landáburu y a la buena voluntad de la Compañía de Jesús. La cuenta atrás para la recaudación, que ha cifrado en cerca de 90.000 euros el montante final de todos los solidarios entre las 20 ciudades participantes, ha vuelto a ser la nota distintiva de una forma alternativa de ayudar y aportar un pequeño granito de arena.

Desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde la gente ha podido participar aportando una cantidad mínima de 15 euros con los que la coordinación correspondiente en cada una de las ciudades participantes de la iniciativa ha comprado kits de abrigo que incluían calcetines, forro polar, camiseta térmica, guantes, gorro y saco de dormir. Valladolid no podía ser menos. Con la sede de la Fundación Red Íncola, en el corazón del popular barrio de La Rondilla, por centro de operaciones, los voluntarios han partido en grupos organizados para efectuar el reparto en cuatro rutas diferentes por la ciudad a partir de las nueve de la noche.

Manos a la obra

Rozaban las ocho de la tarde de hoy en las instalaciones de la fundación cuando un lento goteo de personas se empezó a dejar caer para efectuar los primeros preparativos. Con Eduardo Menchaca, coordinador de la fundación en Valladolid, y el impulsor Chus Landáburu a la cabeza, cerca de una veintena de voluntarios, algunos de ellos unidos a la comitiva a última hora, han partido por las calles de la ciudad del Pisuerga para hacer de ella un lugar un poco más habitable.

El carácter lluvioso de la jornada no ha sido impedimento alguno en su camino. «Cuando llueve hay que salir con más motivo todavía», apuntó Eduardo Menchaca durante los preparativos. Para él, como para otros muchos que se han sumado a la acción, esta es una oportunidad de ayudar al resto pero también de remover conciencias. «Yo empecé en Red Íncola en 2008 y recuerdo la primera vez que hice esto porque impresiona, más en un día lluvioso como hoy».

La acción, pese a su carácter puntual, supone una puesta en valor de la labor realizada cada semana desde la fundación, como apunta Jeannine, una joven universitaria de Tenerife que lleva cuatro años en Red Íncola y colabora en el proyecto 'Café solidario'. «Voluntariado Express me gusta porque es interesante para dar visibilidad a nuestra labor habitual en un día en el que, por la ayuda de la gente, hay más medios. En invierno la gente lo necesita». Coincide con ella Laura, trabajadora de la fundación, que opina que «es una forma de dar a conocer el trabajo que se hace cada lunes y miércoles». Y es que, en efecto, desde la entidad, cada semana se moviliza a un pequeño contingente de solidarios que reparten café y humanidad por la ciudad. El objetivo, el mismo: ayudar a personas sin hogar en la medida de lo posible.

Desde los que ya conocen el funcionamiento por su experiencia a los que la viven por primera vez no hay tanta diferencia, más aún en cuestiones de ayuda al prójimo. Roberto, voluntario habitual de 37 años, es primerizo en la iniciativa. «Me parece una buena idea. Me enteré de ello gracias a mi tía, que participó el año pasado y he decidido venir a ayudar en el reparto», ha remarcado. Para gente como él, que enfrentaba su primera vez en una situación de solidaridad tan expuesta a múltiples reacciones, Chus Landáburu y Eduardo Menchaca ofrecieron una breve charla previa a la salida.

«Salimos en cuatro rutas, algo que hacemos todos los lunes y todos los miércoles, y vais a ver todo tipo de situaciones. Con la excusa del café, la idea es hablar con ellos, que sientan cercanía», apuntó rápidamente. Las rutas prefijadas han incluido una zona al este de las vías del tren, una zona centro, una zona comprendida al sur del Paseo Zorrilla y una zona que comprendía las cercanías del barrio de La Victoria.

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